Texto: Miranda Miguelez
En el año 2022, nacieron 45.000 niños menos que durante el año 2021, siendo esta la misma cifra de nacimientos que la del año 1942, que es cuando se comenzó a recoger este registro. La gran parte de las familias españolas no tiene más de dos hijos, de hecho, la media de hijos por mujer en España es de 1,2 hijos. Según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística, el primer hijo se tiene a los 33 años. Además, otro dato increíblemente preocupante es que, desde 2016, los fallecimientos superan a los nacimientos.
Japón es el único país que tiene una tasa de natalidad inferior a la española en todo el mundo. De seguir esto así, pasaríamos de tener 47 millones de habitantes a 30 millones en 2100. Un país completamente envejecido y cuya población decrece, no es interesante para invertir, lo que supondría unas tremendas consecuencias a largo plazo llevándonos tanto a la población como al estado a la pobreza.
Pero ¿a qué se debe este problema con la natalidad?
En primer lugar, uno de los problemas que entra en juego a la hora de decidir si aumentar la familia o no, es la economía. Según los expertos, las madres españolas cada vez deciden serlo más tarde porque priorizan la estabilidad.
Se necesita tener una economía muy estable para sacar adelante un hijo, ya no hablemos de dos o más… El coste de vida es cada vez más alto, la subida del precio de las casas es desmesurada y el impacto de la pandemia de Covid son tres de los factores más importantes que han llevado a desanimar a las parejas a tener hijos. Además, una variable muy significativa en la reducción de la tasa de natalidad es la incorporación de mujer al mundo laboral. Antiguamente las mujeres se quedaban en casa cuidando a los hijos, ahora la mayoría de ellas trabajan, lo que es un factor que dificulta la crianza.
Además, el simple hecho de sacarse un grado, hacer las prácticas correspondientes a ese grado, hacer un máster, encontrar un trabajo que te aporte el sueldo suficiente para formar una familia… son procesos a los que se enfrenta mucha gente hoy en día y que llevan mucho tiempo por lo que los planes de tener hijos se aplazan y muchas veces llegan hasta a cancelarse.
Por otra parte, otro de los problemas a la hora de decidirse a formar una familia es encontrar a la persona adecuada con la que hacerlo.
Hoy en día encontrar a alguien con el que pasar toda una vida juntos es más difícil que en tiempos pasados. Decidirse a formar una familia es un paso muy grande y que da mucho miedo. Es lógico que se quiera dar el paso con alguien con el que estés al 100% seguro de que las cosas irán bien, y para ello se necesita mucho tiempo previo de convivencia y relación antes de crear una nueva vida.
Otra de las causas es el miedo tras la pandemia. La pandemia debido al Covid ha dejado muchos estragos emocionales en la población.
Mucha gente, hoy en día, se siente asustada y desanimada para traer una vida al mundo por miedo a que algo así pueda repetirse.
Además, el concepto de familia tradicional ha ido cambiando mucho a lo largo de los años. En la actualidad, no todas las mujeres quieren ser madres. Tener hijos no se considera algo que haya que hacer sí o sí en esta vida y mucha gente es que directamente ni se lo plantea.
En definitiva, estamos ante un problema bastante importante, se está dando un envejecimiento de la población desmesurado que sin duda alguna va a suponer grandes problemas en el futuro. Además, el Estado apenas da ayudas para fomentar que este problema se resuelva. Hay que encontrar algún tipo de solución para que la natalidad vuelva a dispararse. Es muy importante que haya gente joven en un país que sea capaz de mantenerlo para las personas mayores que necesitarán vivir de las pensiones en su jubilación. Si no se pone solución a este creciente problema corremos un grave peligro de caer en una enorme crisis en el futuro.
