Texto: Sandra Cuenca Fotos: Antonio cuenca y R.V.
Rosa Villacastín lleva más de cincuenta años dedicándose al periodismo, ha trabajado en revistas y periódicos, televisión y radio, se ha convertido en un referente dentro de la prensa del corazón. A lo largo de su carrera ha entrevistado a grandes personalidades, y en sus comienzos fue una de las primeras mujeres en dedicarse al periodismo político.
Rosa llegó al periodismo por casualidad, trabajaba en la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense, en Madrid, como encargada-documentalista del Archivo Rubén Darío. Reconoce que en aquella época solía escribir por placer, no para publicar, y que uno de aquellos artículos, «Rubén Darío y su relación con Estados Unidos«, lo envió un amigo a la Estafeta Literaria. «No lo pasó la censura, y esa misma persona se lo envió a Emilio Romero, director de Pueblo, que no solo lo publicó a doble página, sino que me llamó para ofrecerme escribir una columna. En un principio le dije que no, pero era una propuesta tan tentadora que finalmente acepté, y aquí sigo«, nos cuenta la periodista.
Has hecho radio, televisión y prensa escrita, ¿en cual te sientes más cómoda?
En 1982 me pedí una excedencia porque quería dedicarme al periódico. Fui junto con otras jóvenes periodistas una de las primeras mujeres en dedicarme al periodismo político, dos meses antes del atentado a Carrero Blanco, y a partir de ahí, cuando se legalizan los partidos, trabajé a tiempo total como cronista parlamentaria, seguimiento de partidos, sindicatos, etc. Todo.
Eso me abrió muchas puertas primero en RNE, Antena 3 Radio con Antonio Herrero, y finalmente en la SER. También en TVE, y durante 23 años en Antena 3TV presentando programas, haciendo entrevistas, etc. De todos los medios el que más me gusta es la radio, porque no dependes de la imagen sino de la palabra.
¿Ha cambiado mucho la prensa en estos últimos años?
La prensa del corazón se ha convertido en un mercadeo, donde son los famosos los que venden a los medios las exclusivas. Se está acabando el periodismo.
¿Por que dejas el periodismo político?
Después de años en política un día decidí dejarlo porque “quema” mucho, ya que en aquella época todo eran grandes acontecimientos de verdad: La Constitución, primeras elecciones, 23 F, del que escribí un libro: La noche de los transistores: el Rey que paró el golpe. En el que cuento no solo mi experiencia de esa noche en el Congreso de los Diputados, también hago un análisis de por qué se había llegado a esa situación.
¿Cuál crees que ha sido tu entrevista más importante?
¡Madre mía!, he hecho tantas entrevistas en radio, televisión, Interviú y Diez Minutos, que elegir una me resulta difícil. He entrevistado a presidentes de Gobierno, ministros, aristócratas, empresarios, escritores, los mejores de entrevistar son las personas que de la nada han llegado a mucho y lo cuentan.
De todas las entrevistas que has hecho a lo largo de tu carrera, ¿Ha habido alguna en la que el entrevistado o entrevistada te lo haya puesto muy difícil?
La más difícil, Estefanía de Mónaco para TVE, me dieron diez minutos para entrevistarle, nada personal. Estaba en España porque había sacado un disco, en pleno escándalo por unas fotos que habían hecho a su marido en una piscina en Mónaco, en situación complicada con una señorita. Ante la falta de tiempo empecé a preguntarle por eso, me dijo que de su vida privada no hablaba, y se levantó para irse. Le dije que se sentara que ya no le iba preguntar más, le pregunte, hizo amago de levantarse de nuevo, le agarré del brazo y le dije que se levantaría cuando se hubiera cumplido el tiempo estipulado. Ahí estuvimos sin hablar. A los diez minutos se fue, y como yo lo tenía todo grabado, al día siguiente lo emitimos, y fue más interesante que lo que pudiera decirme.
¿Si ahora te dieran la oportunidad de hacer una entrevista a quien tú quisieras, a quién sería?
Me gustaría entrevistar a Javier Bardem, porque me encanta como actor, y creo que es un gran desconocido como persona. Políticos no, porque tienen la lección aprendida, y los jóvenes salvo que tengan mucha vida vivida, tampoco. Pero hay muchos personajes a los que no se presta atención muy válidos y de gran interés.
La televisión últimamente está muy revuelta, primero la Pantoja con su hijo y ahora Rocío Carrasco. ¿Qué te parece todo lo que está pasando?
Las televisiones están revueltas porque la rivalidad es dura, los programadores ya no saben que dar, tiran de personajes de toda la vida que aunque no sean conflictivos le pagan para que lo sean. Caso Pantoja, Carrasco, etc. El problema es que los gustos han cambiado, ahora todo se consume al minuto, bien por la Tablet, el móvil, hay muchas maneras de ver televisión, y eso complica a los programadores.
Una de tus últimas entrevistas para Diez Minutos fue a la ministra Irene Montero, se habló de ella en todas las tertulias, ¿crees que fue por ser Irene Montero, mujer de Pablo Iglesias, o por ser la ministra de Podemos?
El escándalo que se montó con la entrevista a Irene Montero, no fue por la entrevista sino por ser de Podemos y la mujer de Pablo Iglesias, a los que la derecha ha demonizado. Lo peor fueron las mentiras, qué si llevaba un traje de firma, era de Mango y le había costado 14 euros, y así todo. Como periodista sentí vergüenza por el grado de degradación de algunos medios.
¿Volveremos a leer un libro tuyo?
Escribir requiere tiempo, y yo ahora no lo tengo, voy a TVE, Telemadrid, Canal Sur, La Sexta…Desde hace 23 años hago una entrevista semanal en Diez Minutos, todo un récord, doy conferencias, participo en congresos, y tengo marido y familia…No soy una ¡Super Woman!
