martes, septiembre 10, 2024

Las Gafas de Ver

Por Marta Montoya Barroso

Durante media hora he estado buscando mis gafas de ver y cómo no, las llevaba puestas a modo de gafas de sol en la cabeza.

Vamos tan despistados por culpa de las prisas, nuestros mundos interiores y demás, que sólo vemos lo más obvio, sólo miramos lo inmediato, o como mucho al suelo para no caernos.

Con nuestras ciudades hacemos lo mismo, sólo vemos lo inmediato. Las ciudades contemporáneas y los asentamientos que hemos hecho en ellas forman estructuras complejas, y a veces nos dejamos espacios residuales, espacios abiertos y públicos infrautilizados. Y ahí está la labor de los arquitectos, los urbanistas y los paisajistas que debemos buscar propuestas que se adapten al ciudadano.

Pero como siempre hay esperanza, hay quien lo está haciendo muy bien.

En Berlín encontramos un espacio debajo de un viaducto del metro: una escultura de luz llamada “Huellas Nocturnas” se ha revitalizado siendo un carril bici, con luces de neón led suspendidas en una estructura de acero debajo del viaducto. Unas bicicletas, a modo de generadores, crean una atmósfera lineal y luego oscilante, como una carrera ciclista, atrayente. Un 10 para SKIA Studio.

En Nueva York, la ciudad de las luces publicitarias, hace ya años se hizo un parque en el recorrido de unas vías de tren, Highline Park, el mismo mide más de 2 km y fue emblemático para iniciar cambios en la ciudad, en los mal llamados espacios residuales. Vías de tren, túneles, puentes, enlaces de autopistas, son ejemplos de este tipo de espacios que rápidamente se nos vienen a la cabeza.

Al otro lado del charco, en Miami, The Underline -la friolera de 16 km de parque que conecta una diversidad de barrios de la “city” mediante miradores, jardines (hasta un jardín de mariposas), áreas para canes, áreas para promover el arte- se ha convertido en un espacio esperado, un sendero que ha revitalizado toda la ciudad. Todo este maravilloso proyecto fue realizado por el estudio de  James Corner Field Operations,  con la colaboración de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Miami.

Saltamos de continente, en Sudáfrica existe una pequeña construcción bautizada House of the Pink Spot, proyecto realizado recientemente por el estudio de Frankie Pappas, que está situada en un punto crítico reconocido de violencia de género, en Orange Farm. Ubicada en lo que fue un vertedero de basura -un lugar oscuro, sin luz y propensa a la violencia- se ha convertido en un lugar seguro, donde jugar, conversar, tener sombra, cobijo y asiento. Diálogo y conversaciones frente a la marginalidad.

Y miramos qué tenemos en España. En Sevilla, una propuesta polémica que revitalizó una céntrica plaza con unos parasoles enormes, conocidas popularmente como “Las Setas”. Metropol Parasol son unas pérgolas de madera y hormigón, obra del arquitecto Jürgen Mayer, suponen la mayor estructura de madera del mundo con unas dimensiones de 150 x 70 metros y una altura aproximada de 29 metros.

En Madrid, en plena M30, se localiza la conocida “Capilla del Puente”. Se construyó en 1977 y está situada en una zona residual bajo el puente, desde entonces el que iba a ser un espacio provisional se abre a diario al culto. Aprovecha el ojo de un puente, con un cañón de medio punto como bóveda, que nos recuerda a las catacumbas romanas. Rehabilitada posteriormente, la capilla resulta una edificación equilibrada y sorprendente.

Hay todo un mundo por explorar, descubrir, hacer y rehacer; espacios públicos para compartir ideas, creatividad, estilo de vida, ejercicio, interacción social y vitalidad.

El espacio público como regenerador urbano, se trata de detectar las zonas más vulnerables o susceptibles de mejora en la ciudad, logrando la regeneración social, económico y como no, lo ahora tan usado, sostenible o ambiental.

Jane Jacobs  urbanista , afirmó:

El ballet de la acera. “Pero no una danza de precisión y uniforme en la que todo el mundo levante la pierna al mismo tiempo, gire al unísono y haga la reverencia en masa, sino a la manera de un enredado ballet en el cual cada uno de los bailarines y los conjuntos manifiestan claramente sus elementos distintivos, que, como milagrosamente, se dan vigor y densidad mutuamente, componiendo entre todos un conjunto armónico y ordenado. El ballet de las aceras de una ciudad nunca se repite a sí mismo en ningún lugar, es decir, no repite la representación como en una gira; incluso en un mismo y único lugar, la representación está llena de improvisaciones”.

Artículos relacionados

1 comentario en “Las Gafas de Ver”

  1. Bravo Marta!!! Otro genial artículo en el que nos enganchas hasta el final con historias interesantes que nos acercan a la arquitectura urbana, con tu sello maestro de elegancia, claridad, y amenidad. Gracias!!!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

logo-diario-mas-noticias
Recibe las  últimas noticias

Suscríbete a nuestra newsletter semanal