Por Javier Cuenca/ Fotos: Antonio Cuenca e I. Miramón
Iñaki Miramón es un actor vocacional, que se siente igualmente cómodo en el cine, el teatro y la televisión, aunque en el segundo ha hecho la mayor parte de su carrera interpretativa y el primero, bromea, no le ha estimado en exceso. La televisión le ha dado en los últimos años la posibilidad de participar en una serie longeva, Amar es para siempre, que todavía continúa en emisión. Más Noticias ha conversado con él para hablar de estas y otras cuestiones relacionadas con su profesión.
Iñaki Miramón (Bilbao, 1957) dio sus primeros pasos como actor en un grupo de teatro aficionado de la localidad de Éibar, donde llegó a coincidir con Imanol Arias. Posteriormente se trasladaría a Madrid para estudiar Arte Dramático, realizando su debut profesional en la película “Arriba Hazaña” (1978), dirigida por José María Gutiérrez Santos.
Asegura Miramón haber tenido suerte de poder dedicarse a lo que más le gusta, ser actor, un oficio que en su caso es absolutamente vocacional y que le produce una gran satisfacción. “Aunque no todos son parabienes”, precisa. “También en esta profesión hay momentos más difíciles, más complicados. El actor no es sólo ser actor y ya está, sino que implica también tener mucha inseguridad, tener grandes alegrías, pero también frustraciones. Supone muchas cosas. Es lo que me ha hecho feliz y con lo que he podido vivir”.
Se congratula de haber podido hacer cine, teatro y televisión. “Lo que más he hecho ha sido teatro, y precisamente por hacer teatro, en muchas ocasiones he tenido que decir no a otras posibilidades, sobre todo de televisión. El cine no me ha querido demasiado”, señala el actor, quien añade que en las tres áreas se ha sentido igual de cómodo y que es importante cambiar.
Reconoce que en teatro ha podido hacer más personajes atractivos que en el cine, “El teatro me ha dado la posibilidad más de elegir. En el cine y la televisión he hecho lo que me ha ido apareciendo. En ese sentido, estoy más contento con los personajes que he podido interpretar en el teatro, en general, aunque hay trabajos de cine y trabajos de series con los que estoy muy contento. Y los que son menos importantes también los agradezco. De todo se aprende”, explica.
Medio personaje hecho
Guarda Miramón muy buenos recuerdos de las películas en las que participó en los 80, como “Akelarre” (1984), de Pedro Olea; “El disputado voto del Sr. Cayo” (1986), de Antonio Giménez Rico, o “El mar y el tiempo” (1989), de Fernando Fernán Gómez. De las dos primeras recuerda sobre todo lo bien que se lo pasó teniendo que desplazarse a otros lugares para rodar: “Son experiencias que están en el camino y te valen para tu propia vida y para valorar más lo que tienes y a la gente con la que trabajas”.
Otra película importante en su carrera cinematográfica es “You’re the One (Una historia de entonces)” (2000), de José Luis Garci, por la que recibió su única nominación al Goya. “Con Garci se rueda fenomenal porque es un gran amante de los actores. Y entonces te lo pone todo muy fácil, todo muy a favor. Estuvimos ensayando y hablando mucho de los personajes. Y hay una cosa muy bonita: normalmente se dice ‘Cinco y acción’ y él dice ‘Tómate la acción’. Se trabajaba con mucha relajación con él”, cuenta.
En esa película interpretaba a un profesor, y recuerda que cuando fue al decorado, realizado por Gil Parrondo, y entró en el aula donde se daban las clases, fue como volver a su propia niñez. “Entonces vi que ya tenía medio personaje hecho. Me vinieron todos los recuerdos de la escuela. Realmente esa película tuvo mucha magia, era muy emotiva, y la gente que estábamos allí nos queríamos mucho”, evoca el actor.
Respecto a la televisión, recuerda con agrado su paso por series como «Página de sucesos” (1985), dirigida por Antonio Giménez Rico; “Media naranja” (1986), a las órdenes de Jesús Yagüe y con guiones de Rosa Montero; “A medias” (2002), coprotagonizada junto a Nancho Novo y que, a su juicio, fue maltratada en la programación, o “Amar es para siempre”, que continúa en la parrilla televisiva y gracias a la cual, dice, ha “hecho amigos estupendos” y de la que destaca su “maravilloso” ambiente”.
Entre sus próximos proyectos se encuentra un pequeño papel en la nueva película de Joaquín Mazón, aún sin título, con quien ya ha trabajado en “De perdidos a Río” (2023) y “La familia Benetón” (2024), además de seguir en el teatro con “Laponia”, que continuará con una tercera temporada en el Teatro Maravillas de Madrid y que puede que salga de gira por otros escenarios españoles.