sábado, abril 20, 2024

Toni Grau: “Irse a estudiar fuera es un constante aprendizaje tanto lingüístico, como cultural, pero resaltaría mucho el aprendizaje personal”

Texto: Alexia Bonanno/ Fotos: T. G.

Con 15 años, Toni Grau decidió irse a estudiar un año a Estados Unidos. Emprender esta experiencia supone un ante y un después para todos los adolescentes que deciden seguir el colegio lejos de sus familias. No se trata únicamente de una experiencia lingüística sino una oportunidad para descubrirse y crecer. Existen agencias que se encargan de que todo suceda con seguridad y para que el viaje sea el mejor para todos.

¿Qué es International Experience?

International Experience es una agencia que buscamos con mis padres porque me recomendaron ir a estudiar un año fuera. Y justamente esta agencia organiza años escolares al extranjero para aprender idiomas. Yo entonces me decidí para ir a Estados Unidos. Después de la inscripción, la agencia empieza a explicarte los requisitos y sobre todo como va a ser la experiencia. Consiste en que te ponen en una familia, con la que vas a vivir, y también te apuntan a un colegio. Vives como uno más de la familia.  

¿Cuáles son los requisitos?

Si quieres irte tienes que hacer un examen de inglés, que en mi caso saqué en el segundo intento. Lo bueno es que puedes hacer este examen las veces que quieras y que tampoco te mandan si no tienes el nivel suficiente. Así no llegas totalmente desubicado con el idioma. Durante tercero de la ESO, un año antes de irte te preparan. Haces cursos en los que te explican las normas que si inculpes te expulsan del país y te vuelves a España. Por ejemplo, estaba prohibido conducir, aunque tuvieses 16 años, consumir alcohol o mantener relaciones sexuales. Pero sobre todo son clases de inglés y explicaciones sobre cómo reaccionar cuando te pasen cosas y cuáles son los números de urgencia en caso de problemas.

¿Puedes escoger con que familia irte o en qué estado prefieres vivir?

Te enteras de la familia que te va a acoger en primavera de tercero de la ESO. Tú haces tu perfil en el que explicas quién eres, cómo eres y qué te gusta y después las familias escogen a quien quieren acoger. Son ellos quienes deciden. A mí me escogió una familia en el estado de Virginia.

¿En caso de no congeniar con la familia, tienes la posibilidad de cambiar?

Si, pero en general lo aceptas porque no es fácil que te cojan. Después, una vez allí, si ves que la familia es lo peor de lo peor, por ejemplo, te hacen hacer todas las tareas de la casa o no se portan bien contigo puedes pedir un cambio. Tengo un amigo que tenía una familia que estaba desahuciada e iban cambiando de casa todo el rato, entonces pidió que le cambiaran y se fue con otra familia mucho mejor. 

¿Antes de irte, conocías a alguien que ya había vivido esta experiencia?

A las amigas de mi hermana. Ella también tuvo la oportunidad, pero decidió no hacerlo. Mi hermana en su momento no se veía de hacerlo, o se iba con amigas o no iba. De hecho, me pasó lo mismo, yo me fui con mi mejor amigo. No coincidimos en el mismo estado, pero si en la misma agencia. Tener a alguien con quien compartir la experiencia, ver qué tal le va pues ayuda mucho. Aunque, no aconsejaría comparar por si hay mucha diferencia y que uno no se sienta mal.

¿Existen más destinos además de Estados Unidos?

Sí, pero los destinos más escogidos suelen ser Estados Unidos o Canadá.

¿Cómo suele ser la relación con la escuela en España, te ayudan con algo?

No, la escuela no tiene nada que ver. Te facilitan matriculas y notas, pero ellos no se ocupan de encontrarte otra escuela o simplemente de infórmate de que existe esta posibilidad de irte al extranjero o de que hay agencias que proponen este servicio.

¿Y a la vuelta cómo es la acogida?

Personalmente me acogieron bastante bien. Contacte con la misma escuela para hacer el bachillerato y además tenía ya buena relación con los profesores. Mi experiencia se interrumpió antes, tuve que volverme antes del final del curso por la pandemia de Covid-19. En seguida la escuela en España se puso en contacto conmigo para seguir las clases con ellos de forma remota. Al año siguiente al volver a empezar las clases en Barcelona se portaron muy bien, estuvieron pendiente de si nos faltaban documentos y ayudarnos a la reintegración.

¿Has notado una mejoría en tu nivel de inglés?

Muchísimo. Al principio no me enteraba de nada, los dos primeros meses contestaba únicamente con Yes o No, me tenían que preguntar si me había enterado y claro al principio disimulaba, pero muy rápido tenía que reconocer que no entendía. Era complicado comunicar, hacer amigos y sociabilizar, pero por la inseguridad que tienes con el idioma. Lo malo es que te echas para atrás por vergüenza. Entonces estas más con los hermanos que ellos te presentan a sus amigos. La suerte es que uno de los hermanos tenía mi edad, él otro dos años más y una pequeña de seis años.

¿Era más complicado la comunicación con la familia o en las clases?

Al principio las dos, pero las clases eran tan fáciles que te centras más en el idioma que en el contenido. Después la familia pues está acostumbrada, sabe que no hablas ingles entonces hacen el esfuerzo y además tienen la experiencia de ya haber recibido a niños antes. Y ya a partir del cuarto o el quinto mes ya hablas más fluido y te comunicas con todos. Se suele decir que es el primer trimestre el más difícil pero que después mejoran muchísimo las cosas, haciéndote amigos y pasándolo mucho mejor.

¿Sigues manteniendo contacto con la gente que has conocido?

Pues el primer año bastante. Ahora son más algunos mensajes por Instagram con los hijos y con los amigos. Pero saben perfectamente que cuándo vengan a España son los bienvenidos y que si voy a Virginia les avisare.

¿Qué dirías a los chicos que aun dudan en si vivir esta experiencia o no?

Tienes que estar preparado. Por mucho que lo pinten muchas veces como muy guay es duro. Yo, el primer día, al llegar a la habitación me pregunte dónde me había metido, qué hago aquí, me quiero volver a España ahora mismo. Es que es llegar a un sitio desconocido, en el que no entiendes nada o muy poco y no conoces a la familia, hasta que no estas allí no te das cuenta. Entonces el consejo sería de ir sin miedos. No importa si no hablas el idioma o se te da fatal, tú tienes que intentarlo, estar presente. Al ser extranjero le vas a encantar a la gente, da igual tu acento o tu vocabulario. Despiertas su curiosidad y se van a interesar por ti, así que hay que dejar los miedos.

¿Y a los padres que aún no están convencidos en dejar a sus hijos irse un año?

Es normal. Se dice que el niño siempre vuelve más independiente después de vivir solo, que pasa un poco de todo, pero es que es un crecimiento. Vuelves normal y sobre todo es una mejora para nosotros. Aprendes sobre ti mismo, a salirte con las tuyas y espabilarte. Es un constante aprendizaje tanto lingüístico, como cultural, pero resaltaría mucho el aprendizaje personal.

¿Actualmente que impacto ha tenido este viaje para ti?

Tengo ganas de viajar, de aprender todavía más y de descubrir de todo. Estoy deseando estar en tercero de carrera para irme de Erasmus y revivir esta experiencia

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