sábado, noviembre 9, 2024

AMOR PERRUNO

Texto: Paloma Belén García del Vello Moreno

La venta de animales de compañía se ha visto aumentada a raíz de la cuarentena provocada por la Covid-19

La pandemia ha provocado una subida en la venta de animales de compañía, pero también la situación de abandono, y como consecuencia la saturación de las protectoras y refugios. Por un lado, al retomar la actividad diaria normal, mucha gente se ha visto incapaz de compaginar su vida rutinaria con el cuidado de una mascota y, aunque muchos las adoptaron de manera altruista, se han dado cuenta de la responsabilidad que conlleva este cuidado.

Durante la pandemia, pudimos conocer varios estudios sobre como afectaba el virus a los animales, especialmente a los de compañía, incluso se llegó a afirmar que gran parte de las mascotas cuyos dueños se contagiaron de Covid-19 generaron anticuerpos. En aquel momento, varios veterinarios sugirieron que una proporción sustancial de perros y gatos domésticos podían ser infectados por sus dueños. El hecho de que los animales pudieran ser portadores del virus, ha provocado el abandono de muchos de estos animales por miedo a ser contagiados.

Siempre adoptar

Cuando alguien deseé tener una mascota hay que animarle a que adopte. En las protectoras de animales y perreras hay perros de todos los tamaños, razas y edad que necesitan un hogar, comprar una mascota contribuye a la cría irresponsable y al posterior abandono. No cabe duda que el perro ha sido el animal de compañía más demandado en estos últimos meses. Si sois uno de los que ha ampliado la familia durante la pandemia y el confinamiento, hay varias cosas que debéis saber para que la convivencia con vuestro peludo sea más fácil y, sobre todo que vuestra mascota esté sana y sea feliz.

Convivencia y vida sana

Una vez que nuestro perro esta en casa, y pasados los meses, nos preguntamos si nuestros peludos son felices o si están sanos, hay varias señales que nos ayudarán a conocer como está nuestra mascota.

Lo principal es que nuestro perro esté sano, tiene que tener mucho apetito, que le apetezca pasear y jugar, que le guste estar cerca de ti, que busque caricias, que se muestre relajado, que no esté en modo destructor ni obsesivo, que duerma adecuadamente, que sea curioso y que su estado anímico exprese bienestar. Si alguna de estas señales provoca la sospecha de que el perro es feliz o no, no se debe forzar al animal a sentir o a actuar de una manera que no es. Se recomienda tratar con respeto y paciencia las necesidades de la mascota. Pero… ¿qué pasa con los castigos? Hay estudios que analizan la reacción de los perros a los castigos más rutinarios de sus propietarios y adiestradores, concluyendo que incluso el más leve de los castigos estresa a los perros, haciéndolos más “pesimistas”. Gritar, tirar del collar, cualquier muestra de dominación agresiva genera estrés al animal. Se puede averiguar, según algunos expertos, si los perros quieren sinceramente o, por el contrario, solo conviven por la supervivencia. Tras un sencillo experimento, que consiste en ofrecer a estos animales comida y elogios, sabremos si los perros tienen una respuesta más efusiva por el afecto que por la comida.

También se ha recomendado no tratar a los perros como si fueran un hijo propio. El perro no es un ser humano, lo que verdaderamente le hace feliz no es que le tratemos como uno de nosotros. Lo que nos une con los perros es que son mamíferos y no soportan la soledad como nosotros. Los perros son animales extremadamente sensibles y expresivos que reconocen nuestras emociones, a causa de esto se les adjudica emociones que no son propias. Si tratas a tu perro como un bebé no sería ni mucho menos beneficioso para él, pues resulta contraria a su naturaleza y puede afectar de forma negativa a su comportamiento.

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