Por Javier Cuenca
Los grandes aficionados al cine de terror saben desde antiguo lo peligroso que puede resultar tropezarse con la persona equivocada en el momento más inoportuno, llamar a la puerta incorrecta. A partir de una premisa tan básica se despliega una película tan retorcida como desconcertante a ratos. Incluso discursiva, si me apuran.
“Heretic” (Hereje)
Dirección: Scott Beck y Bryan Woods
Intérpretes: Hugh Grant, Sophie Thatcher, Chloe East, Elle McKinnon, Topher Grace.
Género: Terror.
Duración: 110 minutos.
En la primera escena de “Heretic”, dos misioneras mormonas departen sobre el tamaño de los preservativos. Extraño comienzo para una película que se ofrece sinuosa, laberíntica, revestida de una especie de capa legamosa que parece esconder algo más que lo que se atisba a simples vista y oído. Esas dos chicas acuden a la casa de un hombre que parece haber demostrado interés por el mensaje que ellas difunden, pero al cruzar la puerta de dicha morada todo empieza a llenarse de oscuridad.
El esquema parece simple, ajustado en principio a lo que cabría esperar de una película de terror más o menos convencional. Pero no ha de transcurrir excesivo metraje para que nos percatemos de que estamos ante algo más sutil, incluso mucho más inquietante de lo que podría parecer en un principio. Hay un personaje muy potente, el presunto interesado en la religión mormona, interpretado brillantemente por un Hugh Grant ansioso de escapar del cliché de tipo graciosillo al que parecía adscrito desde un determinado momento de su carrera, dispuesto a desbordar una película empecinada en ir más allá de lo obvio.
“Heretic” posee atmósfera malsana, vigor narrativo, giros y piruetas para desconcertar a quien la mira y escucha. Aquí se habla de plagios musicales, de religiones, de supuestos experimentos científicos. Y todo ello sin recurrir a ningún tipo de artimaña, domesticando la fuerza de una tromba que parece querer arrasarlo todo. Los padres de esta escurridiza criatura son unos tipos llamados Scott Beck y Bryan Woods, artífices de la no menos perturbadora “Un lugar tranquilo” (2018). No les pierdan la pista si gustan de las emociones fuertes, porque de eso andan bien surtidos.