Por Malu Zamora
El pasado 31 de enero, Rosana Pastor estrenaba, como directora de cine y documental, «Siete días en mayo» un trabajo comprometido en el que ella se implica, como en cada una de los trabajos que hace, y nos recuerda un momento trágico de la historia de España: el asesinato en Atocha de cinco abogados laboristas a manos de unos pistoleros de la extrema derecha. Rosana nunca deja indiferente. Gran actriz, directora comprometida, mujer perfeccionista, trabajadora incansable y luchadora. Así es ella. En cada una de las películas que pongo en marcha, para mí, es una actriz imprescindible, un referente, y es que… en esta edad madura, a Rosana los años le suman en vida vivida, en experiencias y en un bagaje que se traduce en que cada interpretación de Rosana Pastor sea única. Brindemos por muchos más éxitos, amiga.
¿Desde cuándo eres actriz?
Soy actriz desde que a los 17 años empecé en un grupo de teatro independiente y decidí que quería estudiar por lo que me presenté a las pruebas para la escuela oficial, en Valencia.
Pude ingresar en el nuevo plan de estudios y graduarme. Siento que soy actriz desde siempre. Ese hecho, esa circunstancia, esa elección, ha sido la más certera y de más largo recorrido en mi vida.
Si ha habido algo que he tenido claro, es que era actriz y quería ser actriz.
Cuéntanos un poco de tu trayectoria, Rosana
Ciertamente ha pasado tiempo y he trabajado en cine, teatro y en tv. Tengo una filmografía de más de 60 películas nacionales e internacionales. He rodado en EEUU, en Perú, en Croacia, en Alemania y en Inglaterra. Mi trabajo ha sido reconocido y premiado en diversas ocasiones.
Sigo dedicándome a la interpretación y la dirección.
Pasé unos años, tres y medio, en la política nacional, como diputada en el Congreso. Tras ese periodo retomé el trabajo como actriz y la dirección de documentales.
¿Cómo pasaste del mundo de la interpretación a la dirección?
Empecé mi trabajo en el terreno de la dirección con el documental «El quinto jinete, una historia de la Segunda Guerra Mundial por Vicente Blasco Ibáñez.»
Seguí compaginando actuación y dirección y llegó mi segundo largo documental «Francisco Brines. Los signos desvelados», sobre la vida y la obra del poeta valenciano, Premio Cervantes 2020.
Y del mismo modo, que he compaginando mi trabajo como actriz y también como miembro del Consell Valencià de Cultura, hasta mayo de este año en el que emprendí la dirección de mi tercer documental, que ahora presento «Siete días en mayo».
Acabas de dirigir «Siete días en mayo» cuéntame…
La película «Siete días en mayo» recoge un momento trágico en nuestra historia reciente, cuando unos pistoleros de extrema derecha, asesinaron a cinco abogados laboralistas, en un despacho de la calle Atocha, de Madrid en el año 1977. Ese trágico suceso fue uno de los hitos que marcaron el camino a la democracia en nuestro país.
Centrándome en los testimonios de quienes vivieron el atentado de manera voy próxima: Manuela Carmena, José María Mohedano, Paca Sauquillo y el único superviviente de la matanza Alejandro Ruiz Huerta. La película va desvelando algunos acontecimientos desconocidos hasta el momento que envolvieron aquellos años en los que se produjo una matanza, y a un tiempo trato de contextualizar ese crimen de la extrema derecha con el actual ascenso de grupos marcados por esa ideología, en nuestro país y en diferentes continentes.
¿Cuál es el propósito del documental?
El propósito del documental, con una base sobre la memoria histórica, quiere reconocer a todas las personas a las que les fue arrebatada la vida en el tránsito hacia la democracia. Y busca alertar a jóvenes y no tan jóvenes sobre los peligros de comprar los discursos simplistas de odio y de criminalización del diferente, que nos presenta la extrema derecha actual.
¿Por qué te parece importante el haber realizado este trabajo?
Me parece importante como cineasta, contribuir a la memoria sobre nuestro pasado reciente y abrir espacios para la reflexión y el debate sobre el presente.
¿Qué responsabilidad crees que tenemos cada uno en mantener la memoria histórica de nuestro país?
Creo en la responsabilidad de cada persona a la hora de construir la historia colectiva, y en estos momentos considero
fundamental, conocer y aprender a desmontar los discursos que solo buscan enfrentarnos y sembrar dudas sobre las garantías y derechos democráticos de los que nos hemos dotado como sociedad, aún con sus muchas imperfecciones y trabajando para ampliarlas.
¿Qué proyectos tienes y con qué estás ahora mismo?
En mis planes inmediatos está el presentar y acompañar la película «Siete días en mayo«, por distintas capitales. Hoy día 5 se estrena en Oviedo, en los cines Embajadores Foncalada, mañana jueves 6 en el Cine Embajadores de Madrid, en León y en Córdoba. El viernes 7 en Valencia y el lunes 10 en Sevilla.
Pero en cuanto pueda voy a centrarme en la reescritura de mi próximo guión, para un documental que aborda los efectos del calentamiento global y las consecuencias de seguir creciendo sin ninguna mesura, pasando por encima de la naturaleza.
Rosana, siempre has sido actriz, has tenido varias nominaciones al Goya y te dieron uno a la mejor actriz revelación ¿Cómo pasaste de la interpretación a la dirección?
El paso a la dirección en el área de documental, fue un paso que llegó y se desarrolló de una forma muy natural. Recibí la oferta de codirigir el que fue mi primer trabajo tras la cámara, El V Jinete … y descubrí que me sentía muy cómoda y creativa en la dirección, y lo que resultó un verdadero hallazgo para mí fue el trabajo de montaje.
He dedicado mucho tiempo y he tratado de ser minuciosa en el montaje de mis tres documentales y me apasiona el trabajo de edición. He podido experimentar que es donde verdaderamente se le imprime el carácter a las historias y como se dice, donde se escribe el guión definitivo, sobre todo cuando hablamos del género documental. Me estimula mucho la sensación de libertad que experimento en el trabajo de montaje.