jueves, marzo 28, 2024

Tan convencional como olvidable

Texto: Javier Cuenca

No basta con que el cine se aventure a recrear sucesos históricos de envergadura, episodios destacables que hayan tenido trascendencia o importancia, sino que se les supone a los hacedores de películas el empaque necesario para dotarlos de credibilidad. Con “El arma del engaño”, John Madden logra un filme entretenido, correcto, pero fracasa en la tarea de que resulte lo suficientemente sólido para convertirse en una experiencia más satisfactoria.

El arma del engaño

Dirección: John Madden

Intérpretes: Colin Firth, Matthew Macfadien, Kelly MacDonald, Penelope Wilton, Jason Isaacs.

Género: Bélico. Reino Unido, 2021.

Duración: 128 minutos.

En 1943, con el objetivo de proteger a sus tropas de las fuerzas alemanas mientras realizan un ataque definitivo en Europa y evitar así una posible masacre, los aliados deciden idear una estrategia de desinformación para despistar a los germanos. Dos brillantes oficiales de inteligencia serán los encargados de poner en marcha este  singular plan.

El cine ya había tratado con anterioridad este asunto en otra película británica, “El hombre que nunca existió” (1956), dirigida por Ronald Neame y basada en la autobiografía de Ewen Montagu, uno de los oficiales de inteligencia que fraguaron la estrategia de despiste. No he visto este filme, así que no puedo establecer comparaciones, pero intuyo que a juzgar por la época en que se rodó es posible que carezca de los inconvenientes que lastran el de Madden.

Es innegable que “El arma del engaño” tiene ritmo, está bien contada, pero mientras veo la película no me abandona una permanente sensación de artificio, de que le falta la ambientación y la atmósfera necesarias para hacer más creíble el marco histórico en el que se desarrolla. No contribuye a ello una banda sonora de Thomas Newman demasiado funcional, excesivamente “actual” y carente del clasicismo que se le pide a una música que pretende reflejar la época en que transcurre la historia. Precisamente esa misma funcionalidad de la banda sonora planea sobre toda la película, como si Madden se empeñara todo el rato en narrarla desde una óptica moderna, acorde con los tiempos actuales y prescindiendo nuevamente del aire clásico que debería impregnarla, tratándose de un relato ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Esto hace también que la obra resulte demasiado fría a pesar de que su trío protagonista cumpla, quedándose en un mero entretenimiento tan convencional como olvida

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