domingo, mayo 12, 2024

“CAMINANTE, NO HAY CAMINO”

Texto y fotos: Alejandro Alonso Morales

En ocasiones es necesario retirarse unos días para no perder el norte, que mejor manera de desconectar que yendo a un sitio sinigual como puede ser Galicia. El norte de nuestro país nos deja estampas magníficas y nos muestra como la naturaleza en sí es sensacional a la par que sorprendente. 

Galicia es un sitio muy característico por sus paisajes peculiares, su exquisita gastronomía y sus costumbres ancestrales. Uno de los atractivos turísticos más ejemplares de toda Galicia e incluso de toda España es la peregrinación del camino de Santiago. 

Esta experiencia puede ser con el propósito que tú le quieras dar, puede tener un fin religioso, espiritual, deportivo o una mera excursión con amigos o familiares. 

Aunque tu camino no tenga ningún propósito, la experiencia hace que recargues energía. Te aíslas por unos días del mundo exterior dejando atrás la rutina de la ciudad, las responsabilidades que te cargan día tras día, las preocupaciones familiares, los atascos…

En situaciones así te das cuenta que necesitas lo básico para vivir. Todo lo que nos agobia en la monotonía del trabajo o de la universidad se esfuma. Algo mágico te atrapa. Desconectar para volver a conectar.

Cabe añadir que, si quieres tranquilidad y descansar no es el mejor viaje en el que aventurarse. Aunque la parte de desconectar y de carácter espiritual es muy inspiradora, son días de mucho esfuerzo físico y de sacrificio. Estas aventuras digamos que tienen su parte buena pero también te replanteas volverte a Madrid cuando hay kilómetros con subidas y escarpadas de record.

Es lo extremo de ambos mundos, te pierdes por un bosque sin rastro de vida, pero luego puedes contemplar paisajes de ensueño; te despiertas cada día antes de que salga el sol, pero tienes la sensación de aprovechar mucho más el día; te duelen los pies de caminar, pero te reconforta el llegar a tu destino y descansar con un aperitivo con el atardecer cayendo al pie de la ría. Son pequeñas cosas que marcan la diferencia. 

Para completar el camino de Santiago tienes que recorrer alguno de los caminos que hay. Hay varios: portugués, francés, inglés, del Norte… Se puede realizar en bicicleta, a caballo o andando y dependiendo de la forma en la que lo hagas, necesitas más o menos kilómetros para conseguir la famosa Compostela (título acreditativo que indica que has hecho el camino de Santiago).

Si el camino lo haces en bicicleta o a caballo son 200 kilómetros lo que tienes que recorrer desde tu punto de origen hasta la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela. En cambio, si se hace andando, la forma tradicional, no serán más de 100 para obtener tu credencial. Uno de los consejos más apropiados es el de llevar calzado usado, muy cómodo y apropiado para ir por senderos, bosques, tramos de carreteras, ciudades y pueblos. 

Hay que tener en cuenta también el clima tan peculiar que tiene la comunidad gallega, y es que aún en pleno verano hay días que llueve sin cesar. En estas épocas del año las temperaturas máximas pueden rondar los 18-20ºC, pero cuando el sol cae las temperaturas caen en picado hasta los 8-10 ºC. Así que perfectamente puedes estar con una camiseta de manga corta durante las horas centrales de sol, pero por la noche, te apetecerá abrigarte y ponerte un buen forro polar. 

Con respecto a la comida, estamos en el sitio donde probablemente probarás el mejor marisco de todo el país. Es una buena oportunidad para deleitarse en algún momento con un buen “pulpo a feira” o más conocido como pulpo a la gallega, con su especia protagonista: el pimentón. 

El camino tiene varias paradas obligatorias gastronómicamente hablando. El pulpo puedes comerlo durante todo el camino, pero otro manjar que se debe probar se sitúa en Padrón, por sus exquisitos pimientos: “que unos pican y otros no”. Todo esto, si lo acompañamos de un buen vino Albariño y de postre una tarta de Santiago, igual pensamos volver a Galicia en otra ocasión por volver a repetir “el camino”. 

Cada paso que se avanza es menos lo que te queda para llegar a Santiago. El camino se queda ahí, pero la experiencia es algo que no dejas atrás.  Dijo Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Machado tenía razón, esa sensación es la que se tiene, la de no volver atrás porque tierra que acabas de pisar, no la pisarás jamás hasta que vuelvas el camino a empezar. ¡Santiago siempre te volverá a recibir con los brazos abiertos! ¡Buen Camino peregrino!

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