Texto: Javier Cuenca
Publica su tercer disco, «Taller ayer», nacido de sus composiciones para el Micro Abierto de Libertad 8
El flamante tercer disco de la cantante y compositora madrileña Una se titula Taller ayer y alude al origen de sus composiciones, fraguadas gracias a los talleres convocados esporádicamente en el Micro Abierto del café Libertad 8. En esta entrevista para Más Noticias, la cantautora nos habla de la génesis de algunas de las canciones que lo integran, de sus influencias y colaboraciones y, claro está, de cómo percibe la situación actual de la música en directo y su incierto futuro.
Su verdadero nombre es Isabel Pérez-Palomino, pero artísticamente se hace llamar Una. Esta cantante y compositora madrileña, de vocación pop y voz inequívocamente personal, acaba de publicar su tercer disco, Taller ayer, nacido de sus composiciones para el Micro Abierto que todos los martes, a eso de las siete de la tarde, se ha venido celebrando en el café Libertad 8 hasta que la maldita pandemia lo volvió todo del revés. Canciones irónicas e intimistas inspiradas por los monográficos que más o menos una vez al mes propone el coordinador del evento semanal, Andrés Sudón, a fin de que los participantes compongan sus creaciones a partir de una palabra o un tema concretos.
Así lo explica nuestra entrevistada: “A diferencia de los dos anteriores discos, Taller ayer es un álbum que ha nacido gracias al empeño que puse en no cejar, no rendirme a la pereza y en acometer cada una de las propuestas de talleres que hacía Andrés Sudón en sus micros abiertos del Libertad 8. El primero, Fábrica de cemento, era una recopilación de canciones que tenía medio desarrolladas pero que no concluía porque no les concedía importancia”.
“Algunas canciones” continúa, “las compuse para fijar acordes que no conocía y hay algunas escritas en inglés (quizás para esconderme). Las letras en español de ese disco son mucho más crípticas también, creo. El segundo disco, Hueco de ausencias, nació diecisiete años después y fue un punto y aparte en mi vida, pues en esa época me divorcié y perdí a mi padre. Tras esas experiencias decidí volver a componer”.
Otra diferencia importante respecto a los dos álbumes anteriores está en la producción, de la que en esta ocasión se ha encargado Francisco Jiménez, sustituyendo en dicha labor a Rick Treffers, artífice de los trabajos previos. Cuenta Una que conoce a Jiménez desde que ambos tenían 18 años y que, como ocurre con Treffers, comparten gustos musicales, algo que le parece fundamental a la hora de ser producida.
“Paco lleva un montón de tiempo dedicándose a la grabación, y cuando Rick decidió volver a Ámsterdam, vio una oportunidad de poder producirme. Cuando presenté el taller Kilómetros en el Libertad 8 me dijo: ‘Tienes que seguir componiendo’. Y empezamos a grabar las canciones una a una, según las iba mostrando. Paco es cumplidor, ordenado, metódico y respetuoso con mis ideas para cada canción, aunque a veces me tenga que instruir en materias de sonido y mezcla que yo paso por alto por desconocimiento. Estas características de su forma de trabajar las comparte con Rick, aunque en este último estén más marcadas y Paco deje más espacio a la casualidad y la improvisación. Ambos se conocen y Rick también ha escuchado las canciones de Taller ayer y ha propuesto algún cambio pequeño”, relata.
Amargura e ironía
Precisamente la mencionada Kilómetros ha ejercido como primer single del disco, con el correspondiente videoclip incorporado que puede verse en YouTube. Le comento que es una canción que desprende cierta amargura. “Es una de esas canciones que sabía que tenía que escribir más pronto o más tarde. Habla de un periodo de mi vida que marcó mi personalidad para siempre y, nada más conocer el nombre del taller, apareció ante mí toda la historia. Me revolvió por dentro como una catarsis o un exorcismo y fue la mejor psicoterapia que he recibido”, confiesa.
No menos amarga es Ciudad, en la que la cantante y compositora madrileña pone el foco en los terribles sucesos acontecidos en la localidad mexicana de Ciudad Juárez. Dice Una que también la tuvo clara en cuanto conoció la propuesta de Andrés Sudón para componer un tema titulado Ciudad, pues le sobrecoge saber que se han cometido y se siguen cometiendo tantos crímenes contra mujeres, por ser pobres y por ser mujeres, y que los gobiernos “miran para otro lado”. “Es inmoral. Nos concierne a todos”, subraya.
La ironía está muy presente en otras piezas del álbum, como Casa, La ecoilógica o 3.900.303, el número de neuronas que los científicos dicen que se pierden en un año. Comenta la cantautora que lo cierto es que no todo el mundo capta la ironía de esas canciones y surgen interpretaciones interesantes. “La ironía para mí es una forma indirecta, diplomática, de presentar la conclusión de una reflexión; es un mecanismo narrativo de descripción de la realidad. El lenguaje explícito, como en el taller Ciudad, es otro mecanismo que lo que persigue es quebrar la indiferencia y que la gente no tenga más remedio que observar la realidad o largarse”, dice.
Le señalo que otra canción del disco, Demolición, que me gusta mucho, por cierto, me recuerda ligeramente el estilo de algunas piezas de Vainica doble, y me pregunto si reconoce su influencia y la de otros artistas en su música. “Sí que reconozco la influencia, sobre todo en la letra”, admite. “Puede que en la música también, aunque la canción la compuse con algunos de los acordes de una bossa nova que me mostró un amigo con el que suelo tocar. Como he dicho, suelo construir canciones con acordes que no conozco, para afianzarlos. En un principio llevaba otra melodía, pero no me convencía y la cambié entera por la actual”.
Respecto a otras influencias, explica que le gustan muchos estilos diferentes porque todos aportan sonoridades, acordes y ritmos distintos. “Me gusta mucho el indie pop de finales de los noventa, los grupos de garaje de los sesenta y su revival en los ochenta, los grupos de la nueva ola, el after punk, las compositoras iberoamericanas, la música renacentista y barroca, el flamenco, el folk balcánico y la música celta, las bandas de cornetas de las cofradías, la bossa nova, el grounge, el brit-pop, el soul, el funk, Silvio, Aute, Berrio… El jazz, la música disco de los 70-80, el trip-hop, la psicodelia y la música celta”, detalla.
Optimismo
Le hago notar lo cuidado de la producción del disco, de sus colaboraciones, mencionando que me ha llamado mucho la atención el magnífico arreglo de trompeta de Casa, y le pido que me hable de ello. Dice que la melodía de ese arreglo la concibió nada más empezar a componer la música de la canción y que ella guió todo lo demás. Posteriormente, al grabar el disco, el “maravilloso” percusionista catalán David Viñolas, que participa en algunas canciones, le recomendó al trompetista Pol Padrós, el cual introdujo una variación de la melodía de la trompeta hacia el final de la pieza.
Otras colaboraciones del disco son las del guitarrista y también compositor René Bernedo, con quien la une una antigua amistad y que la animó a subirse al escenario de Libertad 8, algo que “me daba mucha vergüenza”; el violinista y cantautor Manu Clavijo, y el chelista e igualmente cantautor Adri Vidi.
Respecto a la situación actual de la música en directo, complicada a causa de la pandemia, y de su futuro, Una asegura ser optimista, “pese a la que está cayendo”, y destaca la importancia de que se estén “abriendo puertas”, como la posibilidad de hacer conciertos online, y que aunque no son lo mismo que los presenciales, “hay que abordarlo desde otro ángulo”, pues “resulta muy práctico poder acceder a estas actuaciones sin salir de casa”.
Añade que, a la vez, los conciertos online permiten que muchas personas con movilidad reducida puedan disfrutar de ellos sin necesidad de desplazarse y que “te presencien personas de todo el planeta a la hora que ellos elijan”. No obstante, reconoce que ese tipo de actuaciones impiden normalmente el contacto directo con el público, dialogar con él antes y después de los conciertos, el calor de sus aplausos y la complicidad que se pueda crear. Explica que por el momento no ha pensado en presentar el disco hasta después del estado de alarma, como mínimo. “No tengo prisa y así le doy tiempo a la gente para que vaya escuchando mis canciones en plataformas digitales o en mi Bandcamp. Sí me gustaría tocar en un sitio que tuviera buena acústica y que no fuera una sala caliente, vamos, de esas que en la planta de arriba albergan un supermercado, en la planta baja una discoteca con música chunda chunda y en el sótano una sala para conciertos acústicos”, concluye entre risas.