Redacción
¿Quién diría que uno de los electrodomésticos más utilizados en la cocina moderna surgió de una casualidad durante una investigación científica? El microondas, ese aparato que nos permite calentar alimentos en cuestión de minutos, tiene una historia bastante curiosa.
Un descubrimiento fortuito
La historia del microondas comienza en 1945, en un laboratorio de la compañía Raytheon. Percy Spencer, un ingeniero estadounidense, estaba trabajando en un proyecto relacionado con el radar. Los radares utilizan una tecnología llamada magnetrón, que genera microondas.
Durante uno de sus experimentos, Spencer notó algo extraño: la barra de chocolate que llevaba en el bolsillo se había derretido. Intrigado por este suceso, comenzó a experimentar con diferentes alimentos, como mazorcas de maíz y huevos. Para su sorpresa, todos se cocinaron rápidamente bajo la influencia de las microondas.
De la casualidad a la innovación
Spencer se dio cuenta del potencial de esta tecnología para cocinar alimentos de manera rápida y eficiente. Tras varios experimentos, diseñó una caja metálica con una abertura por donde podían introducirse los alimentos. Las paredes metálicas reflejaban las microondas, concentrando la energía en el interior de la caja y calentando los alimentos desde adentro hacia afuera.
En 1947, se patentó el primer horno microondas y se comenzaron a fabricar los primeros modelos comerciales. Sin embargo, debido a su alto costo y tamaño, los microondas no se popularizaron hasta varias décadas después.
El microondas en la actualidad
Hoy en día, el microondas es un electrodoméstico indispensable en la mayoría de los hogares. Su versatilidad y rapidez lo convierten en una herramienta de cocina muy útil. Además de calentar alimentos, los microondas modernos ofrecen una amplia variedad de funciones, como descongelar, cocinar al vapor y hasta hacer yogur.