Por S. Cuenca/ Fotos: Antonio Cuenca y S.d.E.
La actriz Silvia de Esteban estrena hoy 12 de septiembre, en el Teatro Leal de la Laguna, la obra » La vida de Colores», un monólogo escrito por ella y basado en hechos reales que habla de violencia de género
El primer trabajo de Silvia de Esteban como actriz fue a los 13 años y desde entonces no ha dejado de trabajar en lo que es su pasión, la interpretación, pero el camino no ha sido nada fácil. Se presentó a Miss Tenerife y ganó el título de Miss Atlántico, que le sirvió para participar en el certamen de Miss España donde se convierte en Miss Simpatía y Miss Elegancia con 17 años. Silvia se convierte en la segunda española de la historia en ser Miss Internacional en 1990. Ahí comienza su carrera por convertirse en actriz, inicios duros para una de las mujeres más guapas de España que al final decidió estudiar Arte Dramático y demostrar que era mucho más que una cara bonita. Ha peleado por cumplir sus sueños y lo sigue haciendo, porque ante todo es una mujer fuerte que ha sabido superar los obstáculos que la vida le ha puesto en el camino.
Silvia ha participado en series como «Sin tetas no hay paraíso» o «Los Serrano«, ha hecho teatro y musicales, ha actuado, dirigido y escrito obras. Se marchó a Miami a vivir y allí ha hecho grandes trabajos con los que ha conseguido varios premios y el reconocimiento del público como actriz y como directora. Su participación en el musical «La familia Adams» le hizo ganar el premio a la Mejor Actriz Protagonista en los Premios de Teatro de Miami en 2017 y es reconocida como Mejor actriz en el Festival de Escena LGBTQ por la obra «Tammy y Mickey» en 2018. Ese mismo año escribe y dirige su primera obra en inglés » The Offering» y en 2019 también escribe y dirige «Lorca, flamenco y contemporáneo«.
Hoy hablamos con Silvia de Esteban para hacer un repaso de su carrera, de sus comienzos y de su trayectoria. Hablaremos de su perrita Luna, que se ha convertido en un imprescindible en su vida, de su trabajo en Miami y de sus proyectos más inmediatos como «La vida de colores«.
Silvia, ¿cómo recuerdas tus comienzos como actriz?
Pues la verdad es que los recuerdo duros, yo venía del mundo de la moda y del de las mises, el ser mis en un mundo donde quieres demostrar que puedes ser actriz en España, es muy complicado. Siempre había un prejuicio o un cartel que te ponían como la guapita tonta que no sabía ni iba a saber hacer nada, por eso digo que en ese sentido comenzar fue duro.
Empecé en Televisión Española presentando un programa infantil, pero como actriz lo hice en Tele 5 en 1991, donde hacía un sketch con Pepe Villuela, un caballero al que yo amaba. Pero en Tele 5 a las chicas nos trataban como objetos, eso para mi era muy duro, ya que yo no me identificaba con la minifalda y la imagen sexy que querían dar de nosotras, yo no me sentía cómoda. Seguí trabajando como modelo hasta que entré en la Escuela de Arte Dramático. A partir de ahí tuve que demostrar que podía ser actriz, me corté el pelo y siempre iba sin maquillar. Me costó quitarme la etiqueta de Silvia de Esteban la miss, mostrar que era mucho más que eso y que podía meterme en diferentes personajes, hacer teatro y aprender. A pesar de todo eso, también fue una época de aprendizaje muy bonita.
¿Podríamos decir que el haber ganado Miss Internacional en 1990 fue como el trampolín para dedicarte a lo que de verdad te gustaba, que era ser actriz?
En realidad yo empecé a estudiar teatro con 13 años, siempre supe que quería ser actriz. EL mundo de la moda y las mises me llegó de repente y lo aproveché, por lo que creo que aquella época no fue un buen trampolín para ser actriz, pero si lo fue para trabajar mucho como modelo.
Fuiste modelo, eres actriz, autora teatral y cantante…
Bueno, yo no me considero cantante, pero es verdad que canto. No digo que soy cantante porque nunca he sacado un disco ni me dedico a cantar en salas dedicadas a ello, ahora hago musicales y si hay que cantar, canto, me gusta mucho hacerlo.
Eres una mujer con muchas facetas artísticas ¿Pensaste alguna vez que llegarías a hacer todo lo que haces ahora?
Pues la verdad es que no. Yo quería ser actriz, que es lo que de verdad me apasiona, pero luego fui dándome cuenta de que escribir, por ejemplo, que lo hago desde muy pequeña y que jamás me atreví a mostrarlo, realmente me gusta y ahora escribo. Después de hacer los cuatro años de Arte Gramático, quise aprender muchas cosas dentro de mi profesión, sobre todo para tener más opciones. Me gusta dirigir, me gusta muchísimo escribir y me gusta cantar, aunque esto sea más un hobby.
Todo esto es como abrir más el abanico dentro de tu propia profesión, algo que jamás pensé hacer en un principio. Jamás creí que fuera capaz de enseñar algo escrito por mi y ahora, sin embargo, estoy escribiendo un libro y escribo teatro. Son cosas que no piensas cuando comienzas pero que quieres ir aprendiendo, me he dado cuenta que en el fondo todo eso estaba guardado dentro de mi.
¿Qué crees que ha sido lo más importante que te ha enseñado tu carrera de actriz?
A mi lo que me ha enseñado es a conocerme a mi misma y a poder utilizar todas esas vivencias duras que nos toca pasar a casi todos, a poder transformarlas en algo bonito y en «algo», es decir, canalizarlo a través del arte. Creo que soy mucho más de lo que la gente ve, a veces la imagen que damos se convierte en lo más importante y explorar ahí te hace mostrar cosas necesarias y desconocidas sobre el escenario. Para mi eso es un lujo, me encanta y me divierte. Es importante aprender a utilizar el arte para ayudar a la gente, como el proyecto que tengo ahora y que estrenamos hoy, «La vida de colores«. Son cosas que a través de experiencias duras y personales las conviertes en arte y, al final, estás ayudando a mucha gente a aprender sobre ellos mismos y saber poner límites, dependiendo del tipo de obra que sea.
Hace unos años decides irte a vivir a Miami y allí participas en series, en novelas, haces teatro y musicales, con sus correspondientes reconocimientos por tu trabajo. ¿Por qué decides dejarlo todo en España e irte a Miami? ¿Cómo han sido todos esos años?
Yo estaba muy cansada de Madrid, después de 22 años llegó un punto en el que me sentí como que estaba en el lugar equivocado, que yo tenía mucho más que demostrar y mucho más que hacer. En Madrid hay mucho talento, somos muchas actrices y actores, y yo tenía la sensación de quedarme siempre a las puertas. Me seleccionaban para un musical y a última hora se lo daban a otra persona. Hubo una temporada en la que sentí que había crecido y que ya no era una niña, en algún momento pensé que no podía más, se me hacía todo demasiado duro y yo necesitaba estar sobre un escenario y cambiar de aires. Es cuando me surge la oportunidad de ir a Miami y cuando llego allí me doy cuenta de que la gente reconoce que soy una buena actriz y me ofrecen trabajo enseguida. Empiezo a disfrutar del escenario sin importarme estar en una obra pequeña o en una grande. Empecé con un micro teatro y después salté a un gran musical, en Miami he hecho un poco de todo y los 8 años que he vivido allí siempre he estado sobre el escenario. Para mi, como actriz, eso ha sido un disfrute y es lo que yo necesitaba. Miami me ha dado mucho de vuelta, además de grandes amigos y amigas me ha dado muchas risas, mucho trabajo y mucha libertad. He vivido esa etapa de la vida en la que lo que quieres es disfrutar de todo lo que has estudiado y de todo lo que has hecho, donde todo el esfuerzo realizado se convierte en cosas buenas. Por eso, estoy deseando volver a irme.
Regresas de Miami y vuelves a vivir en Tenerife, ¿por qué?
Por error, porque me quedo atrapada durante la pandemia. Yo vine a Tenerife a recibir un premio y a ver a mis padres, viajé con cuatro cosas dentro de una maleta pequeña y con mi perra Luna debajo del brazo, entonces me pilló la pandemia y me quedé encerrada en la casa de mis padres sin poder volver a mi casa de Miami. Además, me diagnosticaron cáncer, por lo que me quedé aquí estos años. Tenía que haber vuelto y ahora estoy esperando la residencia para poder regresar, quiero poder volver a estar entre un país y otro. A mi me divierte trabajar y estar sobre el escenario, en Tenerife hay poco que hacer y en España la cosa está complicada. Hago muchos casting, tengo un buen representante, pero necesito trabajar más y poder disfrutar de lo que hago. En Miami siempre hay más oportunidades porque estás muy cerca de México, de Nueva York y de Colombia y siempre hay trabajo.
Hablemos de «La vida de colores», un monólogo que ya estrenaste en Miami y en Nueva York y por el que recibiste dos premios: mejor actriz visitante de los ATI 2022 y el de mejor actriz por selección popular de los Latin Alternative Theatre Awards. Esta noche lo presentas en Tenerife, en el teatro Leal de la Laguna. El tema que tratas es duro, la violencia machista… ¿Qué se van a encontrar los espectadores? ¿Con qué sensación te gustaría que salieran después de ver la obra?
Se van a encontrar con una historia real que puede ser la historia de cualquier mujer. El problema es que hay muchas mujeres que todavía no se atreven a decir «hasta aquí» o a reconocer ese tipo de abuso. Van a poder ver el día a día de una mujer maltratada que no se da cuenta de lo que la está pasando. Siempre digo que en las noticias vemos el final de situaciones como estas: la mató, la arrojó por la ventana, le quemó la casa, mató a los hijos y después se mató él… pero nunca conocemos el día a día de una mujer maltratada hasta ese día final. En esta obra si lo vamos a ver, vamos a ver como se mete en una relación de maltrato sin ser consciente de que está siendo maltratada. Puede ser la historia de cualquier mujer que tengamos al lado y que no nos hemos dado cuenta de lo que está viviendo.
La sensación que yo quiero que se lleven es que sean capaces de abrir los ojos, que hay muchos tipos de abusos y que hay situaciones que todavía normalizamos. Muchas veces, cuando termino la obra, hay gente que viene a abrazarme y a contarme su historia, porque hay mujeres que no son capaces de reconocer lo que les está pasando o no se atreven a contarlo, que es lo que me pasó a mi. Yo tardé cinco meses en reconocer que estaban abusando de mi y lo que quiero es que la gente se conciencie y si yo puedo poner mi granito de arena lo seguiré haciendo.
Tienes razón, casi todos los días los telediarios abren con la muerte de una mujer o más de una a manos de sus parejas o exparejas, y la noticia es el final de esa persona…
Claro, si nosotros viéramos el día a día de esa mujer hasta que acaban con su vida, creo que nos concienciaríamos más. Intentamos imaginar como ha sido la vida de esa mujer los últimos años, pero no la conocemos. Todavía recuerdo a aquella mujer que salió en un programa de televisión diciendo «mi marido me pega» y luego la mató, esa afirmación de alguien que aún está vivo y que lo está contando es lo que deberíamos tomarnos en serio. Pero esto no sale en las noticias porque muchas mujeres no se atreven a contarlo y si lo hacen, si lo denuncian, después tienen que esconderse… es muy complicado. Creo que es importante que tanto hombres como mujeres sean capaces de identificar estas situaciones, que se den cuenta de que hay muchos tipos de abusos y muchas maneras de maltratar. Esa es un poco la misión que tengo, que mis obras consigan crear conciencia, hacer un teatro social.
Entre todos tus proyectos está el hacer un documental sobre la donación de médula…
Sí, por que yo doné médula en 2019, justo un año antes de que me diagnosticaran cáncer. Creo que ha sido lo más gratificante que he hecho en mi vida, por que salvar una vida es algo increíble. Mi donación fue para un chico de 43 años que tenía una leucemia severa y un linfoma, es algo que siempre quise hacer, poder decir que mi vida ha servido para algo bueno. Yo me hice donante en el año 1997 y no me llamaron hasta el 2018. Ahí comienzan los preparativos, que lleva mucho más tiempo del que la gente piensa. Primero hay que ver si eres compatible cien por cien y a partir de ahí comienza un proceso médico para él y para mi, después se hace la extracción y el trasplante. Son momentos duros, pero merecen la pena. Yo lo que hice fue grabar y documentar todo ese proceso, quería animar a la gente a donar médula y a salvar vidas.
¿Tienes ya fecha para estrenarlo?
Aún no tenemos fecha, ahora hay que editarlo. Cuando acabe la función empezaremos con ello y espero que podamos dejarlo hecho este 2024, pero no lo sé seguro porque no depende solo de mi. Me reuní con la Fundación Josep Carreras y les conté el proyecto, quieren apoyarme.
¿Puedes contarnos algo sobre el libro que me has dicho que estás escribiendo?
El libro es un encargo para una editorial y es ficción, es sobre crímenes. Me atrae mucho lo de los asesinos en serie y las mentes criminales, las series basadas en hechos reales sobre asesinatos. Puedo decir que estoy escribiendo un libro de crímenes ambientado en Tenerife. Estoy inventando una historia, pero no puedo contar mucho, lo que si te puedo decir es que estoy disfrutando y dando rienda suelta a mi imaginación con un montón de personajes que se cruzan. Yo estoy acostumbrada a escribir teatro y para mi una novela se convierte en algo más extenso y difícil, pero es un reto que me divierte, vamos a ver que sale de todo esto.
Presiento que te gusta la psicología, ¿no?
Me apasiona. Es lo que te decía antes, que una de las cosas más importantes que me ha enseñado mi profesión es haberme conocido a mi misma. Yo hice diez años de psicoanálisis, todos los actores hacemos algún tipo de terapia en algún momento porque viene muy bien conocerte a ti mismo para después conocer a los demás y conocer a los personajes que vas a interpretar, poder hacerlo sin juzgarlos. Si tu personaje es una asesina ¿Cómo lo haces? ¿De dónde viene ese impuso de matar? por eso, a partir de hacer psicoanálisis empecé a querer entender la mente criminal que tienen algunas personas.
¿Y algún proyecto más que me puedas contar?
Quiero escribir algo sobre los campos de concentración nazis, de hecho, yo interpreté a la madre de Ana Frank en un musical y es un tema del que me gustaría escribir, ya que me parece algo tremendo y doloroso. A finales de noviembre viajo a Cracovia por fin, es el viaje que siempre he querido hacer y poder visitar Auschwitz, estoy segura que esa experiencia me hará ponerme a escribir sobre el tema.
Para terminar, quiero que me hables de Luna, tu perrita…
Luna es súper especial, es una perrita adoptada que vivía en la casa de enfrente a la mía en Miami. La tenían criando, básicamente, en una jaula. Estaba desnutrida, mal cuidada y explotada. La dueña me dice un día que se va de la urbanización y me pregunta si quiero quedarme con Luna y su novio Bruno, le dije que sí y me los quedé. Pero tenerlos a los dos en casa era imposible, tenían muy malos hábitos y no sabían hacer otra cosa que criar, habían pasado dos años enjaulados. Al final, Bruno se quedó con una amiga mía y yo me quedé con Luna, a día de hoy somos absolutamente inseparables. Cuando a mi me diagnostican el cáncer, entrenamos a Luna como perrita de servicio, el tratamiento a mi me sentaba muy mal y me subía la tensión. Ella está entrenada para avisarme cuando me sube la tensión, tiene un certificado especial y va conmigo a todas partes. La llevo al teatro, a los conciertos, a los restaurantes, a los viajes… no tiene restricción ninguna. Luna y yo nos amamos, dependemos la una de la otra y no nos separamos nunca. A veces pienso en que ella se hará mayor y un día se tendrá que ir, eso me produce mucho dolor, no estoy preparada para ello, no sé vivir sin ella. Luna sabe si me pongo nerviosa o si respiro diferente, es un amor y, además, es tan chiquitita que nadie se puede imaginar que sea capaz de hacer lo que hace.