Por Laura Fernández Rodríguez/ Fotos: L.F.
La madrugada del pasado 23 de marzo, se desplomaba en dos tramos el puente romano de Talavera de la Reina ante la brutal crecida del río Tajo. El emblemático puente tiene una longitud de 61 metros y una altura de cuatro metros, y es uno de los monumentos más representativos de la localidad toledana, que se derrumbaba parcialmente por la gran crecida que alcanzó el río Tajo, alcanzando niveles nunca antes registrados. Varios de sus arcos desaparecieron en cuestión de segundos, lo que dejó a los vecinos de la ciudad impactados y muy conmovidos.
La borrasca Martinho, que afectaba duramente a España durante los últimos días, ha sido la causante de las intensas lluvias que han aumentado el caudal del río Tajo, llegando a niveles extremos y al desbordamiento en algunas zonas. Su paso por Talavera de la Reina no ha dejado indiferente a nadie, y es que el río ha superado los 1.000 metros cúbicos por segundo, lo que ha provocado importantes inundaciones en varios puntos de Talavera y otras localidades cercanas, además del derrumbe de una estructura que ha presenciado la historia de la ciudad durante siglos, al tratarse de uno de los puentes más antiguos de la provincia de Toledo.
Aunque la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) desactivó el aviso amarillo por lluvias, el peligro de inundaciones seguía siendo un riesgo, por lo que las autoridades mantuvieron activados los planes de emergencia y, en cuanto empezó a crecer el caudal del río, decidieron cerrar el paso al puente romano, que llevaba varios días acordonado debido al riesgo que suponía la creciente del Tajo.
El puente romano de Talavera de la Reina, también conocido como Puente Viejo o de Santa Catalina, y popularmente identificado como tal a pesar de tener origen medieval, fue construido entre 1483 y 1490 y ha sufrido múltiples derrumbes a lo largo de su historia, al menos ocho que se recuerden. No es la primera vez que se restaurará; la parte del puente que se derrumbaba hace unos días fue reconstruida por última vez en el año 1994 con ladrillos, lo que demuestra la vulnerabilidad de la estructura a lo largo de los años, y es que la reacción inmediata de las autoridades ha sido la promesa de reconstrucción, que, al ser considerado Bien de Interés Cultural desde el año 2021, será restaurado cueste lo que cueste.
La caída de los arcos fue grabada casualmente por un grupo de talaveranos que paseaban esa noche por la zona en un vídeo muy conmovedor, en el que se aprecia cómo el caudal muy crecido arrastra una gran parte del puente. El video rápidamente recorrió toda la ciudad y alrededores, y es que los vecinos de la ciudad de la cerámica no daban crédito de lo que estaba pasando, ya que este suceso no pasó desapercibido para nadie y el alcalde de Talavera de la Reina, José Julián Gregorio, el presidente y el expresidente del Partido Popular en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y Paco Núñez, e incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestaban su apoyo a través de las redes sociales y se muestran comprometidos con su restauración. “Mi solidaridad con todos los ciudadanos y ciudadanas de Talavera de la Reina tras la rotura de todo un símbolo de la ciudad. Contad con el Gobierno de España para la reconstrucción del puente ‘romano’. Protegeremos el patrimonio de todos«, escribía Sánchez ese mismo día en Twitter.
Este fenómeno ha demostrado la fragilidad de los monumentos históricos ante los fenómenos meteorológicos, además de resaltar el gran vínculo que tienen los talaveranos con su patrimonio. La caída del puente ha dejado en evidencia la necesidad de revisar urgentemente las infraestructuras históricas para prevenir situaciones similares. Mientras se trabaja en su futura reconstrucción, el puente será un símbolo de unión entre el pasado y el presente para los vecinos de Talavera.
El puente romano ha sido durante siglos un signo de identidad de la ciudad, por el que han pasado muchas generaciones y del que la mayoría guardan un bonito recuerdo. El apoyo de los diferentes representantes de los partidos políticos, sin importar la ideología, muestra una vez más lo valioso que es este patrimonio para toda la región, no solo para Talavera, y con la promesa de la reconstrucción del puente, los vecinos se enfrentan con esperanza a lo que está por venir, sabiendo que, aunque el puente se haya caído, su historia se mantendrá.