Por: Javier Cuenca
Recuerdo que me costó lidiar en su momento con la lectura de “Los tres mosqueteros”, de Alejandro Dumas. A pesar de las buenas expectativas que albergaba, la novela acabó resultándome aburrida, todo lo contrario a lo que en mi opinión debía ser una obra de aventuras, con duelos a espada y todo eso. Es posible que en realidad esperara otra cosa, que no fuese el momento, o quién sabe. Nada que ver, desde luego, con lo que me ha ocurrido ante la nueva versión cinematográfica de este clásico literario.
“Los tres mosqueteros: D’Artagnan”
Dirección: Martin Bourboulon
Intérpretes: François Civil, Eva Green, Vincent Cassel, Romain Duris, Pio Marmai, Vicky Krieps, Louis Garrel.
Género: Aventuras.
Duración: 121 minutos.
Parece empeñado el cine francés últimamente en rescatar para la gran pantalla algunos de sus clásicos literarios más reputados, con buena acogida por parte de la crítica, y a las adaptaciones de obras de Balzac o Víctor Hugo viene a sumarse ahora esta nueva versión de “Los tres mosqueteros”, donde la industria gala ha echado toda la carne en el asador para lograr una recreación de la novela a la altura de las circunstancias.
Y es que la mayoría de las versiones previas que conocemos de la obra de Dumas han corrido a cargo generalmente de otras nacionalidades, especialmente la norteamericana, con los recordados filmes de George Sidney y Richard Lester en 1948 y 1973, respectivamente. Mención aparte merece, por aquello de la cercanía patria, la entrañable versión animada en clave perruna que tanto nos entretuvo a los niños de mi generación las sobremesas de los sábados allá por los años ochenta.
Como desconozco las películas de Sidney y Lester y apenas recuerdo la novela, que no he tenido ánimos para releer, me aproximo a esta nueva versión de los mosqueteros dispuesto a no establecer comparaciones y dejarme sorprender, y me sumerjo en esa convulsa Francia del siglo XVII a la que llega un joven sediento de aventuras llamado D’Artagnan con deseos de prosperar como soldado al servicio del Rey. Allí conocerá a los tres famosos mosqueteros Aramis, Athos y Porthos y tendrá que llevar a cabo una importante y peligrosa misión.
La película está prodigiosamente ambientada, las peleas son creíbles, hay acción, maniobras políticas de dudosa honradez… Hay todo eso que se le supone a una buena película de aventuras, y me reencuentro con ese cine poderoso, épico, clásico, afortunadamente alejado de la soflama y el oportunismo político, que tantas obras de envergadura ha alumbrado a lo largo de su historia. Por ponerle un pequeño pero, quizá la banda sonora podría haber sido más acorde con la época que retrata la película, especialmente en el inicio y el final, aunque es un detalle superfluo si se observan los aciertos del filme.
Quizá no resulte tampoco gratuito que los responsables de esta nueva y notable adaptación hayan decidido contar la historia en dos entregas, dada la extensión de la novela de Dumas. Pero parece ser que no habrá que esperar demasiado, pues la llegada a los cines de la segunda parte está prevista para este mismo año. Confiemos en que sea tan interesante como su predecesora.