viernes, marzo 29, 2024

José Almarcha, guitarrista: “Hay discográficas que no dan oportunidad a determinados artistas que no son conocidos”

Texto: Javier Cuenca Fotos: Instagram J.A.

El guitarrista José Almarcha (Tomelloso, Ciudad Real) ha publicado recientemente «Alejandra», su segundo disco de estudio, un trabajo autoeditado por él mismo en el que recrea diversos palos flamencos como la bulería, la malagueña  o la seguiriya y que nace como homenaje a su madre, cuyo nombre le da título. Más Noticias le ha entrevistado para que nos hable de la génesis del álbum y de las influencias y referentes que nutren su música.

José Almarcha es un guitarrista de tradición flamenca que, aunque nacido en la provincia de Ciudad Real, ha sabido trasladar a las cuerdas de su instrumento toda la esencia de un género tan proclive a dejarse mimar y mezclar con otras músicas. «Alejandra» es el título de su segundo álbum de estudio, un nombre de mujer que en este caso también es un homenaje a su madre, cuya pérdida supuso un cambio en su forma de componer y tocar.

Nos cuenta el guitarrista que este es un disco que tenía en la cabeza hace mucho tiempo, pero el ritmo de vida que llevaba (giras de conciertos y demás) le impedía concentrarse y organizarse para abordarlo adecuadamente. El estallido de la pandemia y el confinamiento que trajo consigo fue el momento para poder finalmente sentarse a culminar y dar forma al álbum, aunque la mayoría de las ideas ya estaban esbozadas. “La mayoría de los temas ya los tenía hechos. Sólo tenía que sentarme y darle vueltas para ver cómo arreglarlos, qué poner aquí, qué poner allí. La primera idea la tenía de hace ya tiempo, pero no había podido ultimar bien los detalles”, comenta.

Algo más que flamenco

Aunque en esencia es un disco de flamenco tradicional, con palos como la bulería, la guajira o el tango, encontramos en él elementos que pertenecen a otras músicas. Instrumentos que podrían resultarle llamativos a un purista del género. Almarcha explica que él se considera un guitarrista flamenco, pero ha intentado en algunas piezas del disco ofrecer diferentes aromas, sonidos nuevos como integrar un coro en una malagueña, algo que no se había hecho hasta ahora, o guitarras eléctricas y baterías en una seguiriya.

He metido algunas pinceladas con un concepto un poco más abierto que me apetecía y que me lo sugerían determinados temas. Pero sin dejar de lado nunca el flamenco porque es lo que yo soy”, dice el guitarrista tomellosano, quien apunta que eligió la malagueña como título del disco y homenaje a su madre, Alejandra, por el toque y la profundidad que tiene ese palo y porque es menos serio que otros como la taranta o la rondeña, y que además son más tristes. “Buscaba una solemnidad profunda, algo nostálgico, pero que no llegara al punto de la pena”, añade.

En el disco hay colaboraciones como las de la cantante Sandra Carrasco, que ya participó en el primer álbum de Almarcha, “de lo mejor que tenemos ahora mismo y buena amiga mía”, señala el guitarrista, y que siempre que puede “me echa un cable”, los cantaores Loreto de Diego, Pepe de Pura, Luis Moneo y Manuel Gago, el violinista Víctor Guadiana, su “mano derecha” en este disco, y el percusionista Javi Ruibal y la bailaora Lucía Ruibal, ambos hijos del cantautor Javier Ruibal, entre otras.

Es gente que quiero mucho, amigos y compañeros que tengo la suerte de que son buenísimos en lo suyo y han querido estar aquí conmigo echándome un capote”, explica.

De Sabicas a Sanlúcar

Entre los referentes de José Almarcha se encuentran el guitarrista Sabicas, a quien por cierto le dedica un tema del disco y del que nos dice que cuando empezó a tocar la guitarra de niño las primeras notas que dio, sin saberlo, eran suyas, porque era la música que le ponía su profesor. A medida que fue creciendo le empezaron a gustar otros guitarristas, como Paco de Lucía, a quien considera “el más revolucionario” y cuya forma de tocar le produjo un gran impacto.

También tiene palabras elogiosas para Manolo Sanlúcar, otro referente para él, José Antonio Rodríguez, Vicente Amigo, Gerardo Núñez o Juan Manuel Cañizares. “Son muchos los guitarristas que escucho y de los que he mamado”, admite. “Pero a nivel de concepto, de composición, me identifico mucho con la manera de tocar de Manolo Sanlúcar”.

«Alejandra» es un disco autoeditado por el propio Almarcha, quien asegura que ha recurrido a este método porque es el mejor que tenía para poner en circulación este trabajo y porque “hay discográficas que no dan oportunidad a determinados artistas que no son conocidos”. “Esta es la única salida que tenemos los que estamos intentando luchar por enseñar nuestras ideas y nuestro trabajo. Es otra opción, ni mejor ni peor, pero que al menos abre mucho más el abanico aunque estemos esperando a que las discográficas grandes nos llamen para grabar. Si nos esperamos a que nos llamen, igual no podemos enseñar nunca lo que tenemos que decir”, indica.

Agrega que, al fin y al cabo, las discográficas son una industria, empresas que quizá apuestan sobre seguro o por lo que piensan que puede tener éxito. “Si tienes una propuesta normal o que no es demasiado llamativa, es complicado que te abran la puerta porque hay mucha gente. Pero también es comprensible”, señala Almarcha, quien considera que, por otro lado, el flamenco está en un buen momento a nivel artístico y de compromiso, con gente joven haciendo cosas muy interesantes y de una gran belleza.

Eso hace que el género goce de buena salud, aunque actualmente no sea un buen momento ni para el flamenco ni para el resto de propuestas musicales debido a la pandemia. “No nos dejan trabajar y no nos dejan expresarnos”, dice este guitarrista, si bien se muestra optimista y cree que cuando amaine el temporal y la vacunación coja impulso se irá recuperando la tranquilidad.

Como nuestro entrevistado es de Tomelloso, aprovechamos para pedirle que nos recomiende viandas y lugares de Castilla-La Mancha. Nos aconseja los vinos de su pueblo, así como los de Valdepeñas, y en cuanto a platos típicos se decanta por las migas de pastor, “con uvas”, puntualiza, el pisto y las gachas, plato este último “maravilloso para quien lo descubre”. Y como lugar para visitar y disfrutar menciona las Lagunas de Ruidera, a su parecer “una exquisitez”, un entorno hermoso y espectacular. Eso si se queda en los alrededores de Tomelloso, su zona, porque asegura que en cada provincia castellanomanchega “hay maravillas”.

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