jueves, noviembre 30, 2023

Lydia Lozano: “Ahora no se puede hablar con la misma naturalidad que se hablaba antes”

Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: L.L.

La periodista es una de las caras más conocidas de la prensa del corazón. La vemos cada tarde como colaboradora del programa de Tele 5 “¡Sálvame!”, donde hay días que sufrimos con ella y otros en los consigue sacarnos más de una sonrisa. Hoy hablamos con ella de sus comienzos en el periodismo y recordaremos cómo eran los programas de corazón hace ya unos años.

Lydia Lozano comenzó a trabajar, cuando todavía estudiaba en la facultad, en Radio Nacional de España cogiendo boletines a las 6 de la mañana, para ella fue una etapa de aprendizaje y reconoce que fue una suerte empezar allí. Echamos la vista un poco más atrás y le pregunto por qué se hizo periodista, “cuando estaba en el colegio y cada año nos hacían un test para preguntarnos a que nos queríamos dedicar, yo siempre ponía psicología como primera opción y después periodista. Mi padre me preguntó un día: ` ¿Te has dado cuenta de que psicología es una carrera de ciencias y periodismo de letras?, porque a ti las ciencias se te dan fatal´. Así que decidí que mejor iba a ser periodista”. Ella siempre ha pensado que ambas carreras están muy unidas, porque para el periodismo tienes que tener mucha psicología, “tienes que visualizar un poco al personaje que entrevistas, saber por dónde va y poder llevártelo a tu terreno”. Lydia no se arrepiente de haberse decidido a estudiar periodismo, de hecho está encantada, porque “a lo mejor con la psicología no hubiera viajado tanto y no hubiera conocido a tanta gente fantástica

¿Cómo recuerdas tus comienzos?

Mis comienzos fueron maravillosos, esa es la verdad. Recién salida de la Facultad tuve suerte, empecé de becaria en la COPE e hice un Master de Dirección de Empresas en Antena 3 Radio, aprobé y me ofrecieron la emisora de Santander. Aquello fue emocionante, ya sabes que adoro Santander. En aquel momento me imaginé que iba a tener un programa para mí de 9 a 21 horas, pero no fue así, haces una hora con otros periodistas y gente a la que entrevistas, el resto conectas con la sede central. Eras buena si conseguías contratar mucha publicidad para la emisora, pero yo no me veía buscando anunciantes.  Estando en la COPE y de becaria, haciendo una entrevista a Tierno Galván llegó nuestro querido Juan Carlos Pérez, se le había roto el coche. Se lo arreglé, me invitó a tomar algo y  me dijo que necesitaban una chica en la oficina de la Agencia, allí empecé.

Empiezas en una agencia de prensa, como redactora y trabajando a pie de calle, ¿cómo fue aquella época?

Trabajar en la calle es maravilloso, aunque lo pases mal y haga frío. También hace frio en el plató de “Sálvame” cuando piden el aire acondicionado o mucho calor cuando estás metida en un coche haciendo guardia. Si queremos sacar “peros” lo podemos hacer en cualquier trabajo. Haber trabajado en la calle ha sido fantástico, había compañerismo y buen rollo, estar mucho tiempo metida en el coche con compañeros da para hablar mucho y para discutir. Imagínate hacer guardias conmigo que no paro de hablar-ríe- además me gustaba conducir, por lo que estaban encantados conmigo. Sin olvidarme de los viajes, hacer guardias fuera de Madrid era fantástico.

Esas horas de guardia servían casi como terapia…

¡Claro!, ¿y sabes lo bueno que tenían esos momentos?, ahora ya no lo sé, hace mucho que no hago una guardia, pero hablábamos mucho entre nosotros, no teníamos móviles y yo trabajaba con un “busca”.  Ahora, imagino las guardias con los móviles en la mano, jugando al “Candy Crush”, hablando con tu novio o novia, e incluso discutiendo con tu madre, yo creo que ya son como antes.

Hablemos de “Tómbola”, ¿Qué ha significado ese programa en tu vida profesional?

Para mí lo ha sido todo. Hay compañeros que dicen que me he quedado anclada en “Tómbola”, quedarme ahí anclada es hacerlo en el mejor buque. Sigo teniendo referencias de ese barco, que era maravilloso, espontaneo y sin guion. Las reuniones pre-programa duraban cinco minutos, no teníamos previas, estas previas empezaron al año de estar Ángel Antonio Herrera. Nosotros llegábamos a la tele y no teníamos ni idea de los personajes o temas que iba a haber, era como estar en el circo del Sol subidos en una red si protección bajo nuestros pies. Podíamos haber caído, pero nunca lo hicimos.

Es posible que esa fuera una de las cosas por las que “Tómbola” triunfó muchos años, ¿no?

Hombre, duró siete años, lo que pasa es que llegaron programas que eran competencia y sobre todo, ya no había tanto dinero para pagar. “Tómbola” pagaba bien, pero al empezar “Salsa Rosa” los personajes se iban a este que pagaba más. Hubo un momento en que me di cuenta que la cosa no iba bien y la verdad es que no sabíamos cómo levantar aquello.  Creo que yo tuve suerte, me fui tres meses antes de que acabara, me fui a “Salsa Rosa” y el cambio fue tremendo. Era como venir de un chalet de 500 metros y meterte en una buhardilla de 40, yo me ahogaba, el formato era diferente y no teníamos la espontaneidad de “Tómbola” ni la misma libertad. Lo bueno que tenía este programa es que nada era obvio, quiero decir, alguien podía pensar que uno de nosotros era amigo del personaje invitado, pero luego no era así y alguno o alguna acababa poniendo a parir al personaje invitado. Ahora, más o menos, cuando comienzas un programa ya todo el mundo nos conoce y sabe a quién vamos a defender cada uno, desde casa también se ve, no solo en las reuniones.

Para los que nos dedicamos desde hace tiempo a la prensa del corazón, “Tómbola” fue una mina de oro, sobre todo por los personajes que iban invitados. Además era un programa en el que se improvisaba mucho, por no decir que los colaboradores decían los que les daba la gana, no había filtro. Lydia, que lleva muchos años en prensa, sabe que ahora tienen que tener mucho cuidado con lo dicen, “es lo que peor llevo”, confiesa. Tiene claro que cada frase que dice en directo o cada comentario, puede ser malinterpretado. “El otro día llegaron a llamarme `Transfóbica´, ahora no se puede hablar con la misma naturalidad que se hablaba antes”. Para la periodista el hablar de un tema como el machismo o la violencia vicaria es complicado, “en redes siempre te van a tachar de algo, digas lo que digas, nos están coartando, no la libertad de expresión pero si la libertad de ser tu misma en un programa”.  

He de decirte, que a veces desde casa se notan vuestros silencios, vuestros gestos hablan por vosotros, incluso una piensa: “¿No va a contestar?”

Claro, me estás dando la razón. Yo porque no tengo redes, pero la frase del momento es: “No voy a decir nada de lo que pienso porque me van a poner verde en Twitter”. ¿Entonces? ¿Estamos pendientes de las redes? ¿En qué momento hemos dejado de ser libres? Lo peor es que te insultan, ya no se habla si te gusta o no lo que ha dicho alguien, hemos pasado a insultar. Ayer me escribió una señora, tengo un mail que es público, para decirme: “Es que me das mucha pena porque te enfrentas a Laura, pero no te enfrentas a Matamoros…”. La contesté que a mí lo que me daba pena era lo que estaba pasando en La Palma. ¿Le doy pena a una persona porque no contesto? ¿Sabrá usted si yo me hablo o no me hablo con Laura? ¿Si me llevo bien o mal con Matamoros? Ya son doce años, doce años luchando. Llega un momento en el que te ríes, pasas o te da pereza, a mí ya me da mucha pereza discutir.

¿Una entrevista difícil que recuerdes?

Siendo yo la entrevistadora, ha habido muchas. A una persona que no me gusta nada tenerla delante para entrevistarla es a Isabel Pantoja, te abduce. Recuerdo cuando entró en el plató de “Supervivientes”, te miraba con una cara de “a mí ni se te ocurra” y eso frena mucho. Creo que es una mujer que te lleva por el camino que ella quiere. Hubo una entrevista que me dio mucho pavor hacerla, pero la hice y terminé haciéndole la cena, fue a Alfredo Kraus. Me daba miedo porque tenía fama de borde, pero al final fue maravillosa y le hice una tortilla francesa para cenar. 

¿Hay alguien a quien te gustaría entrevistar?

Yo creo que quien tiene una pedazo de entrevista es Carolina de Mónaco, pero una entrevista a lo bestia. Tengo la sensación, de que no se le ha sacado a esa mujer todo lo que puede contar y ha vivido muchas cosas.

¿Te jubilarás en televisión?

¿Un periodista cuándo se jubila?

En la tele, digo…

Se acaban los programas, pero los periodistas nunca se jubilan. Yo voy a seguir ahí, nunca me he planteado jubilarme. A mí lo que me gusta es trabajar.

¿Te has planteado escribir un libro?

Me da pánico, pero, ¿sabes a qué? A no vender libros, me muero si pasara eso. Ya me lo propuso Planeta hace tiempo y, hace escasos días, me llamaron de otra editorial. Si en algún momento lo hiciera sería sobre anécdotas que he vivido, pero me da pánico. Y mira que todo lo que sale de “Sálvame” vende, pero ahora mismo no me veo. Bueno, saqué un libro de cocina y se vendieron 20.000 ejemplares, así que no estuvo mal.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

logo-diario-mas-noticias
Recibe las  últimas noticias

Suscríbete a nuestra newsletter semanal