Texto: Sandra Cuenca /Fotos: Pipo Fernández
La veterana actriz, Luisa Martín, triunfa en la serie diaria “Servir y Proteger” (Plano a Plano) con su personaje de Claudia Miralles, la inspectora jefe de la comisaria. Lleva más de cuatro años poniéndose el uniforme cada día y durante más de 1000 capítulos.
Luisa Martin es una de nuestras actrices más queridas, nacida en Madrid empezó en el mundo del teatro tras licenciarse en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Recuerda sus comienzos llenos de ilusión, pero a la vez muy difíciles, “justo cuando empezaba, tuve la gran suerte de entrar en la Escuela de Arte Dramático con mi maestro Ángel Gutiérrez, que formó un grupo de teatro en el que cada uno tenía su especialidad. Hacíamos escenografía, atrezzo, vestuarios… nosotros nos ocupábamos de todo, con lo cual aprendí muchísimas cosas”, recuerda la actriz. Trabajaban juntos y se iban de gira juntos en una furgoneta, aquello sucedía con 17 o 18 años y para ella fue algo maravilloso, estuvo hasta los 23 años con ellos. “Vivir un poco el modo de lo que se llamaba entonces “teatro independiente”, yo creo que fue muy aleccionador y gratificante. Pero cuando salí del grupo me sentí como si hubiera abandonado la nave nodriza”. A partir de ese momento todo se volvió mucho más difícil, se tuvo que buscar la vida por su cuenta y además las cosas no estaban fáciles, “pero poco a poco fui haciendo lo que quizás hubiera deseado mi padre, comenzar una carrera muy paulatina y muy lenta, pero muy segura”, añade Luisa. La primera vez que debutó en el teatro fue en el año 1977, en el María Guerrero, para la actriz el teatro es “su vida” y el eje de todo. Cine ha hecho poco, pero ha trabajado con grandes directores como Berlanga.
Entonces, ¿eres más de teatro?
No, no te creas. A ver, es como si preguntas: “¿A quién quieres más, a papá o a mamá?”. Yo soy un poco de lo que me echen, porque lo que soy es de interpretación.
Te vimos en la serie “¿Quién da la vez?” y tiempo después en “Médico de Familia”, en esta última es donde te empezó a conocer el público, ¿Cómo recuerdas aquellas primeras series?
Con mucha ilusión, estaba trabajando en un medio que me encantaba, en el que me apetecía y sobre todo tenía la oportunidad de hacerlo, con lo cual, era como mágico. Después de mucho tiempo, de haber estado haciendo muchos casting e ir de un lado a otro, estaba haciendo cosas que me gustaban. Los personajes que me daban me encantaban, el de Chirla en “¿Quién da la vez?” me parecía un tesoro y una gran suerte de personaje. Allí aprendí muchísimo porque había grandes actores, grandes profesionales y, aprendí una barbaridad. En “Médico de Familia” ya tenía un poco más de experiencia, no es que fuera muy segura, pero tenía un personaje muy divertido, con el cual me permitían hacerlo un poco a mi aire. Además la serie fue un pelotazo y La Juani también, con lo cual, fue una etapa muy bonita.
Después llega “Servir y Proteger”, serie en la que llevas desde… ¿2017?
Si, fui la primera actriz a la que contrataron, inauguré la serie y tan feliz. Creo que tengo mucha suerte por formar parte de este maravilloso proyecto lleno de gente genial, divertida y con ganas de trabajar. Trabajar en “Servir y Proteger” es una suerte, además yo soy muy leal a las cosas y a las personas, ahora estoy aquí y estoy feliz, creo que no hay mejor sitio para mí en estos momentos.
Háblame de Claudia Miralles, tu personaje…
Claudia Miralles es una mujer maravillosa, una mujer íntegra y muy humana. Pero lo que más me gusta de ella, aparte de que es una profesional maravillosa, es que no entiende la profesión como el medio para subir puestos en la jerarquía del Cuerpo Nacional de Policía, ella lo entiende como una vocación de servicio, y además, siente que cuanto más arriba está, más responsabilidad tiene y mejor tiene que cuidar a sus agentes. A mí eso me gusta mucho, que ella cuide y se preocupe mucho de los que están por debajo en el escalafón.
Has recibido la Cruz Blanca al mérito policial por tu trabajo sin ser policía.
La Cruz al mérito policial con distintivo blanco.
¿Hubieras sido una buena policía?
Pues no lo sé, pero probablemente sí. Si hay algo que me gusta de esta profesión, es que tienes la oportunidad de meterte en mundos en los que de otra manera no podrías. Yo creo que hoy en día hay grandísimos policías, la policía ha cambiado muchísimo y es gente muy preparada, muy humana. La mayoría, ahora, estudian psicología para entrar en la academia de Ávila, en resumen, a mí me gusta mucho la policía de hoy. Hablo mucho con ellos y entiendo mucho sus razones, me dan sus explicaciones y hay cosas que no me gustan, como otras no les gustan a ellos, pero la verdad es que mi relación con la policía en este momento es muy buena. No es porque yo esté ahora aquí y tengamos que llevarnos bien, sino porque yo desde dentro veo muchas cosas, porque entiendo sus inquietudes y sus preocupaciones. No sé si hubiera sido una buena policía, pero intuyo que sí, porque yo a todo le pongo mucho empeño.
Al final del día terminas el rodaje y Luisa Martín se quita el uniforme para volver a casa, ¿cómo desconectas?
Primero desconecto porque la vida misma me obliga a hacerlo, tengo un hijo de 18 años y eso te hace desconectar inmediatamente. Desconecto cocinando, pintando, viendo documentales con él y saliendo con mis amigos. Acabo de volver de un viaje a Nápoles que he disfrutado muchísimo. Me gusta el arte, la historia y, sobre todo, la pintura. Tengo una capacidad de desconexión bastante automática.
Sé que estás muy concienciada con la gente más vulnerable y necesitada, colaboras con varias ONG e incluso has viajado a Kosovo o Kenia para ver la situación de cerca. Se está hablando mucho, de todas esas vacunas para el Covid que han sobrado en algunos países, ¿crees que no nos estamos preocupando de todas esas personas que las necesitan y no las tienen?
Claro, pero eso siempre. Es que siempre nos ocupamos poco de los más necesitados. No tengo ni que reflexionarlo. Hay una parte en el mundo en el que los excedentes de comida sobran y otra parte en el mundo en el que no tienen nada que comer. He leído hace poco una noticia, que la princesa Irene de Grecia, la hermana de nuestra reina emérita, hizo un viaje con 100 vacas para la India porque en Europa se estaban matando vacas para mantener los precios. Esto son disparates. En Estados Unidos, se ha estado pensando vender las vacunas Covid en las gasolineras porque había excedentes. Claro, hay países que tienen dinero, económicamente son muy fuertes y lo que hacen es que compran, compran las patentes, una gran cantidad de vacunas o lo que pasó con las mascarillas, por ejemplo. Pero claro, luego todo eso, ¿dónde va? No debemos olvidar que hay países que no tienen ese poder económico para comprar y distribuir.
A Luisa le preocupa mucho el cambio climático, piensa que no nos lo estamos tomando en serio, que hablamos de que llueve poco o hace mucho calor sin intentar ir un poco más allá. “El cambio climático se está cargando toda la estabilidad de la biosfera, hay animales muriendo y hay falta de agua. Hay muchas personas que no tienen ni bidones donde recoger esa agua necesaria para cocinar o ducharse, todo esto lo obviamos constantemente. Deberíamos exigirnos a nosotros mismos y a los gobiernos, porque en cualquier programa político que se presente debe haber un compromiso de sostenibilidad”, explica la actriz, y continua, “Africa, que es la tierra madre y de donde viene el ser humano, está absolutamente olvidada y no son las ONG las que lo tienen que solucionar”. Luisa habla de estos temas con contundencia, es una mujer que lucha por las buenas causas y lo que le gustaría es que se fueran solucionando los problemas, que todos nos concienciáramos un poco con el tema del medioambiente. “Hay que inculcar a nuestros hijos lo que a nosotros nunca nos inculcaron”, finaliza.
