miércoles, diciembre 4, 2024

Belén Gonzalo, pintora: «Hay un ejercicio que me gusta hacer, aprender de lo que pinto»

Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: B.G. y Rubén Morales Sánchez

Belén Gonzalo es una pintora madrileña licenciada en Bellas Artes, en la especialidad de pintura. Ha completado sus estudios con cursos de grabado en Nueva York: The Printmaking Workshop y The Art Student League

Las pinturas de esta madrileña son pura magia. A cada obra le acompaña un título que no es que suene a poesía, es poesía. Nos cuenta que siempre tuvo facilidad para el dibujo y una predisposición para estar en su mundo interior, propicias para elegir la que es hoy su profesión. «Recuerdo que me llevaron a ver una exposición de Picasso con el Instituto, y me sorprendió mucho el hecho de que el artista tuviera un lenguaje propio tan personal y todo lo que ello me transmitía de extrañeza y curiosidad frente a él«. Comenzó a estudiar Bellas Artes sin saber que el fenómeno de la creación es algo que se lleva dentro y que es necesario materializar, «se le da forma en función de lo que uno siente, que al final es un camino de conocimiento. Ahora ya sé que aquella fue la razón por la que empecé a pintar, en aquel momento era tan solo algo que quería hacer«.

¿Cómo definirías tu pintura? Si tuvieras que englobarte en un estilo ¿Cuál sería?

Me resulta difícil tratar de clasificar mi trabajo en una definición de estilo, estos se corresponden con ideas que nada tienen que ver con el impulso creativo sino más bien con una necesidad de explicación por parte del observador. Es, en términos formales, una abstracción no geométrica sino más bien lírica. No sabría muy bien definirlo.

¿Qué o quién te inspira a la hora de pintar?

En la expresión plástica está la revelación de lo que el artista piensa o siente. La fuente de inspiración está en ese vínculo con todo lo que nos atrae o nos conmueve. En mi caso el descubrimiento de la pintura oriental. Durante la carrera muchas veces los profesores consideraban mi trabajo “sin terminar”, y aquello resultó ser una seña de identidad propia: una atracción innata por el vacío, el blanco, lo gestual, me gusta ver donde empieza y termina una pincelada. Conecté de inmediato durante mi estancia en N.Y. con el arte chino, que conocí en el Metropolitan, esos rollos de papel en los que la caligrafía y la pintura se desvelaban a la vez. La atmósfera casi irreal, la ausencia de formas cerradas, el espacio sin acotar donde todo flota. Primero me atrajo formalmente, para más tarde conectar con la “actitud del pintor«; su pintura no es una copia de un Universo preexistente, sino que es por si misma un Universo.

Nubes enroscadas. Lienzo 100 x 200 cm

Pintas sobre papel y lienzo.. ¿Qué diferencia hay? 

Son dos soportes muy diferentes y los dos en los que suelo trabajar. El papel es un material que se deja hacer provocando la sorpresa. Como en una piel se queda registrado todo, el arañazo de la madera del lápiz sin punta, el agua que accidentalmente mezcla los colores y lo empapa… el papel revela su naturaleza permeable y ligera. En el lienzo hay una textura de la tela que determina la ejecución de la pincelada, el juego es más velar y superponer, permitiendo un formato mayor en el que bucear y perderse.

¿Tienes alguna manía o sigues alguna pauta a la hora de pintar?

Algo que siempre hago es comenzar el lienzo en horizontal y pintar girando alrededor de él. Sin bocetos previos o ideas preconcebidas. Con esto consigo que la mente quede fuera y sea el acto de pintar en si mismo el que dirija el cuadro, una especie de intuición o de danza que me lleva de la mano. Más adelante lo cuelgo en la pared y comienza la reflexión sobre cuando parar, qué falta o qué sobra, qué título me sugiere, qué palabras elegiré que enmarquen con una forma más concreta ese sentir…

“Una montaña se expresa” Lienzo 200 x 100 cm

¿Hay alguna obra de la que te sientas más orgullosa que del resto?

Hay un ejercicio que me gusta hacer, aprender de lo que pinto. Los brochazos tienen el pulso del sentimiento, del espíritu de ese momento. Con el tiempo los cuadros me dan detalles de aquello por lo que estaba pasando en mi vida. De esta forma trato de no compararlos, si eligiera unos mejores que otros creo que eso me paralizaría, los que no doy por buenos no los guardo. Seguir creando es más bien la aspiración, y claro, hacer cosas con las que poder estar contento o satisfecho.

¿Qué quieres transmitir con tu pintura?

Me encantaría transmitir la intensidad de mis emociones al crear. Provocar un estado contemplativo que sea una experiencia que transporte al espectador a su propio interior. Conectar con el otro, a partir del encierro en el estudio, es algo extraordinario.

“Permanencia de lo intangible” lienzo 200 x 100 cm

¿Se puede vivir del arte? 

Yo he tenido mucha suerte, hago el trabajo que quiero libremente, y de momento me permite seguir pintando, que para mi es lo más importante.

He visto que escribes, ¿Tus poesías son un complemento a tus cuadros o es una faceta independiente? 

Mis poesías surgieron con más fuerza a raíz de mis cuadros, de siempre me gustó dedicar un tiempo precioso a buscar el título de cada obra, aunque fuera el de un pequeño papel. De ahí fueron convirtiéndose en poemas y parece ser que si, que viven independientemente de los cuadros en algunos de los libros que me han publicado en la Editorial Mandala de poesía.

Dime: un pintor, un cuadro y un lugar para exponer

Cy Twombly, “Nenúfares” de Claude Monet. La capilla de Rothko en Houston como idea, un espacio hexagonal donde los cuadros estén a tu alrededor y sea un lugar de meditación.

“El día en el que pude viajar” Díptico sobre papel 56 x 76 cm. X 2.

Si alguien quisiera comprar una de tus obras, ¿cómo tendría que hacerlo?

En la Galería A cuadros de Madrid tienen gran parte de mi obra tanto en papel como en lienzo. Desde hace 20 años defienden mi trabajo tanto en exposiciones individuales como en Ferias de Arte. En la Galería Dua2 de Vigo, donde participo ahora en una colectiva, también tienen bastante obra donde elegir de mis trabajos más recientes En una pequeña tienda de Aravaca donde hacen proyectos de decoración, De baró, allí puedes encontrar mi obra con objetos de diseño propio de sus dueños. También en mi estudio en Madrid y a través de una asesoría de arte “Art full services” que también da a conocer mi trabajo.

¿Algún proyecto a la vista? 

Ahora mismo expongo una individual en la Galería A cuadros en Madrid, “Mi naturaleza derramada”. Es una obra que pinté en el 2020 en la naturaleza, bajo el aire de los naranjos en la Sierra de Gata. Conectar con ella fue maravilloso, la luz inundaba mis telas debajo de los árboles, sentía la compañía de ella, como iba cambiando mi estado de ánimo y como influía en mi forma de mirar el cuadro. Los sonidos de los pájaros, del viento en la ramas, toda ella me envolvía. En esta exposición los versos-títulos de un poema cuentan mi experiencia. Fue un momento de reconexión con algo más allá de mi y de nuestro encierro. Quiero profundizar más en ello.

 

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