viernes, abril 19, 2024

Javier Dias de la Fuente, director fundador de A+Familias. “Hay particulares, grandes donantes o instituciones que han confiado en nosotros”

Texto: Lucía Romano Maricalva / Fotos: A+familias

El proyecto A+Familias nació como respuesta ciudadana a la situación de vulnerabilidad de muchas familias con la crisis del coronavirus. Lo que empezó como una iniciativa temporal, terminó institucionalizándose en noviembre de 2020 y ha llegado hasta nuestros días.

Desde su creación, la organización ya ha ayudado económicamente a más de 300 familias. Hasta el momento, su principal aportación ha sido el reparto de tarjetas de débito a las familias en situación de crisis para tratar de garantizar sus mínimos vitales “Estas tarjetas dignifican mucho a las familias que pueden comprar en diferentes establecimientos sin tener que solo utilizarlas en uno concreto, tienen mucha más autonomía”.

Otro de los aspectos importantes para A+Familias es el acompañamiento emocional de las familias. En marzo de 2021 la asociación empezó a profesionalizarse. Se contrató a un total de tres empleados que en la actualidad son cinco, entre los cuales destaca la labor de los trabajadores sociales. “Una organización como esta necesita también un equipo multidisciplinar, como un departamento de comunicación que ha hecho posible que esta situación sea contada, narrada y sensibilizada”.

En septiembre de 2021 Javier y el resto del equipo decidieron darle un nuevo rumbo a su estrategia. Tras una jornada de reflexión, desarrollaron un nuevo business plan para encontrar su valor diferencial. A+Familias, se ha convertido en un nexo de unión entre las distintas entidades colaboradoras con este sector con el propósito de dar una cobertura más integral a las familias en situación de vulnerabilidad.

¿Cuál es vuestro sistema de apoyo económico a las familias?

El proyecto ha cambiado. No nacimos con las tarjetas de crédito desde el primer momento. Al principio fue a toca teja, compras directas y llevarlas a los usuarios, a las familias. A través de esta ayuda gracias a tantos voluntarios, cuando no se llamaba A+Familias todavía. Después el proyecto cambió y se buscó vales de Supermercados DIA, después tarjetas de Carrefour, tarjetas online, y, por último, las tarjetas de debido y de crédito de VISA social, de la Caixa. Estas tarjetas dignifican mucho a las familias que pueden comprar en diferentes establecimientos sin tener que solo utilizarlas en uno concreto, tienen mucha más autonomía.

¿Cómo apoyáis emocionalmente a las personas que se encuentran en esta situación?

Desde el principio vimos la importancia que tenía poder acompañar a estas familias con el apoyo emocional, en este caso telefónico porque estábamos confinados era esencial. Por ello, movilizamos a muchos trabajadores sociales que se volcaron de una manera altruista y muy generosa en ayudarnos. Llegamos a tener hasta 72 trabajadores sociales e integradores sociales ayudando a distancia a las personas a las que le dábamos ayuda económica. Esto fue una auténtica bendición, algo que realmente ayudó muchísimo. Teníamos reuniones semanales con los psicólogos, trabajadores sociales y demás para poder llevar un seguimiento e intentar coordinarnos dentro de las posibilidades que teníamos.

¿Qué perfil de profesionales es el mejor para trabajar en una asociación como esta?

En mayor medida, los trabajadores sociales, integradores sociales, psicólogos de familia, etc. Pero es verdad que una organización como esta necesita también un equipo multidisciplinar, como un departamento de comunicación que ha hecho posible que esta situación sea contada, narrada y sensibilizada. Cuando el proyecto ha ido consolidándose ha surgido la necesidad de una evaluación o valoración de este impacto que se está consiguiendo. Necesita el apoyo con conocimientos económicos o de medición. También en el equipo de profesionales de A+Familias necesitamos gente que ayude a encontrar fondos para todo esto. Al final, parte del apoyo es económico, recursos económicos en tarjetas. Esto necesita muchas subvenciones, apoyo de fundaciones y de identidades privadas.

Este proyecto ha nacido en un momento necesario para la ayuda de las familias, pero, ¿cómo ha sido aventurarse al emprendimiento en una época tan complicada para todos?

Sin duda ha sido una gran aventura, un gran riesgo y una apuesta. Pero lo importante es que se está consiguiendo gracias a la ayuda infinita de tanta gente y la generosidad inmensa de tantas personas y la confianza que han puesto en nosotros quienes quien en el proyecto. Hay particulares, grandes donantes o instituciones que han confiado en nosotros porque han visto que esos beneficios se han canalizado directamente en el apoyo a las familias.

¿La pandemia nos ha hecho más solidarios?

La pandemia nos ha hecho más solidarios, sin dudarlo, por lo menos durante el confinamiento la sensibilidad fue impresionante. Después creo que sí que ha habido un click en la sociedad. No es que haya bajado la situación de vulnerabilidad de muchas familias, pero sí que, aunque pueda haber más, hemos visto que también hay más ayudas y más gente que se siente sensible y solidaria con todo esto, personas e instituciones.

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