Texto: Sandra Cuenca Fotos: Mercedes Marcial
“Las Cañadillas es un antiguo cortijo privado rehabilitado y remodelado en uno de los parajes más excepcionales del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, rodeado de frondosos pinares y nogales, entre escarpadas montañas sobre el fértil valle de olivos centenarios”. Así se presenta este alojamiento de Jaén en su página web y no mienten, el lugar es una verdadera maravilla.
Juan Antonio García Fernández es el dueño del alojamiento y nos cuenta que hace ya 35 años que nació Las Cañadillas, creada por sus padres, Isabel y Antonio. “Al principio solo veníamos aquí en periodos cortos y cuando no estábamos nos robaban bastante a menudo, por lo que mis padres estuvieron estudiando la idea de convertir esto en un lugar para el turismo rural”, nos cuenta Juan Antonio. Su padre era de la provincia de Jaén, trabajaba de funcionario en Madrid y conocía mucha gente relacionada con el turismo, por lo que les presentó el proyecto. Cuenta su hijo que nadie veía lo del turismo rural en aquella época, pero aun así, se lanzó a ello. “Estuvimos siete u ocho años con el alojamiento sin catalogar, de ahí lo de Hospedería Las Cañadillas. Nuestros primeros clientes eran casi todos funcionarios, nos anunciábamos en una especie de revista mensual, que ya no sé si existirá, donde se publicaban ofertas de todo tipo, por eso nos llamamos Hospedería, para diferenciarnos un poco”. A su padre le decían que lo de hospedería no existía, que lo que tenía era una pensión, a él no le gustaba nada aquello, hasta que después de dar muchas vueltas les catalogaron como hotel de una estrella y a día de hoy así sigue.
Entonces ahora, ¿sois un hotel rural de una estrella?
Después de la última reforma que hubo nos añadieron lo de “rural”, pero yo lo considero más como una casa rural que un hotel, hay ciertos servicios que un hotel tiene y nosotros no. Así fue como empezamos, abriendo sobre todo en los puentes. En Madrid nosotros vivíamos en un cuarto piso sin ascensor y mi padre ya no podía bajar y subir las escaleras, cada vez iba a peor, así que decidieron irse allí a vivir. Mi madre dice que se trasladó aquí como un acto de amor a mi padre.
¿Cuándo te haces cargo tú del alojamiento?
Mi padre fallece en el año 2001, es cuando me hago cargo del negocio. Yo soy ingeniero y hago mis trabajos de ingeniería, pero vivo de esto y abrimos todos los días. Trabajamos con plataformas de internet, así que esto está funcionando. Pero nos hemos comido unas cuantas crisis, incluidas esta última, a veces no ha sido fácil.
Así es como nació Las Cañadillas, casi de una manera casual por parte de los padres de Juan Antonio. Reconoce que si sus padres no se hubieran trasladado de manera permanente aquello hubiera terminado en ruinas, no podían bajar a Jaén a menudo, son 350 kilómetros desde Madrid. El cambio ha sido enorme, ahora tienen calefacción y están intentando poner placas solares para la electricidad, poco a poco van mejorando y están consiguiendo ser más competitivos con los establecimientos que tienen alrededor.
Es un antiguo cortijo rehabilitado, ¿no?
Sí, mis padres lo compraron cuando yo nací, en 1974, esto era un cortijo con una finca a la que le quedaba poco tiempo para ser expropiada. Ellos ya venían por aquí con mi hermano Lolo, sobre todo en Semana Santa a pescar, y cuando hablaba con la gente de aquí les contaba que estaba interesado en comprarse algo por la zona. La finca era de un montón de hermanos y casi todos se habían ido a vivir a Barcelona, por lo que estaba en un estado penoso, pero la compraron. Ellos ya conocían la finca y el cortijo, cuando iban subían con mis tíos a pasar el día, pero la sorpresa que se llevaron cuando empezaron las obras es que no había ni camino para subir los materiales. Así que tuvieron que hacer un camino en mitad de la montaña, que a día de hoy hubiera sido imposible hacerlo, es un espacio natural. Ahora estoy intentando poner placas solares y me estoy peleando con el Parque para poder ponerlas, si llego a comprar la finca ahora, sería para tenerla de bonito y no hubiera podido hacer nada más. Hace ya cuarenta y siete años que mis padres compraron la finca y dieciséis años después empezaron con el negocio del hospedaje y la restauración. Tuvimos restaurante hasta la crisis del 2008, que decidimos quitarlo al ver que iba cayendo cada día más.
¿Funcionáis como un pequeño hotel, alquilando las habitaciones? ¿No alquiláis la casa entera?
A ver, nosotros ahora mismo tenemos 8 habitaciones dobles, todas ellas con su baño, calefacción, aire acondicionado y caja fuerte, es decir, todo lo que se puede encontrar en un hotel pequeño. Alquilamos las habitaciones de manera independiente, pero es verdad que tenemos gente, que en algunas temporadas, nos alquilan el hotel completo, como puede ser navidad o fin de año. El resto del año suelen ser habitaciones sueltas, aunque en puentes largos a veces alquilo el hotel completo si viene uno o dos grupos.
¿Tenéis desayuno, comida y cena para los clientes?
Tengo desayuno tipo buffet, al medio día hemos quitado el restaurante, tanto para la gente de fuera como para los que están alojados y, por la noche, se abre el restaurante para las cenas, pero solo para los clientes. El desayuno ha pasado por varias etapas, un tiempo pusimos desayuno continental, después buffet y por el covid lo convertimos en Buffet virtual, a través de una pantalla. Cuando hacemos la reserva intento preguntarles si alguno o alguna son veganos, vegetarianos, alérgicos a la lactosa o celiacos. Nuestra carta no es muy extensa, pero si tiene mucha variedad, intento contentar a todo el mundo y que se vayan con ganas de volver. En las cenas antes teníamos una carta, bueno, hemos pasado también por muchas etapas, solíamos tener cerca de veinte o veinticinco platos que hace treinta años no se veían en todos sitios, como la codorniz rellena o chuletones. Mantener esa carta tan extensa en épocas de crisis era un poco complicado, por eso quitamos el restaurante, además, pensamos que ofrecer lo mismo que todo el mundo no era lo que queríamos. Ahora, hemos replanteado el restaurante, sobre todo para los clientes que están aquí alojados, haciendo una carta más pequeña con doce o quince platos. Tenemos pimientos de piquillo, croquetas de jamón y de pollo, estofado de ciervo, berenjenas, dos o tres tipos de ensalada, huevos rotos y embutidos de la zona. Dependiendo de la temporada se van añadiendo productos, el gazpacho y el salmorejo, por ejemplo, y en verano metemos truchas. Nosotros tenemos las truchas vivas en un pilón y según las vamos necesitando las vamos pescando, más fresco imposible.
He visto que no tenéis televisión en las habitaciones, los clientes disfrutarán de una desconexión total, ¿no? ¿wifi tenéis?
Wifi si tenemos, pero solo en las zonas comunes, me he negado a ponerlo en las habitaciones. No es porque no quiera o no llegue la conexión, de hecho tengo 4G y en breve me pondrán 5G, es porque creo que cuando uno viene a pasar unos días al campo viene a desconectar. No viene a meterse en la habitación, viene a disfrutar de la naturaleza, a veces lo consigo y otras veces no. Soy amigo de la interacción entre personas, esto es muy pequeño, ocho habitaciones que son dieciséis personas, por lo que está bien que se conozcan y hablen entre ellos, que compartan experiencias o excursiones que hayan tenido el día anterior. Este hotel no es para encerrarse en la habitación a ver la televisión, por eso me niego a que haya una en las habitaciones y creo que de la zona soy de los poquitos que piensa así. Me gusta tener relación con mis clientes, me gusta que se relacionen con el resto, en el desayuno suelo preguntar a donde van a ir, entonces una mesa contesta y la de al lado interviene también, para mí eso es muy bonito. Comprendo que cuando tienes un hotel con treinta habitaciones, hoteles grandes, eso no se puede tener, pero lo bonito de un hotel pequeño es que esa comunicación, entre los que vivimos aquí, existe. Yo vivo en el Hotel, tenemos una parte privada, estoy aquí todo el año y cuando llegan los clientes no les dejo solos a las 12 de la noche y me voy, estoy aquí por si pasara algo o necesitaran cualquier cosa.
Tenéis zonas comunes y piscina, ¿no?
Tenemos piscina en verano y una terraza para los clientes. Dentro tenemos un salón grande con chimenea y cuando hay clientes se enciende todos los días. Ahí si hay televisión por satélite, ya que la terrestre no llega aquí. Es un salón grande, de unos 40 metros cuadrados, y luego está el comedor, que más o menos tiene los mismos metros.
Preguntamos a Juan Antonio si aceptan mascotas, su respuesta es que no. Pero tiene sus razones y no es que no le gusten los animales, “tengo 3 perros y además he tenido malas experiencias con algúnos clientes, desde destrozar dos colchones hasta tener que llamar la atención a alguien porque bajaba al perro al comedor y lo sentaba a la mesa en una silla, así que decidí que era mejor no aceptarlos”. El precio de las estancias están puestas en su página web, pero para que os hagáis una idea tienen una oferta para fin de semana, habitación doble para dos personas con el desayuno incluido 55€ por noche, 110€ todo el fin de semana. En los puentes de 55€ pasa a 60€.
¿Qué excursiones y actividades se pueden hacer?
Senderismo, todo el que quiera el cliente y un poco más, hay senderos muy facilitos como la Ruta de Félix Rodríguez De la Fuente, que va bordeando uno de los márgenes del pantano, es muy larga pero de fácil acceso, es una pista forestal y no tiene casi desnivel. Luego hay una muy bonita que se puede coger en el mismo hotel y se llega a un pueblo cercano, que por carretera está a 14 kilómetros y por la pista unos 18, va bordeando el otro margen del pantano. Ambas son muy facilitas e incluso la de Félix está adaptada para personas discapacitadas. Luego las hay algo más complicadas, como la del río Borosa, que es el buque insignia que tiene el Parque Natural de Cazorla. A partir de julio, sobre todo, se pueden hacer actividades como rafting, kayak o descenso de barrancos. No lo hacemos nosotros directamente, pero colaboramos con una empresa que se llama Guadalkayak que hacen todas estas actividades multiaventura. Solemos tener un paquete de fin de semana con ellos, alojamiento y dos actividades, pero ellos solo trabajan los meses de verano, julio, agosto y septiembre. También se puede recorrer el Parque en 4×4, pero se puede hacer este recorrido con el coche propio y andar, es un parque muy grande, tiene 214.000 hectáreas. Se pueden hacer rutas en bicicleta o a caballo. A nivel cultural, hay dos festivales importantes aquí, uno es el Festival del Aire centrado en el parapente y con demostraciones, las fechas varían, pero suele ser en junio y julio; Si eres un enamorado del jazz, hay un festival, yo no entiendo mucho pero la gente dice que los que participan son muy buenos, en Cazorla, y normalmente suele celebrarse en primavera.