viernes, abril 19, 2024

Javier Losán: “La palabra famoso no me gusta, soy un actor popular”

Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: Eva Marí Marí

Al actor albaceteño de 52 años le hemos visto colaborando con José Mota, pero donde de verdad le hemos descubierto ha sido en la serie “El Pueblo” (Amazon Prime Video), por su papel de El Ovejas, el pastor del pueblo. Javier es un gran actor, no lo vamos a negar, y con su papel en esta serie nos ha enternecido a todos y todas. En sus escasos ratos libres se dedica a luchar contra el Bullying en los colegios e institutos, dando charlas a los pequeños y adolescentes, en las que el actor aprovecha su popularidad para intentar concienciar de que el acoso y abuso escolar es un problema muy grave que debe desaparecer de los centros educativos.

Javier nació en El Bonillo, un pequeño pueblo de Albacete, es hijo de panaderos y con algo más de 3 años se fue a vivir a El Ballestero, otro pueblecito de la misma provincia, donde vivió hasta los 13 años. “Con trece años me fui a estudiar a La Laboral de Albacete donde estuve cinco años, entre semana estudiaba y los fines de semana me iba para el pueblo” cuenta el actor. Recuerda su infancia jugando al futbol y a otros juegos que nada tienen que ver con los de ahora, como al pilla pilla, a La Rata o a los partidos quemaos, donde jugaban todos los chavales del pueblo juntos y en dos equipos. Cuenta que rompió unas cuantas bicicletas y muchos pares de zapatos de frenar con ellos, y reconoce que ha tenido una infancia muy feliz en su pueblo. “También empecé a hacer teatro en el pueblo, a nivel aficionado. Hasta quinto de EGB lo hice en El Ballestero y los tres siguientes cursos en El Bonillo, después hice FP de electrónica porque yo quería ser mecánico”. El teatro ha estado muy presente siempre, aunque nos cuenta que también quiso ser torero y que su abuela materna, que era modista, le cosió un traje de luces. Con aquella idea en la cabeza su abuelo le llevó un día a ver una ganadería de camino a Albacete, iba en un Citroën 8 blanco con su traje de luces, no lo olvidará nunca. “Recuerdo que mi abuelo me cogió en brazos y me saltó la valla, los toros los tenía a menos de 200 metros y me acojoné, ahí se me quitaron las ganas de ser torero”.

Pero en realidad tú querías estudiar Arte Dramático ¿no?

Esa era mi obsesión, y yo quería estar lo más cerca que pudiera de Madrid. Te diré que saqué muy buenas notas en FP Electrónica y pedí becas para otras laborales, para hacer Telecomunicaciones y me dieron Sevilla, Córdoba y Alcalá de Henares, así que me fui a esta última que era la que más cerca de Madrid estaba. Estudié Ingeniería y a la vez Arte Dramático. En aquella época no había licenciatura como ahora, había diplomatura. Me voy a Madrid para estudiar Arte Dramático y estando interno en La Laboral de Alcalá, en un edificio de 12 plantas, detectan aluminosis y quitan el internado, por lo que nos dan a elegir entre Madrid o Guadalajara, yo escogí Guadalajara. Allí estaba la Escuela Regional de Castilla-La Mancha y empecé a estudiar teatro allí. Acabé Arte Dramático y seguí estudiando Telecomunicaciones.

Estudias Teleco, haces Arte Dramático y comienzas a hacer teatro, pero, ¿en algún momento pensaste en dedicarte a ser actor profesionalmente?

Claro que sí, cuando termino FP electrónica en Albacete, me voy a Alcalá de Henares para poder estudiar Arte Dramático en Madrid, al final lo hice en Guadalajara. Hace treinta años escuelas de teatro había siete y buenas, ahora hay tropecientas mil. Cuando acabé las asignaturas en Guadalajara me fui apuntando a seminarios y cursos en Madrid, estuve año y medio en una escuela privada de Ángel Gutiérrez, que era el único catedrático de teatro que había en España entonces y que desciende de la Escuela de Stanislavski. Yo con 13 años ya tenía el gusanillo dentro, pero cuando lo vi claro fue en los veranos de mi pueblo, que hacíamos teatro.

Javier Losán con Ángel Jodrá rodando la serie El Pueblo

¿Qué ha significado para ti, como actor, empezar en el teatro? ¿Qué tiene el teatro que tanto engancha a algunos actores y actrices?  

Yo creo que el teatro te permite, a través de unos personajes, hacer realidad muchas de las fantasías que uno tiene. Creo que a mí me ha hecho conocerme mucho más, si no hubiera sido por el teatro sé que no hubiera llegado a conocerme por dentro como lo hago ahora. A lo largo de tu formación tienes que ir construyéndote como un teclado emocional y para construir ese teclado te tienes que conocer muchísimo a ti mismo.

Has hecho teatro y teatro de calle, este último imagino que te permite improvisar, ¿no?

Yo he hecho las dos cosas. La última obra que hice con El Monaguillo y Josema Yuste con la que estuvimos 4 años, por ejemplo, estuvimos en Madrid y de gira, por lo que he hecho muchísimas funciones de la misma obra y luego he hecho teatro de calle. En una obra de teatro tienes que decir lo mismo todos los días y cuando haces teatro de calle e improvisación, este te permite hacer cosas distintas. Si en ambos tipos tú interpretas tu papel desde la verdad y como si fuera la primera vez, es perfecto. Esos 4 años que estuve con la misma obra yo no salía al escenario de manera mecánica o a fichar, salía a disfrutar. En cada función he descubierto cosas nuevas del personaje que estaba interpretando. Yo le doy cosas al personaje y él a mí, es igual que en la vida. Yo ahora tengo 52 años y a lo largo de mi vida me he ido conociendo, cuando tenía 30 no me conocía como me conozco ahora, pues con los personajes me pasa igual. Yo hago teatro para divertirme y que el público se lo pase bien. Cuando hago teatro en la calle es acojonante, la gente entra en este concepto teatral, yo he hecho verdaderas burradas en la calle, pero la gente ha entrado y se ha reído.

Javier interpreta a El Ovejas, uno de los personajes más queridos de la serie

Casi todos tus papeles, como tus colaboraciones con José Mota y ahora con El Ovejas, están llenos de humor, ¿sigue estando el humor de moda?

Cuanta más tragedia hay alrededor de nuestras vidas más de moda está el humor. Con la serie de El Pueblo no sabes la cantidad de gente, que por mensaje o a través de las redes sociales, me dicen que menos mal que descubrieron la serie durante el confinamiento, que consiguió suavizar el sufrimiento de la pandemia. Esta serie ha servido de medicina para pasar ese trago tan malo que hemos tenido todos, les ha hecho olvidarse y reír. La comedia nunca pasa de moda, siempre está ahí. Hay una cosa que se llama tener un “don”, el don de la vena cómica, que con eso se nace porque no te lo puede enseñar nadie en la escuela. En mis comienzos en el teatro también hice drama y se me daba bien, pero si puedo elegir, elijo comedia.

¿Eres de los actores a los que no les gusta verse en una serie cuando la emiten?

No, a mí me gusta verme y me descojono vivo. Yo sé lo que no quiero hacer y se lo que hago mal, me analizo yo mismo e intento corregirlo para mejorar mi actuación, y lo mejor para eso es verlo desde fuera. Ahí veo si lo que estoy haciendo es creíble o no. Ahora estoy separado, he tenido una relación de 11 años, pero cuando mi pareja me veía viéndome a mí mismo en El Pueblo, se sorprendía al verme reír. Siempre digo: “Qué ocurrencias tienen los guionistas y El Ovejas de hacerlo como lo hace”.

Tu personaje en “El Pueblo”, El Ovejas, se ha convertido en uno de los personajes más queridos de la serie y la gente empieza a conocerte ¿cómo te ha cambiado la vida?

Cuando empecé a hacer la serie ya sabía a lo que nos enfrentábamos. La palabra famoso no me gusta, yo soy un actor popular. Ya sabíamos que si la serie lo petaba, como lo ha hecho, nuestras vidas cambiarían. Uno se va preparando para que cuando llegara el momento no me viniera grande, ni me superara. Salgo a la calle y la mayoría de la gente me conoce, tienes que estar preparado para que parte de tu tiempo, que antes utilizabas para hacer lo que te daba la gana, ahora tienes que ser consciente de que lo tienes que compartir con la gente que te ve, que te quiere y aprecia. El otro día estuve en un pueblo actuando y había 325 personas, al terminar me hice fotos con toda la gente, estuve hora y media con una sonrisa porque sé que va incorporado a lo que yo quería, sino hubiera querido que llegara este momento hubiera seguido haciendo teatro. También te digo que he tenido que aprender a tolerar. En diciembre del año pasado tuve que poner un filtro, yo no tenía tiempo material para hacer videos a la gente que me sigue y, aunque me llamen pesetero, me apunte a una plataforma en la cual todo el que quiera un video personalizado tiene que pagar un dinero. De ese dinero, una parte va para fines benéficos, otra parte para mí y el resto para la plataforma y estoy súper contento. La popularidad tiene cosas positivas, pero también las tiene negativas y es verdad que tengo la ayuda de Eva Marí, que es la persona que me lleva la comunicación y que está siempre ahí. Hace unos días le conté que había una señora que llevaba dos meses acosándome y que no sabía cómo terminar con aquello, ella ha sido la que se ha ocupado. Reconozco que a veces me siento acosado por mujeres de mi edad y también por algún hombre, quiero volver a dejar claro que soy heterosexual y que eso no quiere decir que sea mejor o peor persona. He vivido situaciones surrealistas de verdad, una persona me dijo que era pitonisa y que yo iba a tener un accidente con el coche, simplemente por no haber contestado a uno de sus muchos mensajes.

Losán con las actrices Laura Gómez-Lacueva y Aurélie-Hind

¿Cómo son los rodajes de la serie?

Son maravillosos, hemos formado una gran familia. Aquí en el pueblo las casas están abiertas, porque los actores y parte del equipo de dirección y producción vivimos aquí, en cuatro temporadas jamás le ha faltado nada a nadie. 

Estáis acabando la cuarta temporada, ¿Qué me puedes contar de tu personaje?

Pues que el pobre Ovejas sigue buscando a su amada. Igual que en la tercera temporada encuentra cosas y por “x” se van o las echa. Si tu analizas el personaje, el día que se haga novio y se case ya no será el Ovejas. Su deseo es encontrar el amor de su vida y yo creo, que cuando lo encuentre se acabará la serie. Así que, si no queremos que acabe, el Ovejas tendrá que seguir buscando novia.

Eres manchego y sabemos que en Castilla-La Mancha hay muchísimos pueblos con despoblación. En la serie el tema principal es la España vaciada, ¿A ti te preocupa que los pueblos se queden sin gente?

Claro que me preocupa, pero esto es como una especie de huracán que no se puede parar. Si en un pueblo no hay como ganarte la vida, la gente se va. En la edad de mis padres y en la de los tuyos, la gente no estudiaba tanto como ahora, entonces se quedaba en el pueblo y vivían del campo y de la ganadería. En mi pueblo, por ejemplo, había varios pastores con pocas ovejas y, agricultores con pocas tierras, ahora solo hay un pastor con muchísimas ovejas. El Estado también pone muchas trabas a los emprendedores rurales, deberían ponérselo más fácil. Para conseguir ayudas piden millones de papeles y eso consigue poner las cosas más difíciles de lo que ya están. Pero luego hay otra parte, hay muchos pueblos con poquita gente y que si hablas con ellos te dirán que no quieren que vayan más personas a vivir. Así que por un lado los pueblos se están quedando vacíos y por otro, los que se quedan no quieren gente.

¿Qué hace Javier Losán cuando no está actuando?

Me siento tan privilegiado por lo que hago, que mi mente siempre está pensando, además, tengo una compañía de teatro. No conozco a Javier Losán de vacaciones, a ver, puedo desconectar un par de días pero, siempre estoy dándole vueltas a lo que voy a hacer más adelante. Ahora quiero estrenar un monólogo de Sancho Panza para antes de que acabe el año, me lo están escribiendo. Me he metido también a hacer monólogos, algunos los escribo yo y otros me los escriben, estoy haciendo bolos. Tengo pendiente otra obra que escribí con dos compañeros durante el confinamiento y quiero producirla para el año que viene. Mi mente siempre está trabajando para ver qué puedo hacer. Además, estoy trabajando en el piloto de una serie que ya hemos presentado a una televisión.

Me han contado que en tus ratos libres das charlas en colegios sobre el Bullying, imagino que EL Ovejas consigue que los mensajes tengan más efecto, ¿no?

Claro. ¿Sabes lo que pasa? Que el Ovejas tiene muchos seguidores niños y no es lo mismo que las cosas se las digan los padres a que se las diga él. El que yo haga ese tipo de charlas y la gente te vea ahí en persona, encaja mucho mejor que si lo hace un profe. Así que, mientras se pueda ayudar seguiré haciéndolo. Estas charlas nacieron porque tanto Eva como yo tenemos esa necesidad de ayudar y creemos que nuestra presencia puede servir para mandar un mensaje claro. Todo empezó porque en la Nochevieja pasada la madre de una niña se puso en contacto conmigo, a su hija le hacían Bullying. Esa niña nació con una deficiencia mental y tuvo que cambiar de colegio por el acoso. Esa nochevieja me puse en contacto con la niña, estuvimos hablando por videollamada y a raíz de ahí nació una amistad, de hecho, la niña me llama tío.

Como buen manchego que eres Javier, ¿Un lugar de La Mancha para perderte?

 Las Lagunas de Ruidera.

¿Una comida manchega?

El Gazpacho Manchego.

¿Con quién compartirías un buen vino de La Mancha?

Con la persona que compartiera mi vida en ese momento.

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