jueves, marzo 28, 2024

Carlos Arturo Zapata: «Rocío Jurado es un capítulo muy importante en mi vida”

Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: C.A.Z.

Carlos Arturo Zapata es el diseñador colombiano que enamoró a Rocío Jurado con sus diseños y que se convirtió, además, en amigo y confidente.

Zapata lleva treinta y tres años diseñando trajes exclusivos para muchas famosas de nuestro país, así como para otras celebrities del otro lado del Atlántico. Rocío Jurado se convirtió en su madrina profesional y confeccionó su traje de novia cuando se casó con José Ortega Cano, pero también ha vestido a Nati Abascal, Paloma San Basilio o Jennifer López.

Carlos Arturo Zapata no estudió diseño de moda, hizo contabilidad, pero desde muy pequeño siempre tuvo una inclinación por el mundo de la estética, la belleza y la moda. «En aquella época el movimiento de la moda en Colombia era muy escaso, había modistas que vestían a las señoras y solía escuchar hablar de costura a la asesora de mi abuela que cosía«, recuerda el diseñador. No se le olvidan las películas de la época dorada de Hollywood con las que disfrutaba del glamour y, de cuando llegó el momento de decidir qué estudiar. No existía una carrera universitaria de Moda y él quería ser emprendedor, tener su propia empresa sin depender de nadie. No le llamaba la atención ser abogado o médico como su padre, lo único que le gustaba, aparte de la moda, eran cosas relacionadas con la contabilidad, por lo que se decidió a estudiar aquello. «Pero el destino me fue conduciendo al mundo de la moda, porque ayudé a mi madre a montar una boutique, me quedé encargado de hacer los pedidos y cuando quise darme cuenta ya estaba muy metido en ello. Después de trabajar con otras personas es cuando decido lanzarme al mundo de la moda por mi cuenta y con mi nombre, era 1988«. Un proyecto muy ambicioso para un chico de 25 años que estaba terminando la carrera, «me lancé a por aquel objetivo. Siempre he pensado que el pensamiento es el motor de todo, que es el que consigue que tus deseos se hagan realidad. He conseguido hacer grandes cosas a lo largo de mi vida, por supuesto con mucho esfuerzo y trabajo”.

Carlos Arturo con uno de los trajes de Rocío Jurado

¿Recuerdas tus primeros diseños?

Claro que sí, y me acuerdo perfectamente de mi primer desfile. Cuando cumplí mis 25 años en el mundo de la moda hice una exposición con toda mi ropa, había muchos vestidos de aquella primera colección. Pienso que aquellos diseños de hace 33 años se podrían usar ahora mismo, son atemporales y la moda de una u otra manera acaba regresando. Yo vengo de un país tropical, estamos rodeados de colores todo el año, no tenemos ni otoño ni invierno por lo que el color está muy presente en todas mis colecciones, creo que siempre he sido muy consecuente con eso. Pero no me olvido del blanco y negro que es también un equilibrio primordial.

El diseñador en uno de sus desfiles.

Conocer a Rocío Jurado y poder ponerle tus diseños ha sido algo muy importante en tu vida profesional, ¿cómo aparece en tu vida?

Rocío Jurado es un capítulo muy importante en mi vida. Recuerdo verla en televisión cuando yo era adolescente, me quedé impactado aquella primera vez, era una cantante diferente y muy expresiva, se convirtió en mi ídolo. Empecé a seguir sus conciertos cuando venía a Colombia, yo ya estaba involucrado en el mundo de la moda aunque aún no era diseñador y recuerdo verla en aquella actuación en la final de Miss Colombia, fue maravilloso. En un concierto en Cali, al verla en el escenario, pensé para mí: «Qué gran mujer, ojalá la pudiera vestir algún día», por eso siempre digo lo del pensamiento. Cuando uno desea cosas que parecen muy lejanas, ella estaba en España y yo en Colombia, al final esos pensamientos se cumplen. Cuando ya era diseñador de moda y reconocido aquí, fue el quinto centenario del descubrimiento de América, hubo muchos encuentros culturales entre España y Latinoamérica por lo que vinieron un grupo de modelos españolas para hacer unos reportajes para una revista, entre ella vino Remedios Cervantes. Me dieron la oportunidad de poder contratar a la modelo para hacer una presentación privada, a mí me gustaba mucho Remedios, yo era gran seguidor de las revistas españolas y sabía quién era ella. Hicimos las fotos en el Palacio Presidencial, era 1992 y en diciembre de ese mismo año conocí a Rocío Jurado.

Remedios Cervantes posando con diseños de Zapata

Fue en Cali, ¿no?

Sí,yo era aficionado al mundo del toro, en Cali comenzaba la Feria de las Américas, las primeras de la temporada. El día 25 de diciembre una amiga me pide que la acompañe a un hotel para saludar a un torero español y lo hice, cuando aquella puerta se abrió apareció Rocío, te puedes imaginar lo que sentí al verla, era mi ídolo. Nos invitó a entrar y yo me quedé allí de pie, no podía creerme que estuviera en aquella suite con Rocío Jurado. Después pude hablar con ella, le habían contado que yo era un modisto reconocido en Colombia y a ella le gustaba la moda, nos sentamos en el sofá y le conté lo que hacía. Pasamos aquel fin de año juntos y le llevé ropa para que la viera. Ella acababa de terminar de grabar el disco «Como las alas al viento«, y necesitaba trajes, por lo que la tomé medidas, antes de irse me compró algunos diseños Pret a Porter. Me trasladé a Republica Dominicana, tenía una casa de campo allí, para diseñar sus vestidos siempre pensando en ella y en las canciones de su nuevo disco. Diseñé unos 20 o 25 vestidos maravillosos y al volver a Colombia se los mandé todos a España, estuve tiempo sin recibir contestación, pero poco después recibí una llamada de mi secretaria en la que me decía que Rocío Jurado había llamado. Nos dijo que necesitaba urgentemente ropa y que le gustaban todos, así que le pedí que eligiera diez o doce y puse a trabajar a todo mi equipo y, viajé a Madrid con la colección y con mi modista de cabecera. Su primera aparición era en el Casino de Madrid, y allí estaba yo entrando en España de la mano de Rocío Jurado por la puerta grande, me presentó como su diseñador a todos los medios. El día 13 de octubre de 1993 hice mi lanzamiento en el Hotel Ritz, ella fue mi madrina y fue un éxito, desfiló Rocío Carrasco. Aquello marcó una época en mi carrera.

Rocío y Carlos fueron muy buenos amigos.

Diseñaste el vestido de novia para su boda con Ortega Cano, ¿te dijo ella cómo lo quería?

No, ella no me dijo nada. Recuerdo que la noche del Casino de Madrid se me acercó Lydia Lozano para pedirme una entrevista y, me sugirió que le hiciera unos bocetos para el vestido de novia de Rocío, le dije que antes tenía que hablarlo con ella. Rocío me dijo que los hiciera, pero que se los mandara a ella antes y que después se los daría a Lydia. Cuando volví a Colombia hice los diseños y se los mandé, poco después me contó que se los había mandado a la periodista, todos menos uno que se lo había quedado ella por si acaso. Yo sabía que Rocío Jurado tenía muchos compromisos con diferentes diseñadores, todos querían vestirla el día de su boda y yo era un poco el infiltrado, así que le dije que no se sintiera en compromiso conmigo, yo no quería presionarla solo quería que fuera feliz en su matrimonio con José.Yo sabía que ellos estaban muy enamorados, sentían amor y admiración el uno por el otro, ya que en Cali pude compartir muchos momentos con ellos y se veía. La boda se acercaba y aunque mi propuesta estaba ahí nadie me decía nada, además sabía que Victorio & Lucchino le habían hecho una presentación por todo lo alto. Estando en Nueva York recibo una llamada de ella en la que me dice que se casa, que no tiene vestido y que la boda es ya. Quedaba un mes escaso, así que salí a buscar las telas y cogí un vuelo hacia Madrid, no solo tenía que hacer su vestido, si no el de toda la corte de honor, unos cuarenta, además ella no quería solo uno. La boda que iba a ser en octubre se pasó a febrero del año siguiente ya que a José le coge un toro en Cartagena de Indias, me acerqué al hospital a verle y pronto se empezó a recuperar. No sabíamos el tiempo que iba a hacer, por lo que le hice cuatro vestidos, solo le terminé tres: con el que se casó, el que se puso en el convite y el tercero que lo tengo yo en mi poder.

Rocío Jurado fue la madrina del diseñador en España.

Imagino que habrás visto el documental de Rocío Carrasco, ¿qué te parece todo lo que ha contado?

No logro entender todo lo que ha pasado y hablo fuera del documental. Me parece tremendo el tema del museo, era el deseo de Rocío Jurado en vida ya que siempre quiso que sus vestidos y otros recuerdos estuvieran en un lugar donde la gente pudiera verlo, ¿por qué no se ha podido hacer? ¿Por qué tantos impedimentos? Yo conozco el museo, me abrieron sus puertas hace tres años y fue un privilegio. Partimos de porqué Rocío Carrasco, si tanto amor le tiene a su madre, no se despoja de tanto sentimiento negativo como para no rendirle ese tributo a su mamá. Porque su madre es su madre, pero también es un ídolo para mucha gente, es un mito por lo que no le pertenece solo a ella. Parto de esa base, luego puedes hacer un documental basado en un guión preparado, que tampoco lo encuentro aceptable e imagino que lo hace porque hay dinero de por medio, si no, no lo hubiera hecho. Creo que ahora va de victima sabiendo que hay otras versiones, pero no quiero tomar partido. Yo conocí a Rocío Carrasco y viví su noviazgo con Antonio David, en la boda de su madre ellos estaban allí, ya eran novios. Para mí era un chico majo y me caía bien, conviví tiempo con ellos e incluso le hice algún vestidito a Rocío Flores cuando era bebé, pero luego empezaron a pasar cosas y apareció Fidel. Nunca tuve feeling con él, creo que cruzamos tres o cuatro palabras nada más, siempre fue una persona que no te miraba a los ojos, era extraño. Cuando fallece Rocío lo que yo siento realmente es que su hija está tan afectada por un sentimiento de culpabilidad, en el fondo sé que Rocío Carrasco se siente culpable de la muerte de su madre. Ya lo he dicho alguna vez, que la enfermedad de Rocío fue una enfermedad somatizada por todo el sufrimiento que vivió a raíz de los problemas y disgustos que le dio su hija. El cáncer es una enfermedad muy espiritual, Rocío lloró conmigo y me contó todos los problemas que tenía con la niña, se fue de casa cuando cumplió los dieciocho, se quedó embarazada… eso es muy duro para una madre. Rocío la apoyaba, pero lo hacía de cara al público y la procesión la llevaba por dentro. Cuando Rocío ya estaba hospitalizada su hija se aisló del mundo, no hablaba porque se sentía culpable o responsable, creo que sabía que no había hecho las cosas bien. Yo ya no sé qué más pasó, ni con la familia ni con ella, lo que sé es que se ha peleado con toda la familia y que no deja abrir el museo, por lo que ese documental me parece muy impresentable.

Cambiemos de tema, ¿recuerdas alguna clienta difícil?

La verdad es que siempre he tenido suerte con las clientas, los diseñadores hacemos un poco el trabajo de psicólogos. Yo tengo claro que cuando una clienta toma la decisión de venirme a buscar es porque ya viene deseando algo especial, que viene con referencias o llega porque quiere sentirse feliz y bella. Suelen venir con una idea, yo las escucho y las dejo hablar, les pregunto y analizo, he de decir que soy especialista en cambiarles el chip. Soy uno de los pocos diseñadores que tiene mucho éxito con las mujeres mayores, las trato con mucho cariño. Cuando conocí a Rocío Jurado ella no tenía un cuerpo espectacular, pero la hacía sentirse muy especial dentro de mis vestidos y siempre digo que con ella hice un master en costura. No recuerdo haberme encontrado con alguna clienta difícil, aunque imagino que alguna habrá habido.

Rocío con uno de los diseños de Carlos.

¿Hay alguien a quien aún no hayas vestido y que te gustaría hacerlo?

Fíjate las cosas de la vida, así como a Rocío Jurado conseguí vestirla con la fuerza del pensamiento, yo también quise vestir a Nati Abascal, me costó muchísimo pero lo conseguí, incluso nos hicimos amigos. Tuve otra gran musa, Maya Langes Swarovsky que también falleció, era una mujer elegantísima y guapísima a la que conocí por circunstancias del destino. He vestido princesas árabes, pero me gustaría vestir a alguna cantante famosa, creo que me está haciendo falta una cantante (ríe).

¿Vestirías a Rosalía?

Claro que sí, es una gran figura. He vestido a Jennifer López para algunos eventos, pero por ejemplo a Shakira nunca lo he hecho y creo que ni osaría a hacerlo, tiene una manera muy peculiar de vestirse, es espectacular. Beyoncé, Lady Gaga o Rihanna son ese tipo de figuras que te ponen un reto muy grande.

¿Y a la Reina Letizia?

Pues me gustaría y lo tengo muy fácil, una gran amiga me ha pedido que le haga un vestido para regalárselo en Navidades y yo estaré en Madrid. Tiene un look muy fresco, creo que es una mujer muy dispuesta y que con gusto se pondría un diseño mío, además lo luciría divinamente.

¿Tienes algún proyecto en marcha?

Con todo lo que ha pasado con la pandemia estoy empezando a manejar lo digital, trabajando la estructura para lograr hacer una línea de ropa más económica. Me han convocado para una pasarela aquí en Colombia, “Bogotá Fashion Week” en octubre, pero no iré porque es demasiado pronto, así que estaré en la de marzo. No es fácil para un diseñador como yo, que manejo un atelier exclusivo, hacer un Pret and Porter que podría ser masivo en material y producción, si te embarcas en un proyecto como ese tienes que tener una estructura muy sólida.

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