viernes, mayo 3, 2024

Bewis de la Rosa publica su primer álbum «Amor más que nunca”

Texto y Fotos: Sandra Cuenca

Hace un año tuvimos la oportunidad de entrevistar a Bewis de la Rosa y hoy lo hemos vuelto a hacer, acaba de sacar su primer álbum «Amor más que nunca»

Beatriz es Bewis de la Rosa, una cantante de rap rural que está consiguiendo hacerse un hueco en el mundo de la música. Si de algo puede estar orgullosa es que, a día de hoy, sigue fiel a sus raíces, sigue sabiendo lo que quiere hacer y sobre todo, canta e interpreta lo que para ella es la esencia de lo que le gustaría transmitir.

Decidimos encontrarnos en una pequeña cafetería-pastelería, «Dulce Condena«, situada en Velilla de San Antonio, un pequeño pueblo de Madrid. Para Beatriz este lugar representa un poco sus raices manchegas, es de un familiar y qué mejor lugar para tomar un café, charlar y comer un dulce típico de Castilla-La Mancha.

Hablamos con Bewis de la Rosa de todo lo que ha pasado este último año, reconociendo que ha seguido trabajando un montón y que le han salido bastantes cosas. «Es verdad que ha habido un antes y un después al haberlo lanzado a los medios, ha habido muchos conciertos, nuevas canciones, videoclips y, sobre todo, sacar el primer álbum completo, que para mi era muy importante«, nos cuenta la artista. Para ella era importante que la gente pudiera escuchar todas las canciones, que vieran el concepto del álbum, el cómo se ha desarrollado todo el rap rural y cómo se ha manifestado físicamente. «Que saliese el álbum completo es como cerrar una parte del proyecto e iniciar otra, que es la de tener todos los conciertos y festivales en verano y poder compartir todo el proceso con el público«, matiza Beatriz.

Centrada totalmente en la música, ¿has dejado un poco apartado el teatro físico y la danza?

No los he dejado apartados, porque también forman parte de este proyecto. Pero sí, lo que es la compañía “Malditas lagartijas” no está sacando tantas funciones ahora, porque la distribuía yo. Por eso, en el momento en el que yo he puesto foco en otra cosa y me he puesto a producir otros proyectos, ese trabajo se ha dejado de hacer. Pero no se ha abandonado, lo que he hecho ha sido integrarlo en este trabajo y ahora, «Malditas Lagartijas» está en un proceso de reposo, pero no está muerto. En cuanto se pueda, se seguirán sacando los proyectos anteriores.

Haces rap rural, ¿Cómo definirías este estilo?

Como una asociación de palabras. Por un lado, el rap en el que se habla de una crítica social con un compromiso muy fuerte y por otro lado está rural, que es ese marco, por así decirlo, estético y sociológico en el que yo me muevo y con el que me relaciono a nivel vital y artístico. No habla de las problemáticas de los barrios, que es a lo que estamos acostumbrados, si no de las problemáticas de las áreas rurales. Y también, poner en valor el regreso a las raíces y a sus tradiciones, siempre con su revisión, porque creo que hay que revisar el contenido, pero siempre celebrando y encontrando un momento de comunión, de comunidad y de colectivizarnos. Buscando siempre desde qué contenido celebramos y desde qué patrones sociales estamos reproduciendo y cuáles podemos ampliar.

Pero ¿no es complicado hacer una llamada al mundo rural cuando podrías escribir canciones de otro tipo? Ya me contaste en la anterior entrevista que tienes unas raíces que son las que te gustan ¿crees que puede funcionar hacer un canto a lo rural y recuperar un poco todo lo vivido en los pueblos?

Mi primer impulso para hacer esto no es que funcione, mi primer impulso es una necesidad mía de comprender de dónde vengo y de qué manera me quiero relacionar con el entorno y con las personas que me rodean. Si me preguntas si socialmente tiene un sentido, para mí sí lo tiene, porque sino no lo haría, porque el sentido de una muchas veces es el sentido de todas. Desde mi perspectiva yo creo que esa puesta de conciencia de una raíz, de donde venimos, de la autogestión, de cómo elaborarnos nuestra propia comida, cómo ser soberanos en el sentido diario, cotidiano, sí me parece que sería un proceso que ayudaría a un cambio social, que creo que está actualmente en colapso y que está sobre estimulado, que está como sumergido en una idea de progreso que arrasa con todo lo que se ponga por delante y que eso es finito, obviamente. Entonces, sí que creo que poder tomar conciencia en qué comemos, desde dónde nos lo comemos, dónde vivimos, qué rodea dónde vivimos, desde dónde nos relacionamos, ¿nos conocemos o vivimos en un piso 13 y no conocemos ni a la del primero? Creo que hay ciertas cosas, que para el ser humano y para poder habitar en este medio que es la tierra, es necesario tomar conciencia y creo que sí que nos ayudaría como sociedad, aunque tampoco pretendo cambiarla. Pretendo cambiarme a mí, a mi pueblo y a mi círculo. Si eso sucede, estaré muy agradecida, porque sí que confió en que debe de haber un cambio, una manera mejor de vivir que sea más respetuosa.

¿En qué momento musical estas ahora?

Pues en un momento en el que me estoy aceptando dentro del mundo musical, que era algo que hace unos meses o unos años, lo veía un poco ajeno a mi persona, no me terminaba de subir a la idea de que estoy haciendo un proyecto de música. Estoy reafirmada conmigo y con respecto al mundo, creo que estoy en un proceso muy bonito en el que la gente empieza a conocer mi trabajo y eso trae cosas geniales, como que de pronto la gente conecta con lo que hago, y eso vuelve a mí dándole sentido otra vez. Está conectando con círculos más amplios, con las personas, más allá de que les guste o no, está conectando. El discurso no deja indiferente a las personas que lo están escuchando y eso me gusta, porque quizá hay que cantar sobre plantar tomates y no nos habíamos enterado, la gente pensaba que quizá solo había que cantar sobre los cuerpos como objetos y sobre su sexualización, porque es lo que va a funcionar y quizá no sea así.

Ha pasado un año desde que hablamos, si echas la vista atrás, ¿Qué sientes? ¿Sabes ahora a donde te gustaría llegar?

Pues me siento un poco en el mismo punto, solo que ahora miro atrás y veo que ha habido un avance en mi aprendizaje, en los proyectos y en los objetivos. Lo que te digo, sacar el disco, que la gente se sepa las canciones, poder hacerlo un poco más publico… Esos objetivos se han cumplido y es lo que me hace motivarme a seguir. ¿Dónde me veo? Si yo sigo cantando lo que quiero cantar, cómo lo quiero cantar, dependiendo en el punto vital que esté, como digo yo, que me salga de mi entraña, y quiera hacerlo, que me pueda rodear de un equipo bueno a nivel tanto humano como artístico, pues allí estaré contenta. A día de hoy, creo que lo tengo y simplemente sería seguir empleando esta manera de trabajar, hacerlo fácil, y sí que me gustaría poder tener lo que tengo ahora, ver hasta dónde va, y seguir siendo fiel a mis principios, a mi manera de ser y a mi manera de entender el arte. Por otro lado, si puede llegar a muchas personas pues estaré abierta a que llegue y si me puedo rodear de un equipo más amplio para poder generar un espectáculo que está en mi imaginario, a lo que me gustaría hacer, pues hacia allá vamos. A ver si dentro de un año hablo contigo y ese espectáculo que está en mi cabeza, junto con otros recursos, pues puede darse, ahora bien, siempre con los pies en la tierra y con una ambición coherente, no abrasiva.

¿Ahora piensas en el éxito?

Yo creo que ya soy exitosa a día de hoy, porque hago, desde por la mañana cuando me levanto, lo que me da la gana. No tengo que ir a un sitio al que no me gusta ir. Puedo dedicar más horas al día, o menos, en función de mi estado emocional, creo que hago lo que quiero, me rodeo de gente que quiero y no me siento impedida. Es algo que tengo hoy, por lo que estoy agradecida y para mí eso es una mirada hacia al éxito, ser exitosa. No creo en el éxito capitalista, creo en el éxito cotidiano y sencillo.

Tu primer álbum, “Amor más que nunca” un no vinilo impreso en papel de semillas, ¿Qué significa para ti?

Pues es un álbum que ha salido por singles y mi idea era recoger todas esas canciones, tener un concepto común en un mismo álbum. Cuando me estuve planteando de qué manera hacer el físico, pensé en qué tipo de disco físico iba a hacer si mis intereses, mis principios y mi manera de hacer música se dirigen a todo lo que he hablado antes, a una mirada puesta en el consumo que hacemos de las cosas. Estaría muy guay que el propio álbum activase de lo que hablan las canciones, que fuese como un motor, por eso, pensé que no quería que el álbum contaminase, y quise olvidarme del policarbonato. Nadie va a escuchar ahora mismo en los «cacharros», como digo yo, ahora hay muchos avances y la gente lo suele poner con bluetooth y tal. Entonces, pensé que disco en sí mismo no me interesaba, vinilo me encantaría, pero es como un fetiche y además es super caro, y en este punto no me lo puedo permitir y, por otro lado, es muy dañino para el medio ambiente. Entonces se me ocurrió algo que fuera biodegradable, algo de lo que crecieran cosas. No pensé en el papel de semillas hasta que se fue desarrollando el proyecto, que donde esté el disco esté el papel que se pueda plantar y que salgan tomates, que además hago mucha referencia al tomate a lo largo de las canciones, y también como el amor, el pecho, el corazón, el fruto, el jugo… Todo está como muy relacionado. Después, también pensé en que a la gente no le iba a vender un álbum que solo tuviera un papel de semillas dentro, así que busqué el formato que más me pudiera gustar a mí y saber qué es lo que me gusta de los discos físicos. Porque al final, los discos físicos los escuchas, pero también te gustan otras cosas, como puede ser el libreto que viene dentro y que te pones a leerlo, donde ves exactamente lo que dice la canción, porque a veces no se entiende. Otra cosa que me interesaba mucho era que hubiese póster, porque Lucia Herrero me hizo unas fotos maravillosas y yo quería introducirlas dentro del proyecto, decidimos hacerlo en formato póster. Al final yo soy de los 90, los posters en mi habitación han estado toda la vida, o las carpetas forradas, entonces, como que también me hacía ilusión aludir a algo muy noventero. Lo que hicimos fue que Cristina creó un diseño con los gráficos de Mara Sannia , donde está la foto póster, las letras de las canciones, acceso al disco digital, los videoclips, etc. También, pensé en mostrar los textos que tengo escritos vinculados con el amor, al mundo rural y la idea de consumo, aparte de las canciones. Me apetecía que la gente pudiera leerlo, ha sido como un proyecto poliédrico, que tiene muchas capas y que todas ellas lo construyen, no solo la canción. Para llegar a la canción se pasan por muchos procesos y así es como quedó el formato.

Presentaste el disco en el Café de la Palma ¿Cómo fue ese primer contacto?

Fue brutal, porque estuvo toda la gente que ha formado parte del proyecto y que han sido muchas personas. Las que han querido colaborar y apoyarme de alguna manera, los que han ido apareciendo en los videoclips, los encargados del diseño de vestuario… toda esa gente estuvo allí, más mis amigos, que como yo siempre digo: “Yo no me caso, pero hago estas cosas entonces venirse”. Fue muy bonito porque hubo mucho cariño y fue la primera vez que yo hacía un concierto en el que la gente se sabía mis canciones, y eso es muy fuerte, nunca lo había vivido, que tú te pongas a cantar una canción y que la gente la coreé contigo, eso es una fantasía maravillosa. Se crea como un momento de comunión en el que todos cantamos a una esa filosofía, esa canción, esa forma de ver la vida, que es como decir «estamos aquí», eso es algo muy potente. Ya más allá del ego de “oh cantan mis canciones”, no, es que es fuerte que una idea en la que tú crees y en la que tú confías, de repente haya tanta gente apoyándola. También me gustó mucho poder juntarme con Wendy y con Tere, que le dan al show otra vuelta de tuerca y tenerlas como performers fue brutal. La gente me decía que era raro, que no sabían si estaban en un concierto o una obra de teatro, que de pronto pasaban cosas, que en la primera parte se desarrolla todo desde un concepto muy íntimo, y de pronto, se convierte en una verbena de feria. Se genera como un proceso de introspección para luego salir, bailar y sacarlo todo. A mí me pareció que fue brutal, de las veces que más he vibrado con ello, también porque estaban personas que eran las personas de mi vida, fue muy bonito.

¿Cómo afrontas estos primeros conciertos tras el lanzamiento del álbum?

Con muchas ganas la verdad… quiero saber qué pasa. Después del subidón del pasado día 3 de marzo, donde todo el mundo me conocía, ahora sé que me voy a exponer a ir a lugares donde haya gente que no conozca el proyecto. Pero estoy con muchas ganas de poder seguir creciendo, compartiendo y viviendo ese descubrimiento. Sigo cerrando conciertos para la temporada primavera-verano.

¿Qué conciertos tienes ya cerrados y que nos puedas contar?

El 4 de mayo a las 20:00 horas estaré en Fira Música Emergente y Familiar de Vila-Seca, en Tarragona. Del 2 al 3 de junio en Alameda Festival, Málaga. EL 16 de junio en la Plaza de la Cate, Figueras, entrada libre. El 15 de julio Pueblerinas, encuentro de mujeres rurales Larrión, Tierra Estela en Navarra. El 29 de julio en Festival WIN, Frías, Burgos. Y el 11 de agosto en Tomelloso, Ciudad Real, aquí la entrada también es libre.

Si queréis leer la entrevista anterior pinchar aquí.

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