Redacción
El caso de la familia Perron y su casa en Rhode Island es, sin duda, una de las historias de fantasmas más notorias del siglo XX. Esta narrativa ha capturado la imaginación popular, sirviendo como la inspiración principal para la exitosa franquicia cinematográfica «El conjuro». Lo que comenzó como un sueño para la familia, pronto se transformó en una pesadilla de terror que duró casi una década.
La llegada a la granja
En 1970, Roger y Carolyn Perron, junto a sus cinco hijas, se mudaron a una antigua granja de 14 habitaciones en Harrisville, Rhode Island. A simple vista, la propiedad parecía el lugar perfecto para criar a su numerosa familia. Sin embargo, poco después de establecerse, la familia comenzó a experimentar una serie de fenómenos extraños.
Al principio, los sucesos eran menores: objetos que se movían, ruidos misteriosos y olores inexplicables. Pero con el tiempo, las manifestaciones se volvieron cada vez más agresivas y personales. La familia Perron reportó haber visto apariciones espectrales, escuchado voces demoníacas y, en varias ocasiones, haber sido tocados o incluso atacados físicamente por entidades invisibles.
La presencia de Bathsheba
Según los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren, que fueron contratados por los Perron para investigar, la granja estaba habitada por múltiples espíritus. Sin embargo, la entidad más poderosa y malevola era una bruja llamada Bathsheba Sherman, quien vivió en el lugar en el siglo XIX.
La leyenda cuenta que Bathsheba, una mujer de apariencia normal, era en realidad una satanista que sacrificaba a sus propios hijos. El espíritu de Bathsheba estaba celoso de Carolyn Perron, la matriarca de la familia, y estaba decidida a expulsarla de la casa. Lorraine Warren, una vidente, afirmó que el espíritu de Bathsheba estaba tan arraigado en la casa que era una de las entidades más poderosas que había encontrado en su carrera.
El exorcismo fallido
Los Warren intentaron realizar un exorcismo para liberar a la familia del tormento, pero el ritual solo logró enfurecer a la entidad. Durante un intento, Carolyn Perron fue poseída temporalmente por la entidad.
La familia Perron vivió en la casa durante casi diez años antes de poder mudarse. Roger Perron se negó a abandonar la propiedad, argumentando que no tenía suficiente dinero para comprar otra casa. Finalmente, se vieron obligados a hipotecar la casa para poder salir de allí. La historia de los Perron no solo se convirtió en una de las más conocidas, sino también en un testimonio de la lucha de una familia contra una fuerza oscura que los atormentó sin piedad.