Por La Amiga Imperfecta
Querida Amiga Imperfecta, llevo cinco años con mi pareja, a quien amo profundamente. Tenemos planes de futuro y una vida construida juntos. Sin embargo, hace unos meses conocí a alguien en el trabajo y me siento increíblemente atraida por él. Hay una chispa, una conexión que no había sentido en mucho tiempo. Me siento fatal por esto. ¿Es posible amar a dos personas a la vez? ¿Qué hago con estos sentimientos?
¿Dos Amores en el Menú? ¡Cuidado con la Indigestión!
¡Ay, mi querida alma dividida! Esa pregunta que te corroe es más antigua que el chiste del pato en la charca y más complicada que montar un mueble de IKEA sin instrucciones. «¿Es posible amar a dos personas a la vez?«, me consultas con la angustia de quien ha pedido un plato extra en el restaurante y no sabe cómo justificarlo.
Mira, vamos a ser sinceras: el corazón, aunque lo pinten de órgano, a veces se comporta más como una galería de arte. Puedes apreciar un Velázquez por su maestría (tu pareja actual, con sus cinco años de «exposición» y su innegable valor sentimental), y de repente, tropezar con un Banksy en una esquina (tu compañero de trabajo) que te explota la cabeza con su novedad, su frescura y su insolencia. ¿Significa que dejaste de amar al Velázquez? No necesariamente. Significa que tu cerebro es un explorador insaciable, y tu atracción, una mariposa con poca memoria que se posa en la primera flor bonita que ve.
La «chispa» que sientes con la persona del trabajo es como el crujido de la primera patata frita después de una dieta muy estricta: ¡delicioso, sorprendente, te hace sentir viva! Pero tu pareja actual es como el cocido de tu abuela: reconfortante, nutritivo, predeciblemente bueno y sabes que siempre estará ahí para ti, aunque no te dé el mismo «subidón» inicial. El problema surge cuando empiezas a pensar que las patatas fritas podrían sustituir al cocido en tu menú diario. ¡Error! Las patatas fritas son un complemento, un capricho, no la base nutricional de tu relación.
¿Qué hacer con este «doble menú» que te agobia?
Deja de sentirte como la más mala de una telenovela. Es una reacción humana. La atracción no es un interruptor. Date permiso para sentir, pero no para actuar impulsivamente. Es como mirar un escaparate de dulces, puedes babear un poco, pero no tienes por qué vaciar la tienda.
Hazte un examen de conciencia (con espejo incluido). ¿Esa «chispa» es real o es un reflejo de que algo en tu «cocido» necesita un poco más de sal o un hervor más lento? A veces, la novedad es solo una señal de que necesitas reavivar algo en tu relación principal, no cambiar de receta.
No invites a tu Velázquez y a tu Banksy a la misma exposición. En el mundo real, la exclusividad en pareja es la base de la confianza. Intentar «amar» a dos a la vez suele acabar con el corazón roto… el tuyo y el de los demás. No se pueden tener las dos cosas y salir ileso del experimento.
Recuerda las «letras pequeñas» de la atracción. Esa «conexión que no habías sentido en mucho tiempo» con la persona del trabajo no tiene la presión de una hipoteca, una suegra, o decidir quién baja la basura. ¡Es el filtro de Instagram de las relaciones! Tu relación de cinco años tiene historia, baches superados, risas compartidas y la belleza de lo real, con sus luces y sus sombras.
En definitiva, mi querida consultante, tu corazón es grande y tu cerebro, curioso. Puedes sentir atracción y aprecio por más de una persona, sí. Pero el amor de pareja comprometido es como ese plato especial de tu restaurante favorito: requiere lealtad, dedicación y no andar probando la carta entera. ¡Ahora, ve y decide si quieres seguir disfrutando de tu delicioso cocido, o arriesgarte a una indigestión de patatas fritas!
