Redacción
Una isla, Malta, y dos acompañantes, las diminutas Gozo y Comino. Un pequeño archipiélago mediterráneo repleto de historia y envuelto en leyenda.
Tres islas minúsculas, ricas en preciosas playas custodiadas por fascinantes entornos naturales. Hermosos puertos, acantilados, cuevas submarinas, pecios y fortificaciones convierten a Malta en objetivo de visitantes curiosos y buceadores apasionados. Su alegre capital, La Valeta, fue una de las ciudades más codiciadas de la Antigüedad y su fortaleza amurallada continúa vigilando el Mare Nostrum. La Orden de Malta escogió este bello y discreto rincón escondido en un mar de antiguos Cruzados.
La Valeta
La ciudad es Patrimonio de la Humanidad desde hace más de cuarenta años. La capital maltesa está recorrida por encantadoras callejuelas que protegen un magnífico pasado. Una ubicación privilegiada y un puerto impresionante en el que, antes de la pandemia, recalaban inagotables cruceros.
El Puerto de la Valeta está decorado con pequeñas terrazas por las que se reparten visitantes en busca de un aperitivo, unos minutos de contemplación del mar y el ir y venir de las embarcaciones. Un descanso antes de adentrarse en el cercano y monumental núcleo urbano, uno de los lugares con mayor concentración de atractivos del planeta. En apenas medio kilómetro cuadrado se distribuyen más de trescientos variadísimos monumentos, un impresionante patrimonio. Un lugar en el que fondearon todas las grandes civilizaciones del Mare Nostrum, desde fenicios, griegos o cartagineses hasta romanos, bizantinos y la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, más conocida como la Orden de los Caballeros de Malta.
En la entrada a la ciudad aparece uno de sus símbolos, La Fuente del Tritón. Esos habitantes de las profundidades marinas, mitad pez y mitad humano, sirven de fondo para los selfies turísticos y avanzan historias legendarias.
Una de la joyas de la capital es el Palacio del Gran Maestre, actualmente Parlamento de la república. Pero, la historia dispone de muchos alojamientos en La Valeta. El Museo Arqueológico posee piezas de excavaciones realizadas en la isla y el archipiélago que se remontan hasta 5.200 años antes de Cristo.
El Fuerte de San Telmo, construido por los Caballeros de San Juan, dota a la ciudad de características muy reconocibles desde el mar y desde el aire. Arquitectura militar en forma de estrella, muy eficaz para protegerse de las potencias enemigas, que encierra su propio museo de la guerra.
Pero, no todo es historia. Malta es uno de los principales destinos de buceo y submarinismo de toda Europa. Las actividades vinculadas al mar resultan imprescindibles en un viaje a este archipiélago casi invisible.
La pequeña Comino
Desde el submarinismo, el kitesurf o el snorkel, hasta las rutas y paseos en velero permiten deleitarse con un mar de aguas turquesa en Punta de Ponta tal-Marfa y bordear la isla de Comino hacia la laguna. Blue Lagoon posee un extraordinario fondo marino que alberga innumerables especies exóticas y plantas autóctonas y su frecuentada playa dispone de todo tipo de servicios.
La belleza de Comino, sus playas, acantilados y formaciones rocosas han quedado inmortalizadas en el cine en películas como “Troya” o el “Conde de Montecristo”. La Cueva de Santa María o la Cueva de Cristal son grandes atracciones en esta isla mínima, de la que apenas disfrutan cuatro habitantes durante todo el año.
Gozo, calma y naturaleza
Las aguas más cálidas y tranquilas, de esta compañera de Malta, se encuentran en su Mar Interior. Una laguna, de aguas azules, que fluye bajo los acantilados y se une al mar por un largo túnel de ochenta metros. Otro de los paraísos más frecuentados por los bañistas, y especialmente por los buceadores, es El Agujero Azul. El agua espumosa entra en el pozo por una gran chimenea vertical que comunica con el mar a través de un arco subacuático de siete metros. Un verdadero juguete natural para nadadores y buceadores de todas las edades.
La belleza de Gozo, sus cuevas y sus espectaculares formaciones rocosas no podían carecer de leyenda. En la entrada a la Bahía de Dwejra se encuentra la Roca de los Hongos. Cuentan que los Caballeros Hospitalarios descubrieron, en esta roca, un tipo de hongo muy especial. Las increíbles propiedades curativas de la planta la convertían en una “joya” que debía ser custodiada. La roca estaba permanentemente protegida por un guardián. Todo aquel que intentara robar la planta era condenado a muerte o a remar, el resto de su vida, en alguna de las galeras de la Orden de Malta. Historia y leyendas que hacen de Malta un lugar enigmático, casi invisible en el Mediterráneo.