martes, abril 23, 2024

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE CALZADA DE CALATRAVA RINDE HOMENAJE A CHICHO IBÁÑEZ SERRADOR

Texto: M.O.

Hace ocho años, en un pequeño rincón de La Mancha, Calzada de Calatrava (Ciudad Real) nació una iniciativa con mucho arte, El Festival Internacional de Cine de Calzada de Calatrava. Fue un nacimiento modesto apoyado sobre todo por la ilusión y la pasión que despierta el cine en las gentes del pueblo de Pedro Almodóvar. Como cada año desde entonces, los vecinos se echan estos días (del 6 al 21 de agosto) a las calles para llenar el patio de butacas del Centro Cultural Rafael Serrano, donde uno puede visitar también el Espacio Almodóvar -tanto la exposición permanente dedicada a su vecino más hollywoodiense así como otras exposiciones itinerantes-, o disfrutar de la fresca ante una pantalla de cine en el Patio de San Francisco. ¿Pero qué tiene este Festival manchego que lo hace tan especial? La sencillez de las cosas bien hechas, el evidente amor por la cultura que se respira por cualquiera de sus rincones y el cálido recibimiento con el que sus gentes acogen a aquellos amantes del Séptimo Arte que acuden al pueblo. Durante estos días visitantes y residentes se  unen en complicidad para cantar aquello de “cine, cine, cine… más cine por favor, que todo en la vida es cine y los sueños cine son”. Su objetivo no es otro que el de invitarnos a “volver la mirada a un cine fresco, donde se apoya a todos aquellos jóvenes realizadores cargados de ideas creativas, innovadores y arriesgadas”, como dice en su presentación el concejal de cultura, José Antonio Valencia Camacho.

Este año en su octava edición, cuya duración será de dos semanas y no una como se venía celebrando en años anteriores, una de las actividades que uno no debe ni puede perderse es el homenaje que  rinde el Festival, en Espacio Almodóvar, a uno de los genios más grandes del cine y la televisión de nuestro país, Chicho Ibáñez Serrador. La exposición “Historias para no olvidar”,  es una idea original de su hijo Alejandro Ibáñez Nauta, también director de cine, quien ha supervisado la puesta en escena en todo momento. Se trata de “un recorrido, una travesía, por la vida y obra de mi padre. Desde sus inicios en la radio hasta la televisión, sin olvidar el teatro y el cine, porque él hizo de todo. Además, también van a poder conocer facetas desconocidas de su vida, de su pasado con fotografías, textos… Hay mucho material inédito que ve ahora la luz”, comenta Alejandro Ibáñez.

Hace poco más de dos años, 7 de junio de 2019, el maestro de maestros, Chicho Ibáñez Serrador, falleció tras una larga enfermedad, pero su legado permanece por siempre. Con esta exposición lo que se pretende, según su hijo, “es, además de rendirle un homenaje, que quede su testimonio para aquellos que quieran dedicarse a este oficio, para los futuros realizadores de televisión y directores de cine. Es por un lado, una exposición un tanto nostálgica para aquellos que crecieron viendo sus películas o sus programas de televisión, pero también es una exposición en la que las nuevas generaciones descubrirán a un genio que supo hacer desde entretenimiento hasta dominar como nadie el género de terror. Porque mi padre, es innegable, hizo Historia, bueno, es la Historia de la Televisión”.

El proyecto de “Historias para no olvidar” nació antes de la pandemia gracias a la SGAE, y ya se ha podido ver en Madrid y Murcia, pero “ahora que parece que podemos empezar a movernos tenemos previsto ir con ella, por ejemplo, a Salamanca, en septiembre, y a Boadilla del Monte (Madrid), en noviembre, eso que pueda confirmar por el momento”. Para Alejandro Ibáñez Nauta recopilar la obra y vida de Chicho ha supuesto todo un reto “duro, pero muy emotivo y en el que me siento muy orgulloso por todo lo que hizo mi padre”. Resumir en pocas palabras qué es lo más importante que aprendió de su padre, Alejandro responde con contundencia: “Muchas cosas, pero sobre todo la importancia de saber escuchar a los que te rodean, de respetar a tus compañeros y de rodearte siempre de los mejores”. El Festival Internacional de Cine de Calzada de Calatrava sólo acaba de empezar. Desde el viernes hemos podido asistir a la proyección de películas como “La Vaquilla”, de Luis García Berlanga, “El hombre que vendió su risa”, de Chicho Ibáñez Serrador o a las lecturas dramatizadas de algunos guiones de Chicho, pero todavía queda mucho cine por ver y descubrir. Un buen momento también para reencontrarnos con doña Ruperta, la mítica calabaza del “Un, dos, tres”. ¡Ah! Y como el hombre no sólo vive de sueños, es decir, de cine, durante las semanas que dura el Festival, nada como saciar nuestros estómagos con la ruta gastronómica “Al Modo Bar”, donde los distintos establecimientos del pueblo ofrecerán tapas de cine. “La flor de mi secreto”, crepes rellenas de merluza y langostinos; “Tacones lejanos”, salmorejo con aguacate, salmón y quicos; “Átame”, bacalao albardado en jamón con salsa de mango y gambas, o “Todo sobre mi madre”, aquí tenemos varias versiones, son algunas de las delicias con las que saciar el paladar.

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