viernes, abril 26, 2024

Los idiomas, lo mejor es aprenderlos cuanto antes

Texto: Alexia Bonanno

Según la Organización de las Naciones Unidas se estima que existen más de 7 000 idiomas en todo el mundo contando algunos dialectos que no han sido reconocidos. Con esta torre de Babel se ha hecho cada vez más necesario hablar distintos idiomas no solo a nivel laboral sino también a nivel personal. Llegando a cierta edad nos damos cuenta que es cada vez más difícil aprender un nuevo idioma y deseamos haberlo aprendido antes. Pero como no podemos volver en el tiempo queremos que sean nuestros hijos los que tengan esta suerte. Y es que a menudo escuchamos que cuanto más jóvenes son los niños más facilidades tienen en asimilar conocimientos. En algunos casos cuando uno de los padres tiene un idioma materno distinto al lugar en el que vive la elección es rápida y sencilla. Se inculcará de manera más natural y el niño será bilingüe. El tema es más complicado para las familias que solo hablan español. Es ahí cuando se preguntan a partir de qué edad pueden enseñar un idioma a sus peques.

Todos los estudios demuestran que un enfoque cognitivo es primordial para hablar fácilmente un idioma. Los niños no solo tienen más predisposiciones al nacer por aprender un lenguaje, sino que con los métodos de aprendizaje actuales tienen todas las herramientas para ser bilingües sin tener que hacer tantos esfuerzos como los adultos.

No se puede definir una edad ideal para aprender un idioma. Este proceso de adquisición inicia incluso antes del nacimiento del niño. A través de los sonidos que puede percibir el feto, este empieza a asociar sonidos. Al nacer los bebes tienen aptitudes comunicativas, cognitivas, sensoriales o perceptivas que le permite captar información sobre lo que le rodea e interactuar. En los primeros años la plasticidad del cerebro está muy activa y es muy densa. Dispone de forma natural el poder de desarrollar una o varios idiomas al mismo tiempo. Sin embargo, esta facilidad que tiene solo es posible de forma cognitiva. Es decir que se tiene que realizar antes que el niño vaya al colegio donde se enfrentara a ciertos métodos de aprendizaje que no son compatibles con un enfoque cognitivo.

Los niños entre 8 y 11 años

Con esa edad es cuando se aconseja enseñar otro idioma a los niños. Efectivamente ya tienen el dominio de su idioma materno, una mejor capacidad de concentración y de memorización. La actividad cerebral de los niños en esa franja de edad está en plena mutación. Los conocimientos se anclan de manera más fuerte en la memoria. Es también en ese momento cuando se desarrollan las bases de la lógica. Entonces empiezan a pensar más de esa forma y asociar el aprendizaje y la curiosidad. De esa manera todo parece un misterio por resolver a través de una forma de juego. Podemos añadir que con esa edad ya utilizan cierta tecnología que les permite adquirir otros idiomas sin la necesidad de tener a un profesor o a los padres.

La nueva tecnología es efectivamente un nuevo método de aprendizaje lingüístico. Existen multitud de aplicaciones orientadas a la adquisición de nuevos conocimientos de idiomas extranjeros y de forma lúdica. Es más interactivo que un manual clásico y estimula más al niño. Otra de las maneras muy aconsejadas es visionar películas, series o videos en otros idiomas. No solo es posible aprender palabras nuevas sino también como pronunciarlas o como escribirlas poniendo los subtítulos. Este método es seguramente el menos pesado y se asociara más a un momento de entretenimiento y no a una clase o a las horas de los deberes. El niño al poder escoger sobre el tema le pondrá más atención e interés.

Se suele pensar que el mejor momento es cuando tienen menos de 6 años sin embargo nos olvidamos de que los niños entre 7 y 11 años son totalmente capaces de aprender de forma perfecta otro idioma. Una de las herramientas que tienen comparado a los más pequeños son las capacidades de escribir y de leer. Estas les permiten no solo de poder hablar un idioma sino también de redactar, de informarse o de orientarse. Con los años, una vez adultos es cuando nos encontramos con más dificultades. A nuestro cerebro le cuesta más pasar de un idioma a otro sin pensar y el acento no será tan bueno como el de un nativo.

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