Texto: Sandra Cuenca Fotos: J.G.S.
José García Salinas es el alcalde de Cabanillas del Campo, una localidad situada en la provincia de Guadalajara, que cuenta con 10.900 habitantes.
El alcalde de Cabanillas del Campo, José García, es uno de los alcaldes más jóvenes a los que hemos entrevistado hasta ahora, tiene 33 años y es su segunda legislatura. Nació en Cabanillas, ha vivido y estudiado allí, por lo que es de los pocos que quedan de pura cepa. Tiene un hobby que comparte, según el mismo reconoce, con muchos de los que se dedican a la política y es irse a un lugar donde poder desconectar del móvil y de las redes sociales, así como salir a caminar o subir a la montaña, “soy más de montaña que de playa”. Aprovecho para preguntarle por un lugar de Guadalajara para desconectar, no duda en su respuesta: “Sin duda la Sierra Norte o Molina de Aragón, unas estupendas zonas dentro de la provincia y que aprovecho para invitar a que nos visiten los de dentro y fuera de nuestra región”.
¿Cómo llega a la alcaldía de Cabanillas del Campo?
Antes de presentarme a concejal y después a alcalde, el que era alcalde antes ya me había sondeado en algún momento y había ido en alguna lista del partido, por echar una mano, en otros municipios. Un día él me dijo: “Las siguientes elecciones las vamos a perder, y no quiero que las pierdas tú, lo haré yo, así te quedas de relevo y hacemos el cambio”. Después junto con el partido y el que era alcalde en aquel momento, Jesús Miguel Pérez, nos organizamos y salió bien. Es mi segunda legislatura como alcalde, fui concejal del 2011 al 2015, cuando el PSOE perdió las elecciones en Cabanillas, después como alcalde llevo desde el 2015.
Segunda legislatura complicada y dura por la pandemia, ¿en algún momento ha pensado en abandonar?
No, nunca. Es verdad que cuando llegó la pandemia los ciudadanos no comprendían las decisiones tomadas desde el ayuntamiento, pero eso siempre pasa, con pandemia o sin ella. Esto viene sin manual de instrucciones, nos enfrentamos a los mismos miedos e inseguridades que cualquier vecino, no somos superhéroes. Cuando Cabanillas del Campo, junto con Marchamalo, Alovera y Azuqueca de Henares, fuimos los primeros municipios que cerramos todas nuestras instalaciones, antes de que ningún gobierno decretara nada, nos llamaron agoreros. Sabíamos lo que se nos venía encima, éramos perfectos conocedores que por la cercanía del Corredor de Henares con la vecina Comunidad de Madrid nos iba a tocar fuerte. La mayoría de mis vecinos o trabajan en Madrid o disfrutan del ocio de la capital, otros estudian en la Universidad de Alcalá y en otras universidades madrileñas, era un hecho evidente que el virus iba a azotar con dureza todo el Corredor de Henares. Algunos no lo entendieron, aunque luego nos dieran la razón cuando sucedieron los hechos.
Entonces… ¿no se quedó sin fuerzas en ningún momento?
Yo soy de los que se echa la mochila al hombro y que se crece ante la adversidad, quizás en otros momentos haya podido uno flojear, pero en estas situaciones hay que tirar para adelante. Yo estuve al pie del cañón con los voluntarios de protección civil y con los agricultores, yo creo que dentro de esa vorágine tampoco te daba mucho tiempo a plantearte nada, y menos a abandonar a tu pueblo.
¿Cuál fue su mayor miedo en aquella situación?
Mi mayor miedo, y el de todo el ayuntamiento, es que cuando se decreta el Estado de Alarma temimos por las personas mayores, esa era nuestra prioridad. Las personas mayores que vivian solas, que no tenían quien les hiciera la compra ni nadie que cada noche les preguntara como se encontraban. Así que hicimos un protocolo, las primeras llamadas las hice yo a cada uno de ellos, ofreciéndoles servicios que tiene el ayuntamiento y para que me trasladasen las necesidades que pudieran tener en su día a día. Después, semanalmente la concejal de Servicios Sociales les llamaba, y empezamos a llevarles la compra y acercarles al médico con la ayuda de Protección Civil.
Imagino, que haciéndolo bien o mal las críticas siempre estarán ahí, ¿cómo se hace para evitar que afecten?
A ver, he de reconocer que al principio, los primeros meses como alcalde, llovían muchas, luego uno tiene que aprender a vivir con ello. La regla número uno que le dije a mi familia fue que no se metieran en ninguna conversación donde se estuviera criticando al ayuntamiento, que no me defendieran ante nadie y que hicieran caso omiso a lo que escucharan. He aprendido una cosa: Todo lo que hago es por el interés general de mi pueblo. Ni siquiera en mi propia familia hay un entendimiento entre todos al cien por cien, no todos opinan igual. Tengo familiares de izquierda, de derechas, alguno de extrema derecha y otros de la izquierda más radical, es decir, que en la propia familia existe la misma discrepancia que en la sociedad, cada uno piensa de manera diferente. Eso me hace pensar en una idea muy clara, hago todo por el pueblo en el que he nacido, al que quiero y deseo lo mejor, con errores y con aciertos, pero intento hacer lo correcto cada día olvidándome por completo de las críticas, e intentando que me afecten lo menos posible.
¿Cómo es Cabanillas del Campo?
Es un pueblo que no hace tantos años, yo tengo 33, no tenía instituto ni centro de salud, solo un pequeño consultorio con dos médicos en turno de mañana. Ha pasado de ser, mayoritariamente, un pueblo agrícola en el que a clase íbamos 9 o 10 alumnos a convertirse en uno de los mayores municipios en crecimiento industrial y logístico. Contamos con dos colegios, un instituto, un centro de salud estupendo (ahora vamos a hacer uno nuevo), tenemos todos los servicios deportivos, sanitarios, empresariales y económicos. Lo hemos hecho entre todos, no me voy a adjudicar todas las cosas buenas de Cabanillas, a lo largo y ancho de la democracia se ha sabido conjugar el crecimiento de la localidad con los servicios y las atenciones. Me siento orgulloso de ser alcalde de uno de los municipios con mayor empuje de toda España en crecimiento industrial y logístico, con los impuestos más bajos de todo el Corredor de Henares, y aun así, con un municipio de los mejores. Para que se hagan una idea, cuando los vecinos podan sus jardines o cortan el césped, se lo recogemos a domicilio, esos servicios no los tiene ni la vecina Comunidad de Madrid.
¿Hay algo que haya hecho como alcalde y de lo que se sienta especialmente orgulloso?
Al final, no es solo una cosa de la que uno puede sentirse orgulloso. Siempre he dicho que no hay un solo vecino que haya querido hablar con su alcalde y que no haya tenido la oportunidad de hacerlo. Yo recibo a todos los vecinos que vienen a trasladarme sus inquietudes o sus problemas, a veces sin tener relación con la vida municipal. Hay personas que vienen a contarme que se van a divorciar, y yo ahí no puedo hacer mucho, pero hacer esa labor de escuchar y conseguir que se sientan algo más reconfortados es bueno, al menos para mí. Fundamentalmente es la prestación de los servicios, ir mejorando poco a poco la calidad de los vecinos.
¿Puede ponerme algún ejemplo?
Claro, ahora tenemos la construcción de un nuevo Centro Fitness, y estamos relanzando un proyecto que se llevaba prometiendo años y nunca se ha cumplido. Particularmente eso de prometer y no cumplir es algo que me molesta mucho. A lo que me refiero es a la construcción de una piscina climatizada que será una realidad en 2022. El Parque de Elena Cruz que está a punto de ser terminado, Elena fue consejera del Gobierno de Castilla-La Mancha, y además era vecina de la localidad. En definitiva, no es solo una cosa, es el conjunto del día a día. La política de un ayuntamiento lo que tiene, es que al final cuando tomas una decisión se nota, y eso no ocurre cuando uno es diputado o senador porque es mucho más difícil palpar esa realidad.
¿Algo indispensable que cumplir en esta legislatura?
Una de ellas es el nuevo Centro de Salud, tenemos el compromiso del Presidente de Castilla-La Mancha de que será una realidad. Estamos a punto de empezar las obras, y como bien decía, aunque ahora parezca una banalidad dentro de esta crisis económica que nos azota, y que en Cabanillas no es tan fuerte, es acabar la Piscina Cubierta. Es una demanda histórica, prometida por diferentes partidos y por diferentes alcaldes, ahora por fin será una realidad. Los niños podrán practicar deporte en invierno y los mayores su rehabilitación, creo que es un servicio muy importante para los vecinos y vecinas de Cabanillas del Campo.
¿Tiene el alcalde de Cabanillas un sueldo mensual?
En esta legislatura no, en la pasada si, era de 33.000€ al año. En esta no percibo cantidad alguna, como alcalde de Cabanillas, puesto que once municipios de la Provincia, formamos parte de la Mancomunidad Aguas del Sorbe y se van alternando. Esta legislatura me tocaba a mí ser presidente de la Mancomunidad, por tanto recibo mi retribución de ahí y no lo hago del ayuntamiento.
Antes de ser alcalde, ¿a qué se dedicaba?
Tengo mi plaza de funcionario en la Comunidad de Madrid, aunque nunca he llegado a incorporarme ya que siempre he trabajado en la empresa privada. Fundamentalmente he trabajado en dos vías, una en el sector asegurador donde también tengo mi plaza aunque sea privada, ya que llevo trabajando muchos años, y luego tengo dos sociedades vinculadas al sector de los seguros. A eso me he dedicado y a eso me dedico, tengo compatibilidad para ello.
¿Volverá a presentarse a la alcaldía?
Esa cuestión corresponde decidirlo a mi partido, el planteamiento de si es la mejor opción para ganar las próximas elecciones, y luego es pronto para decidir, si le digo que sí me presentaré me azotarían muchísimo, si le dijera que no, parecería que estoy en retirada y perdería credibilidad. Es todo lo que puedo decirle ahora, pero tengo la fuerza y la ilusión para seguir dedicando todo mi esfuerzo y trabajo a ayudar a los vecinos y vecinas de mi pueblo.