Redacción/ Fotos: P.A.
El actor valenciano, Pablo Alamá, tras haber pasado por la serie Madres, donde hacía de un médico residente y de la gran pantalla con Fernando Colomo en Poliamor para principiantes, nos regala el personaje de Rey en el nuevo escalofriante thriller de Netflix, La noche más larga. En esta entrevista, nos desvela mucho más sobre la serie y su personaje.
Entra de lleno en La noche más larga de Netflix. Un thriller que dará mucho qué hablar. Cuéntenos cómo fue entrar en este proyecto.
Después de que Juana Martín, la directora de casting, me pidiera un casting por self-tape, me convocaron para hacer un casting presencial, donde me encontré con Óscar Pedraza, el director de la serie, y con Xabier Deive, el actor que encarna a Bastos. Me sentí súper cómodo con ellos, Xabier me lo puso muy fácil y Óscar me dirigió con una sensibilidad tremenda. Entré pensando que iba a ser un papel pequeño, algún personaje capitular, y una vez allí me contaron toda la trama del personaje y me encantó. Salí sin saber muy bien cómo había ido ni qué iba a pasar, y unos días más tarde sonó el teléfono: el papel era para mí. Fue la mejor noticia que había recibido en mucho tiempo…
¿Cómo ha sido trabajar con dos grandes del cine como son Alberto Amman y Luis Callejo?
La primera secuencia que grabé con Alberto pensé: “qué fácil es actuar cuando tu compañero es tan bueno”. Ser actor es una profesión de generosidad, donde estar rodeado de profesionales hace que el trabajo destaque. Esto es lo que he sentido durante todo el rodaje, no sólo con Alberto y Luis, sino con todos. He dado con un proyecto donde todo el elenco está formado por grandes profesionales, de los que he aprendido muchísimo, y espero seguir aprendiendo. No sólo durante el rodaje, sino también en los descansos, las comidas, y hasta en los transportes al set. Verles actuar y ver cómo se preparaban para cada escena, ha sido una experiencia muy valiosa.
¿Cuéntenos alguna anécdota que se pueda hacer pública sobre el rodaje de La noche más larga?
Un día estábamos rodando una secuencia en la que los presos toman el control del módulo rojo, y entonces Adolfo Fernández, que en la serie es el psiquiatra de la cárcel, Espada, gritó a modo de improvisación dentro del calor de la escena: “¿¡pero estáis locos o qué!?”. Todo esto mientras veías a todos los presos, psicópatas y sociópatas, armas en mano liándola parda. Nos echamos todos a reír. Claro que estaban locos, ¡ahí no había ni uno cuerdo!
Su personaje, Rey, es tal vez el más blanco que tiene la serie. Háblenos un poco de él. ¿Cómo ha sido entrar en su piel?
Ha sido un viaje muy nutritivo. Rey es una persona con una vida normal que de pronto se viene abajo y cambia drásticamente, y por puro azar se ve metido en una cárcel psiquiátrica. Todo lo que le ocurre son historias para no dormir. Yo pensaba: si esto me pasara a mí no tengo ni idea de qué haría. Pero Rey sigue adelante, sin hacer mucho ruido, observa y espera, mientras le da vueltas a cómo poder salir de esa situación y recuperar su vida, sin tenerlas todas consigo. Es un personaje que a pesar de no ver su futuro, pone su vida en peligro por los que sí lo tienen. Me parece muy interesante esa “contradicción”: evidentemente tiene miedo, está en un lugar al que no pertenece, rodeado de presos peligrosos y se siente constantemente amenazado, pero de pronto saca valentía de las pocas fuerzas que le quedan para salvar y cuidar a los más indefensos, y eso me parece precioso. Es protector, es luchador, empático, y capaz de jugarse la vida por sus principios.
¿Qué tiene Pablo de Rey y qué tiene Rey de Pablo?
Quiero pensar que de Rey tengo la fidelidad a los principios, el hecho de que siendo un hombre trans, decida ingresar en el módulo de hombres a pesar de que le den la oportunidad de ir al de mujeres, aún sabiendo que su vida puede correr peligro y que vivirá situaciones horribles, todo por proteger y reafirmar su condición de hombre, es una muestra de cómo la identidad tiene tanto peso que no importa si eso nos pone en peligro. Está encarcelado, sí, pero me parece uno de los personajes más libres precisamente por esto, por sus principios, y creo que, aunque a menor escala, yo también tengo algo de eso.
Rey de Pablo tiene una cabeza que va a mil por hora, que observa, planea, busca soluciones, es inquieto, curioso y analítico.
Da vida a un hombre trans, que entra en una prisión psiquiátrica. ¿Es tal vez esta una metáfora de la situación en la que se encuentra este colectivo a nivel social y personal?
No sé si hay una intención explícita de generar esta metáfora, pero como decía antes, sí que creo que ver a un personaje así en esta situación nos deja un regalo valioso, que es que la libertad de ser no puede ser aniquilada por el ambiente en el que se vive, por mucho que nos lo pongan difícil en muchas situaciones ser y existir es algo que está en nosotros y que no nos lo pueden arrebatar. Rey defiende eso nada más ingresar en la cárcel.
Sí que me parece importante toda esa visibilización que da la serie con este personaje. La situación de las personas trans en las cárceles es muy delicada y son carne de cañón para ser víctimas de abusos tanto físicos como psicológicos, y esto es algo que los guionistas y showrunners han tenido muy en cuenta a la hora de escribir el guión.
¿Coincides con las decisiones vitales que toma tu personaje durante la serie?
Totalmente, me siento muy alineado con él, sobre todo porque siempre actúa en base a sus principios morales, incluso en las situaciones más límite. Sabe cuáles son sus frentes y cuáles no, y tiene sus objetivos muy claros, a pesar de estar viviendo una pesadilla.
Al vivir una realidad como la de Rey, como hombre trans, ¿has podido sugerir al equipo de guionistas ciertos cambios en tu personaje?
La verdad es que no ha sido necesario. Desde el principio los guionistas me dieron total libertad para sugerir cualquier cambio en el tratamiento de esta realidad del personaje, pero la verdad es que el tema está tratado con tanto respeto y normalidad que no he tenido que hacerlo. Rey es un hombre trans, pero su trama no gira en torno a esto, es algo transversal, hay mucho más en él. Es una de las cosas que valoré muchísimo cuando leí los guiones. En todo momento me he sentido muy cómodo, de hecho, a penas se hace referencia a lo largo de la serie a que el personaje sea trans, y como persona que vive esa realidad, me parece muy acertado, porque nuestras vidas no giran sólo en torno a eso: es tan sólo un adjetivo más, o así debería ser.
Hay una secuencia en la que otro personaje se hace el gracioso e intenta insultar a Rey por ser trans, y los guionistas me hicieron partícipe a la hora de escribir esta parte, dándoles ideas de cuál podría ser ese insulto y cómo respondería Rey.
Que me consultaran a la hora de escribir esto me pareció un detalle de gran sensibilidad y creo que es un ejercicio que puede servir de ejemplo siempre que se plasmen las realidades de las minorías en la ficción.
Consultorio cinematográfico
¿Qué película le recetaría a una persona que sufre de ansiedad? Fantastic Mr. Fox, de Wes Anderson, tiene tanta magia y ternura que es capaz de evadirte de la ansiedad.
¿Le recetaría La noche más larga a sus mejores amigos? Por supuesto. Tiene de todo: acción, intriga, historias de amor, superación… ¡Imposible aburrirse!
¿Qué serie le recetaría a alguien que sufre de nostalgia? Hospital Central, que me la tragué enterita y esperaba ansioso los capítulos nuevos. Y encima tiene valiosísimos referentes LGTB.
Un título de peli al que recurra cuando quiere levantar el ánimo Primos, de Daniel Sánchez Arévalo, genial para reírse un buen rato.
¿Y otro para cuando quiere olvidarse del mundo?
La Virgen de Agosto, de Jonás Trueba, una película súper contemplativa, me lleva de lleno a esos días de agosto en Madrid con las calles vacías donde parece que el tiempo se pare.
¿Si tuviéramos que conocerle por una peli o por una serie, cuál le definiría?
The Office, ¡viva el humor absurdo!
Su próximo proyecto, ¿drama o comedia?
Comedia.
