Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: L.d.V.
La periodista madrileña Lucía de Vicente ha sido directora y propietaria de la agencia de prensa Orvi Reportajes, dirigió el suplemente VS de edición semanal en el periódico La Razón y ejerció de colaboradora de la revista Hola durante doce años. Ha escrito para las revistas Lecturas, Semana y Diez Minutos, como para otros medios escritos, y en radio llevó colaboraciones puntuales en diversas emisoras. Durante un año fue colaboradora del programa diario Nuestra Noche, de radio Internacional. Tras aparcar su profesión para dedicarse a la tarea de ser madre, en 2010 comenzó una nueva andadura como escritora y correctora literaria, tarea que completa impartiendo cursos de comunicación y técnicas narrativas, tanto presenciales como on-line, para prestigiosas empresas e instituciones españolas.
Su primera novela, Cuando pase la Tormenta, fue publicada en 2011 y, posteriormente republicada por ediciones B en 2015.
Lucía comenzó a trabajar en el mundo del periodismo en el año 1991, cuando la prensa del corazón no se parecía en nada a la que tenemos ahora. Recuerda que aquellos comienzos fueron maravillosos, “porque era una época en la que se podía trabajar de una manera muy buena, en el mundo del corazón, que es donde nosotros estábamos, todo eran facilidades y la gente a la que entrevistábamos eran personas que realmente merecían una entrevista, nada que ver con lo de ahora. Gente famosa que habían conseguido la fama por sí mismos y que estaban ahí por méritos propios. Les pedías una entrevista y te la daban sin pedir nada a cambio”. Las cosas han cambiado mucho desde aquellos años noventa, sobre todo en la prensa del corazón, ya no solo a nivel personajes, si no en la manera de contar las cosas.
Creas tu propia Agencia de Prensa, colaboras con casi todas las revistas del corazón, ¿por qué lo dejas?
Lo dejo porque esto empieza a cambiar de manera radical, empieza a convertirse en vez de en prensa del corazón en prensa de la “ingle”. Comienzan a salir noticias que no están contrastadas y sin finalidad alguna, dando cobertura a temas que no tienen nada que ver con lo que ha sido toda la vida la prensa social. Las cosas empiezan a funcionar mal desde la cabeza, que son los medios, hasta los de abajo, que somos los que cubrimos la noticia. Coincide además con una época de crisis en la que los medios empiezan a recortar costes, bajar sueldos, hay menos trabajo y, por otro lado, yo tengo mi propia familia y decido que no me merece la pena las horas que dejo de atender a los míos por estar haciendo prensa.
Decides ponerte a escribir, tú primera novela es Cuando pase la Tormenta, ¿es ahí cuando comienza tu andadura de escritora?
Yo ya escribía antes de dejar la prensa del corazón, lo que pasa es que no publicaba ni me dedicaba al mundo de lo que es la literatura. Yo veo por ahí un camino, el que había seguido hasta entonces deja de ilusionarme, y decido volcarme más en esta nueva etapa.
¿Es difícil vivir únicamente de escribir libros?
No es difícil, es imposible. Quitando cuatro nombres que todos conocemos y que son súper conocidos, que venden muchísimo, a los demás, no es que te diga que no nos da ni para comer, es que al cabo de un año no has sacado ni el sueldo de un mes.
Hablemos del Club de las Tulipanes, una serie de novelas románticas, aunque sé que son algo más que simple romanticismo, ¿qué han significado para ti estas cuatro historias?
Las cuatro historias no son mías, es una de las novedades que tiene esta serie. No es una novedad en sí, ya que lo vienen haciendo de antes otros compañeros, pero son unas series, que girando en torno a una misma trama y a unos mismos personajes, están escritos por diversos autores. Yo tengo mis propios personajes que presto a otro autor para que juegue con ellos como personajes secundarios. Esa serie la publico con Penguin Random House, que es propietario de varios sellos de literatura. Concretamente, el sello de Selecta me propone hacer con otra compañera una serie a cuatro manos. Al principio, la verdad es que nos ilusionó muchísimo pero nos veíamos un poco perdidas y un poco incapaces de saber cómo hacerlo, sobre todo porque esta serie se salía un poco de los parámetros que nosotros veníamos haciendo. Tenía una serie de connotaciones, la primera es que tenían que ser novelas relativamente cortas, que no superaran las doscientas páginas, yo soy muy extensa cuando escribo, mis novelas suelen ser más largas. Luego tenían que ser novelas que ellos denominaron “sencillas”, es decir, novelas que no se metan en tramas muy peliagudas y que estén centradas en la trama romántica de la pareja. Tampoco es mi forma de escribir, aunque si es verdad que escribo novela romántica en la que hay una pareja principal que lleva una trama muy fuerte, en mis novelas suele haber historias paralelas que se desarrollan al mismo tiempo. Me chocaba un poco lo de escribir la típica historia de amor, “chico conoce a chica, discuten, y al final acaban juntos”, se me suele quedar como corta. A mí me gusta que tengan algo más, no crítico para nada ese tipo de novelas, son fantásticas, a todo el mundo nos apetece leer en un momento dado, pero no es el tipo de lectura que a mí me guste, por lo tanto no es el tipo de escritura que yo fomento y mucho menos el que practico. Ya eran como dos hándicaps, y el tercero, que tenía que tener un sesgo cómico, la verdad es que en mi vida real suelo ser divertida y me río, no así cuando escribo. Siempre tengo algún gag en las novelas, pero no son novelas que se puedan denominar cómicas, esas tampoco, la verdad es que no nos ha salido, pero si son divertidas, si son mucho más alegres. Con esa mezcla, y encima teniéndolo que hacer a cuatro manos, ahí nos lanzamos Marion S. Lee y yo a crear el Club de las Tulipanes. Las cuatro historias que conforman la serie son: Promesas de sal y limón, Tal y como lo soñé, De puntillas y a destiempo y Al calor de tus brazos. Fue una experiencia maravillosa de la que no me arrepiento en absoluto y que me ha dejado de los mejores sabores de boca que me ha dado esta etapa de la literatura.
¿Qué te aporta el escribir?
A mi escribir me aporta todo. Yo, como todas las personas que nos dedicamos a esto de juntar letras, es algo con lo que soñaba desde muy pequeña, porque siempre he sido una lectora voraz, no puedo estar sin leer ni un solo día. Entonces vas creciendo, y te vas dando cuenta que entrar en el mundo de la literatura no es fácil, tampoco lo había intentado hasta ese momento, pero era lo que me llenaba, y lógicamente tú tienes que enfocar tu vida hacia la vida laboral. La única forma que a mí se me ocurre de hacer esto es en el periodismo, que te permite escribir y relatar las historias de otros, pero al fin y al cabo es escribir y dar forma a una vida. Por eso quizá me hago periodista, y quizás por eso elijo la prensa del corazón cuando decido lanzarme al mundo del estrellato periodístico. Y por eso, también decido dejarlo cuando no me llenan las historias que tengo que contar.
¿Los libros en edición digital ayudan a los escritores? ¿Los precios son más bajos?
Los precios son bastante más bajos, pero depende de las editoriales y de los autores. Pero sí que es verdad que de cara al lector ayuda. El lector de digital no tiene absolutamente nada que ver con el lector de papel. Son dos públicos totalmente diferentes, que generalmente no se mezclan y que son tipos de lectores que si tú eres escritor de papel no tendrías. A mí, por ejemplo, no me ayuda especialmente, en el sentido de que yo soy una escritora de papel. Yo, por cada libro digital que vendo, vendo diez en papel. Lo que quiero decir, es que las novelas que solo tengo en digital, no se venden como estoy segura se venderían si estuvieran en papel.
Dime un libro favorito y un escritor
Un libro favorito, te voy a decir el libro que más veces he leído a lo largo de mi vida, la primera vez creo que tenía diez años y después de eso, cada vez más espaciado, ya que casi me lo sé de memoria, es que te va llenando menos, pero mi libro de cabecera es “Sinuhé, el egipcio” de Mika Waltari.
¿Qué libro estás leyendo ahora?
Ahora estoy leyendo Las chicas del licor de hierbas, una novela de mi amigo y periodista Jesús Locampos, muy recomendable.
Y, ¿el último libro que has escrito?
El último libro que he escrito está pendiente de que termine el epílogo, nada más. Está a falta de rellenar diez páginas y de hacer una última corrección. Poco te puedo decir de él, porque lógicamente todavía no está ni en pañales, pero se va a llamar, si en la editorial no tienen inconveniente, Latidos en la Arena. Es un libro que está ambientado en Turquía, y está fechado en el 2015, que es plena época en la que el Isis estaba, digamos, en pleno auge, cuando acababa de empezar a sacar la cabeza.