jueves, abril 18, 2024

Salud Pública pone inconvenientes a meter animales de compañía en Hospitales

Texto: Miranda Miguelez

Hace ya algunos años, se impulsó un protocolo por parte de Ignacio Aguado, candidato de Ciudadanos de la Comunidad de Madrid, para que las mascotas de compañía de los pacientes ingresados de media y larga duración puedan acceder a los hospitales públicos para ver a sus dueños. El permiso de acceso de las mascotas a estos centros debe hacerse efectivo a partir del quinto o sexto día de ingreso del paciente, debe haberse efectuado una previa autorización y evidentemente, deben cumplirse todas las medidas de higiene y seguridad necesarias.

Las mascotas son un miembro más de nuestras familias y se cree que sería muy positivo que los pacientes ingresados puedan disfrutar de un ratito para ver a sus mascotas, darles cariño, jugar con ellas… Desde un punto de vista afectivo y emocional se cree que esta propuesta puede resultar muy beneficiosa para los pacientes.

Además, desde el año 2017, se ha llevado a cabo una iniciativa para que sea posible llevar perros de terapia a centros educativos, hospitales y residencias de ancianos. Lo que se busca con esta medida es dar cariño apoyo y atención a estas personas con el objetivo de ralentizar su deterioro físico y cognitivo, acompañando a las duras terapias o tratamientos que reciben diariamente. Se pretende, con todo esto, humanizar la sanidad, el paciente debe ser tratado como un ser humano y no como una enfermedad.

Está comprobado que la presencia de perros de terapia en hospitales ayuda a tranquilizar a los pacientes y a distraerles en momentos críticos. También recorren las salas de espera para interaccionar con los familiares y hacerles las duras esperas más cortas. Sin lugar a duda, las mascotas nos despiertan sonrisas a todos y hacen que, por un pequeño momento, los pacientes se olviden del dolor.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce… Salud pública nos da 4 motivos por los que tal vez, a pesar de sus increíbles efectos positivos sobre los pacientes, no sea tan buena idea meter animales de compañía sin adiestrar en un hospital, dado que pueden llegar a suponer un alto riesgo. A pesar del objetivo principal de toda esta medida, que gira en torno a la humanización de la sanidad, se cree que se debe establecer unos límites. La presencia de animales en la UCI o en espacios de aislamiento de enfermos infecciosos, es algo que carece de sentido.

Contar con la presencia de animales de compañía es muy habitual, es muy raro que afecten a las personas que conviven con ellos desde una perspectiva general, pero evidentemente un recinto hospitalario es peculiar y puede haber pacientes con necesidades especiales.

Joan-Ramón Villalbí, miembro de la Junta Directiva de Sespas (Sociedad Española de Salud Pública) declara que habría que establecer una serie de situaciones particulares en las que los animales si deben estar permitidos dentro del recinto hospitalario. Como es el caso de los perros guía de las personas invidentes, o de los animales de terapia que, como hemos comentado anteriormente, suponen avances muy positivos en los pacientes.

En definitiva, se deben encontrar las medidas de regulación adecuadas para que las visitas de los animales de compañía en los hospitales sean posibles. Los perros guía fueron los primeros que abrieron camino a esta iniciativa, ya que, desde hace décadas, pueden acompañar a sus dueños a cualquier lugar del centro excluyendo los quirófanos. Le siguieron los perros de alerta médica, que ayudan a sus dueños en casos de ataques epilépticos o hipoglucemias, aunque estos, en menor medida. Poco a poco están comenzando a permitirse en casi la totalidad de centros médicos los canes de terapia. El problema reside en los perros de compañía, que, al no haber sido adiestrados ni haber pasado controles tan exhaustivos como los mencionados previamente, es más complicado que se les acepte en los hospitales de todas las Comunidades Autónomas.

En conclusión, sabemos que los animales de compañía pueden ayudar mucho a los pacientes. Los pacientes ingresados en el hospital extrañan a sus perros y sienten dolor por no poder ver al que consideran un miembro más de su familia. Es muy frecuente ver pacientes acercándose al límite exterior del hospital para saludar o despedirse de su mascota, lo que también puede suponer un peligro. Está claro que debe idearse un sistema seguro de regulación para el acceso de los animales de compañía no adiestrados que sea seguro y beneficioso para todos.

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