Redacción
Los expertos coinciden en que la Salsa Brava se inventó en Madrid en los 50, más concretamente en los restaurantes, ya desaparecidos, La Casona y Casa Pellico, que fueron los primeros en crear la receta.
La idea de la Salsa Brava surge al querer darle un toque diferente a las patatas fritas, gran invento para los que nos gustan el picante. Y sí, fue en Madrid entre 1950 y 1960 donde se crea la receta, más concretamente en los ya desaparecidos La Casona y Casa Pellico, pero donde la salsa se hace más popular es en Las Bravas.
Para que las patatas fritas absorbieran mejor la salsa, se decidió cortarlas en forma de dados, creando un plato que tiene multitud de variantes según el lugar de España en el que lo pidas.
La receta clásica de la Salsa Brava en Madrid, comienza con un sofrito de cebolla, una cucharada de harina de trigo, vinagre y pimentón ahumado. Una vez reducida la mezcla, se vierte sobre las patatas fritas. En las zonas del Mediterráneo es muy típico servirlas con alioli y pimentón, o bien con una mezcla de salsa alioli y brava, siempre con el toque personal de cada cocinero. Se cree que la receta original era sin tomate, que adquiría su color anaranjado solo por el pimentón. En algún momento surgiría la versión con tomate, quizás para aprovechar el tomate frito que sobraba de la reparación de otros platos.
La primera referencia que se tiene de este plato es de 1967, cuando el periodista Luis Carandell escribía en su libro «Vivir en Madrid» sobre este plato popular de patatas con una salsa picante. A principios del siglo XXI, la ONU reconoció este plato como un plato de origen español.
Receta de la Salsa Brava original
Ingredientes: Una cebolla, un ajo, media cayena, una cucharadita de pimentón dulce, una cucharadita de pimentón picante, una cucharada de azúcar, colorante, vinagre y sal.
Elaboración
Picamos el ajo y la cebolla y, a fuego lento con chorro de aceite, lo dejamos pochar.
Añadimos la cayena, el colorante, el pimentón dulce y el pimentón picante.
Mientras de cocina la cebolla y el ajo, trituramos el tomate natural. Una vez listo, lo añadimos a la mezcla.
Añadimos azúcar, sal y un chorro de vinagre.
Cuando el tomate esté hecho, pasamos toda la salsa por la batidora.
