Ray Hungría: «Filmen. Fracasen. Pero nunca se traicionen»

Por Sandra Cuenca/ Fotos: R.H.

Nueva York, la ciudad que nunca duerme, se rinde ante Ray Hungría. El director y productor, con raíces en la República Dominicana, ha pasado de los rodajes guerrilla en la New York Film Academy a sostener un Emmy en sus manos por su increíble campaña social «Anti Scammer». Hablamos con Hungría del momento tan especial que está viviendo, de la inspiración temprana de Robert Rodríguez y de su compromiso con un cine que, aunque se haga en la capital del mundo, jamás pierde su sabor a verdad.

Hablar con Ray Hungría, aunque sea por teléfono y a una distancia de miles de kilómetros, se convierte en una conexión inmediata y muy agradable. Con la energía vibrante de Nueva York como telón de fondo, este dominicano con gran corazón, irradia esa pasión humilde que solo tienen aquellos que han forjado su éxito paso a paso. Con un amigo en común, que podríamos llamar familia, el actor Valentín Paredes, Ray deja de ser un desconocido en los primeros segundos de conversación, contándonos como pasó de ser un soñador en la New York Film Academy a convertirse en una figura clave de un cine que conecta culturas.

Recientemente, ha vivido la realización de un sueño planeado: sostener un Emmy, un galardón que no solo premia su gran trabajo, sino su profundo compromiso social. Su campaña «Anti Scammer«, nacida de una experiencia personal, es el ejemplo perfecto de su filosofía: crear un cine que entretenga, sí, pero que sobre todo sirva. En esta charla, Ray nos abre las puertas a su mundo, desde las influencias de la película «El Mariachi» hasta los planes para una saga, «Victoria«, con sabor a cañas y a Gran Vía madrileña.

Para Ray Hungría, la vocación no fue un destino borroso, sino un relámpago bien definido: El Mariachi (1992). «Aquí, en Estados Unidos una de las influencias más grandes que tuvimos la gente que estudiamos cine fue `El Mariachi´. Ver cómo Robert Rodríguez hizo esa película de la nada y con los mismos equipos que usaban en la escuela de cine fue una de las grandes inspiraciones«, explica Hungría. Esta influencia se volvió tangible cuando conoció a Carlos Gallardo, el protagonista y productor de la película, quien se convirtió en un mentor clave en sus inicios, brindándole «muchos consejos» y una hoja de ruta para el cine independiente. Sin embargo, el aterrizaje en la industria tras graduarse de la New York Film Academy fue duro. «Los comienzos fueron bien difíciles, porque tú sales de la escuela de cine con muchas ilusiones. Crees que te vas a comer el mundo, y la realidad es otra«, recuerda. El director confiesa que sus primeros pasos en videos musicales de muy bajo presupuesto, fue una etapa de crecimiento constante que define con una poderosa metáfora. «En mi carrera, yo ahora estoy corriendo, pero antes gateé, caminé y me caí como todo el mundo«, reflexiona.

La New York Film Academy: maestros de talla mundial

La formación de Ray en la NYFA, considerada una de las mejores escuelas de cine del mundo, fue crucial. En una época donde el acceso a la tecnología era limitado, la escuela le abrió las puertas a un universo técnico que lo deslumbró. «Yo llegué a la escuela y a las tres semanas me enseñan una cámara de cine que yo nunca había visto, una ARRI. Yo, como dicen ustedes, flipé«, recuerda. La ventaja competitiva de la Academia reside en sus docentes. El director destaca especialmente a su profesor de cinematografía, el nominado al Óscar Tim Taylor, y a su maestra de producción, Claudia Myers, ganadora de un Tony y colaboradora de Spike Lee. «Esa es la ventaja que tiene la New York Film Academy, que vienen los grandes a dar clases y a compartir con los alumnos«. Pero el aprendizaje más profundo, insiste, se obtiene en la trinchera: «Lo más importante y de lo que tú aprendes es definitivamente de los errores, estos son parte de la enseñanza… La práctica hace la perfección. Todos tenemos un principio, y de donde se aprende es de los errores» afirma Ray.

A la hora de definir su estilo, Hungría se sitúa del lado del espectador. «Yo me pongo del lado del público. Mi estilo cinematográfico lo veo de una manera bien comercial. Yo no quiero que la gente se aburra«. Su búsqueda de historias es siempre parecida: se inspira en la vida real. Una anécdota casual en un café de Londres sobre un desencuentro entre una madre y una hija, se convirtió en la chispa de su premiado cortometraje, Jenny. «Yo agarré esa historia, me inspiré en ella, le hice un giro aquí en Nueva York, y fue un éxito total«. Jenny no solo le trajo premios en festivales de renombre como el de Oaxaca en México, sino que estuvo a punto de convertirse en su primer largometraje de estudio. «Vinieron a visitarme unos ejecutivos… querían hacer un largometraje de mi corto. Me preguntaron si tenía mi abogado listo«, relata. Aunque el proyecto se paralizó por giros de la industria y por la llegada de la Covid, Hungría aún alberga la esperanza de llevar Jenny a la pantalla grande.

Victoria: un homenaje al empoderamiento femenino con sabor español

Actualmente en posproducción, la película «Victoria» es el proyecto que marca su siguiente capítulo. Y en él, España juega un papel crucial. «España es como mi segunda casa» confiesa, y añade, en un guiño amistoso, palabras muy coloquiales utilizadas aquí. La película cuenta con la actriz española Naira Hernández como protagonista y la participación del actor Valentín Paredes, al que considera de su familia. La decisión de un elenco español en Nueva York es deliberada. «Ninguna película española, que yo haya visto, ha tenido una protagonista rodando en Nueva York con acento español y que hable español«, explica. Su objetivo es reflejar la realidad cultural de esta ciudad, un crisol de naciones donde «te encuentras con un dominicano, con un cubano, con un chino o con un español«.

La trama de Victoria, que será una trilogía, está pensada para sonar fuertemente en el público femenino: «Cualquier mujer se puede identificar con Victoria. Fue maltratada por su pareja, abandonada en una ciudad donde no sabía el idioma, no sabía nada, y ella se empoderó y es nuestro héroe en la película. Yo quiero que, especialmente las mujeres, se empoderen con Victoria«, apunta.

Ray Hungría junto a Valentín Paredes y Naira Hernández, en el rodaje de Victoria en Nueva York

El Emmy: la recompensa de la positividad y el servicio social

El reciente Emmy obtenido en los Annual New York Emmy Awards por la campaña Anti Scammer es, para Hungría, la culminación de un sueño planeado y la validación de un esfuerzo con causa. «Yo creo mucho en lo de ser positivo, en tirar la cosa al universo. Todos los que estaban ahí te pueden decir que yo decía: `yo tengo que ir a los Emmys´. Le doy gracias a Dios de que todo lo que me he propuesto lo he cumplido«, afirma. La idea de Ai Scammer nació de una dolorosa experiencia personal: la estafa sufrida por su madre, ya fallecida. «Yo siempre me quedé con eso, cómo los estafadores se aprovechan de las personas mayores para engañarlos«. Junto a su esposa, que es procuradora en el estado de Nueva York, y Jaime García, de Eslac New Media, el director produjo la campaña en inglés y español. Fue un proyecto sin fines de lucro, un aporte de recursos que, afirma, la Academia supo reconocer. «Estando ahí, con los grandes networks del mundo, y yo ganar por ese comercial, para mí fue un gran orgullo, porque la mayoría de los networks saben lo que está pasando, pero no invierten en recursos porque no les deja beneficio«. El Emmy no solo es un trofeo, sino un propulsor: «Me están invitando a asistir a la gala de los Óscar. Aunque me sienten en la última fila de atrás, voy a estar en los Óscar. Eso es algo increíble«.

El compromiso de Hungría con esta causa continúa. Ya están en marcha la Campaña Publicitaria Número 2 de American Anti-Scammers y la Campaña Número 3, prevista para 2026, que lo reunirá con el actor español Valentín Paredes para una gira por Estados Unidos y, posiblemente, otras partes del mundo.

En el cine, Ray está preparando un proyecto, un largometraje de acción y drama para Valentín Paredes, ajustando la historia para evitar encasillarlo en roles de sacerdote, buscando mostrar la versatilidad del actor. «Es un drama completamente de acción, donde vamos a tocar varios temas«, adelanta.

Ray Hungría es la prueba de que la perseverancia, la humildad y la fidelidad a las historias personales pueden sonar globalmente. Con el Emmy como trampolín y su agenda llena de proyectos sociales y cinematográficos, su mensaje a los nuevos creadores es su filosofía de vida: «Filmen. Fracasen. Pero nunca se traicionen«.

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